Xavier Miserachs: "He intentado escribir lo que no sale en las im¨¢genes"
El fot¨®grafo publica un libro de memorias galardonado con el Premio Gaziel
Xavier Miserachs (Barcelona, 1937), uno de los profesionales que han marcado la historia reciente de la fotograf¨ªa en Espa?a, ha aparcado su Leica para escribir unas memorias fragmentadas. El t¨ªtulo le ha salido muy fotogr¨¢fico: Fulls de contacte (hojas de contacto). Lo ha publicado Edicions 62 y ha ganado el Premio Gaziel de memorias, un buen comienzo para un desertor de la imagen. "Lo que he hecho en el libro es intentar escribir lo que no sale en las im¨¢genes".
El inter¨¦s de Miserachs por la escritura surgi¨® de un modo un tanto accidental. Le encargaron un libro descriptivo sobre su profesi¨®n, se puso manos a la obra y una vez terminado se dio cuenta de que le apetec¨ªa continuar su nueva relaci¨®n con el ordenador. "Empec¨¦ tomando apuntes en aviones y aeropuertos", explica, "y a medida que avanzaba vi que el libro iba adquiriendo el aire de unas memorias".La pregunta, trat¨¢ndose de Miserachs, es obligada: ?una imagen vale m¨¢s que mil palabras? "No creo", sonr¨ªe. "Son en todo caso dos maneras distintas de comunicar, dos maneras que se complementan. Alguien dijo que una imagen no vale m¨¢s que mil palabras, pero ahorra muchas".
El espectro de las memorias de Miserachs es amplio. Habla de fotograf¨ªa, pero tambi¨¦n de su infancia, de las vacaciones, de viajes, de los m¨ªticos a?os sesenta (?ah, los sixties ... !, del paso de las bo?tes a las discotecas, de jazz, de personajes que ha conocido y de reportajes memorables.
"De todas mis ¨¦pocas de fot¨®grafo me quedo con aquella en la que trabajaba para semanarios ilustrados como Triunfo o Gaceta Ilustrada", dice. "A veces llegaban a publicar reportajes de hasta 16 p¨¢ginas, con muchas fotograf¨ªas. En los diarios, en cambio, es todo m¨¢s limitado y con m¨¢s prisas. Pero los semanarios ilustrados se acabaron con la llegada de la televisi¨®n".
Al hablar de la famosa gauche divine -aquella irrepetible mezcla de pol¨ªtica, intelectualidad, whisky y Bocaccio-, Miserachs lo contempla con un aire distanciado. "Fue algo que se conform¨® desde fuera", opina. "En ning¨²n momento hubo conciencia de que fu¨¦ramos una tribu urbana, pero es cierto que fue muy in terclasista e interprofesional. Fue un fen¨®meno de aglutinaci¨®n y despu¨¦s de dispersi¨®n".
Cuenta en su libro Miserachs que un buen d¨ªa se hart¨® de Barcelona y decidi¨® instalarse en el Empord¨¤. No se arrepiente, pero constata que es un cambio que en la actualidad le comportar¨ªa muchos problemas. "Ahora abundan los fot¨®grafos", comenta, "y las publicaciones lo quieren todo en tres minutos. Vivimos tiempos de Internet, pero quieren que vivas muy cerca". Como fot¨®grafo con muchos carretes a sus espaldas, Xavier Miserachas sabe que "una buena foto es una cosa muy rara". "Pueden salirte dos por a?o", a?ade, "y cuando te planteas exponerlas siempre ves que son muy pocas. De todos modos, los que ahora dicen que hacen fotograf¨ªa art¨ªstica pueden hacer una exposici¨®n cada domingo... Pero a m¨ª me interesa la relaci¨®n con la realidad, tal como dec¨ªa Joan Fuster de Josep Pla".
En los tiempos de fotograf¨ªa digital que vivimos, Miserachs se mantiene fiel a su Leica. "Para m¨ª es la mejor c¨¢mara", afirma. "La fotograf¨ªa digital, de todos modos, no es que sea el futuro, es que ya es el presente. Nos tendremos que adaptar a ella, pero yo seguir¨¦ con mi Leica hasta que sea imposible. El fot¨®grafo siempre seguir¨¢ explicando las cosas de un modo u otro".
Miserachs, que pronto publicar¨¢ un libro sobre la fotograf¨ªa como fen¨®meno est¨¦tico, tampoco quiere aparecer como alguien reacio a las nuevas tecnolog¨ªas . "Ya era hora que se acabara lo de los laboratorios de revelado a oscuras", se?ala. "Era un anacronismo que pronto quedar¨¢ superado".
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