Asesinos y ladrones

TRES LUSTROS despu¨¦s del fin de la ¨²ltima dictadura, en Argentina se siguen desvelando nuevos horrores. El general retirado Antonio Domingo Bussi, actual gobernador de la provincia de Tucum¨¢n, ha confesado tener una cuenta bancaria en Suiza, que fue alimentada, presumiblemente, con fondos procedentes de la extorsi¨®n o el robo a detenidos-desaparecidos durante la dictadura. No es el ¨²nico. Otros represores not¨®rios, como el ex almirante Emilio Massera, el ex vicealmirante Adolfo Arduino, o los ex capitanes Jorge Acosta, el Tigre, y Alfredo Astiz figuran en la lista entregada por la fiscal suiza Carla del Ponte al juez Baltasar Garz¨®n, que investiga la desaparici¨®n de ciudadanos espa?oles en Argentina.A la escabechina de opositores planificada y ejecutada desde los cuarteles hay que sumar la rapi?a y el saqueo de los bienes de los detenidos y posteriormente desaparecidos. El bot¨ªn de guerra obtenido por los torturadores de la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (Esma) supera, seg¨²n ex militares, antiguos detenidos y organizaciones humanitarias, los 10.000 millones de pesetas.

Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, aprobadas por el Gobierno de Ra¨²l Alfons¨ªn -con un fondo de ruido de sables-, exculparon a un millar de militares involucrados en los cr¨ªmenes de la dictadura. El posterior indulto del presidente Menem puso en la calle a los generales condenados a perpetuidad. La revelaci¨®n, con nombres y apellidos, de que las v¨ªctimas de la represi¨®n fueron saqueadas antes de morir puede abrir un resquicio a la justicia, pues las leyes de Punto Final y Obediencia Debida no perdonan la extorsi¨®n. El intento de firmar por decreto el olvido no ha tenido ¨¦xito. Aunque en un gesto sin precedentes en la historia del militarismo latinoamericano, el jefe del Ej¨¦rcito, general Mart¨ªn Balza, ha pedido perd¨®n "como una muestra de respeto hacia la sociedad", la herida sigue abierta.