EE UU presiona a la industria telef¨®nica para que facilite los 'pinchazos' en la era digital
El Departamento de Justicia de Estados Unidos trata de forzar a las grandes empresas de telecomunicaciones a modificar los sistemas digitales empleados en la actualidad para poder permitir la intercepci¨®n de llamadas cuando se persigue un delito. La fiscal general del Estado, Janet Reno, y los responsables de esas empresas est¨¢n sumidos en una batalla legal en la que no se discute tanto sobre el derecho a la intimidad, en un pa¨ªs en el que los pinchazos son habituales, como sobre el pago de los gastos que se deriven de esas modificaciones en las l¨ªneas digitales.
Tres a?os despu¨¦s del comienzo de las negociaciones, el Departamento de Justicia amenaz¨® el jueves con aprobar una normativa que obligue a las compa?¨ªas de telecomunicaciones a instalar los equipos o el software necesario para permitir los pinchazos policiales en l¨ªneas digitales.Janet Reno, que ha mantenido negociaciones con las compa?¨ªas en los ¨²ltimos d¨ªas, insiste en que el Gobierno s¨®lo quiere garantizar la persecuci¨®n de los delitos en la era digital, pero la justicia y el sector no se ponen de acuerdo sobre qui¨¦n debe correr con los gastos. Si no hay un acuerdo en los pr¨®ximos d¨ªas, Reno acudir¨¢ el 13 de marzo a la Comisi¨®n Federal de Comuniaciones (el organismo administrativo que regula las telecomunicaciones en EE UU) para solicitar formalmente el establecimiento de nuevos requisitos para los operadores de compa?¨ªas telef¨®nicas: ser¨¢ necesario que todas -incluidas las estrictamente digitales- permitan la intercepci¨®n de conversaciones por parte de la polic¨ªa y el FBI.
"Lamentablemente, si nos vemos obligados a dar ese paso", declar¨® el jueves Reno, emplearemos todos los mecanismos legales posibles". Tanto su departamento como los directivos de las empresas de telecomunicaciones saben que el asunto llegar¨¢ a los tribunales, si no se firma antes un acuerdo.
Janet Reno y el director del FBI, Louis Freeh, han repetido insistentemente que el gran reto en la lucha contra el crimen en las puertas del siglo XXI es sin duda la evoluci¨®n vertiginosa de las tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n. Despu¨¦s de la ¨²ltima reuni¨®n con el sector, Reno y Frech evitaron responder a las preguntas sobre los l¨ªmites que se marcar¨¢n en la intercepci¨®n de llamadas telef¨®nicas.
Las empresas acusan al Departamento de Justicia de exigir condiciones t¨¦cnicamente complicadas y econ¨®micamente muy caras. El FBI no desea tan s¨®lo poder llevar a cabo el pinchazo convencional; por ejemplo, quiere tambi¨¦n tener la posibilidad de hacer un seguimiento de las llamadas en multiconferencia. De esa forma, si una persona participa en una conversaci¨®n con dos o m¨¢s interlocutores, el FBI podr¨ªa seguir escuchando la conversaci¨®n incluso despu¨¦s de que el usuario del tel¨¦fono pinchado haya colgado.
Los responsables de las grandes compa?¨ªas de telecomunicaciones se resisten a aceptar que la disputa gire s¨®lo en torno a los costes en que se incurrir¨¢ por las modificaciones que pide la justicia. "Es un error decir que esto es tan s¨®lo un asunto de dinero'' dice Thomas E. Wheeler, presidente de la Asociaci¨®n de Empresas de Telefon¨ªa M¨®vil y represen tante en la negociaci¨®n. "Tambi¨¦n estamos hablando", asegura Wheeler, "de un intento por parte del FBI de usar esta situaci¨®n para expandir su capacidad de llevar a cabo un seguimiento electr¨®nico del individuo". En esa queja se centran tambi¨¦n las cr¨ªticas de las aso ciaciones que ven en el conflicto una limitaci¨®n del derecho a la intimidad.
El FBI y los distintos cuerpos policiales se han visto desbordados en los ¨²ltimos a?os por la inaccesibilidad de las nuevas l¨ªneas telef¨®nicas digitales empleadas en la telefon¨ªa m¨®vil; de hecho esa privacidad garantizada. es uno de sus reclamos publicitarios. Hasta ahora, las viejas l¨ªneas telef¨®nicas permit¨ªan un f¨¢cil pinchazo sacando una simple derivaci¨®n a partir de los dos cables de cobre que terminan en el tel¨¦fono. Sin embargo, las l¨ªneas digitales usan sistemas variables de codificaci¨®n basados en complejos algoritmos que hacen pr¨¢cticamente imposible la intervenci¨®n. El FBI tambi¨¦n sabe que este tipo de l¨ªneas transportan no s¨®lo llamadas: tambi¨¦n datos, p¨¢ginas, fotos, textos y archivos que dificultan a¨²n m¨¢s el trabajo de seguimiento policial. El Congreso aprob¨® en 1994 un paquete de ayudas a las empresas de telecomunicaci¨®n (75.000 millones de pesetas) que las compa?¨ªas deb¨ªan gastar en la implantaci¨®n de tecnolog¨ªas que facilitaran las escuchas.
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