Objetores e insumisos
LOS TIEMPOS est¨¢n cambiando, afortunadamente a mejor, para los objetores de conciencia y los insumisos. Una sentencia del Tribunal Supremo de octubre pasado, conocida ahora, establece que la prestaci¨®n social sustitutoria del servicio militar no podr¨¢ imponerse a los objetores una vez transcurridos 14 meses desde el momento en que se les reconoci¨® oficialmente como tales. Esta sentencia, que puede afectar a unos 50.000 j¨®venes, es una respuesta contundente a la insostenible situaci¨®n en que se encuentran muchos objetores, que ven c¨®mo pasan los meses, incluso los a?os, sin que puedan cumplir la prestaci¨®n que se les exige, debido a la incapacidad de la Administraci¨®n para facilitar las plazas necesarias. La sentencia pone un limite a esta espera y marca la pauta que debe seguir la reforma de la Ley de Objeci¨®n, bloqueada en el Congreso desde hace m¨¢s de un a?o. Lo que viene a decir el Supremo es que la Administraci¨®n no puede imponer obligaciones a los ciudadanos si ella misma las incumple.Precisamente el Pleno del Congreso admiti¨® a tr¨¢mite el pasado d¨ªa 18 la proposici¨®n de ley para eliminar del C¨®digo Penal las condenas de c¨¢rcel que hasta ahora se aplican a quienes se niegan a cumplir el servicio militar, sustituy¨¦ndolas por un m¨¢ximo de seis a?os de inhabilitaci¨®n para acceder a cargos p¨²blicos u obtener ayudas de la Administraci¨®n. Cuando entre en vigor esta reforma, los j¨®venes que est¨¢n encarcelados por insumisi¨®n (69, seg¨²n Instituciones Penitenciarias) quedar¨¢n en libertad. Repugna, sin embargo, la idea de que el encarcelamiento pueda prolongarse durante cuatro o cinco meses s¨®lo por el hecho de que los reglamentos de las C¨¢maras impongan unos plazos m¨ªnimos, incluso en el procedimiento de urgencia, para la tramitaci¨®n de los proyectos.
La votaci¨®n del Congreso supone un pronuncia miento pol¨ªtico inequ¨ªvoco y el Gobierno deber¨ªa tomarla como un mandato para no prolongar ni un solo d¨ªa esta situaci¨®n. El hecho de que la mayor¨ªa de los insumisos est¨¦n en tercer grado y s¨®lo acudan a prisi¨®n para dormir no vale como pretexto. Tampoco el argumento, esgrimido por el Ejecutivo, de que ya han sido indultados todos los que lo han pedido y no es posible otorgar una medida de gracia a quienes no la reclaman. Es posible incluso que algunos prefieran, por razones ideol¨®gicas o pol¨ªticas, seguir en prisi¨®n. Pero la c¨¢rcel no es un hotel donde uno est¨¢ por decisi¨®n propia, sino el lugar donde la sociedad recluye a quienes considera merecedores de perder la libertad. La permanencia de los insumisos en prisi¨®n, que ha llevado a Amnist¨ªa Internacional a incluir a Espa?a entre los pa¨ªses con presos de con ciencia, es un problema de toda la sociedad.
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