Del "golpe de Estado blando" a la prohibici¨®n del islamismo
Suleim¨¢n Demirel era primer ministro de Turqu¨ªa en 1971 y en 1980, cuando el Ej¨¦rcito protagoniz¨® sus dos ¨²ltimos golpes de Estado. La primera vez, los generales le enviaron una carta para forzarle a abandonar el Gobierno. La segunda permaneci¨® tres a?os bajo detenci¨®n domiciliaria y fue condenado al ostracismo pol¨ªtico: tard¨® m¨¢s de una d¨¦cada en regresar al poder. Hoy, los militares le aprecian como garante del Estado laico y los diplom¨¢ticos europeos en Ankara le consideran el art¨ªfice de la soluci¨®n democr¨¢tica que evit¨® que los carros de combate volvieran a tomar las calles la pasada primavera, esta vez contra su antiguo compa?ero de estudios en la Universidad T¨¦cnica de Estambul, el primer ministro islamista Necmettin Erbakan.
"La prohibici¨®n del Partido del Bienestar no ha sido un problema pol¨ªtico, sino judicial", sostiene el presidente turco. "Este pa¨ªs tiene una Constituci¨®n que todos deben acatar, y nueve jueces del Tribunal Constitucional tomaron la decisi¨®n: disolver el partido e inhabilitar a seis de sus dirigentes. Pero el resto de los parlamentarios del Refah han podido crear un nuevo partido, porque en Turqu¨ªa no hace falta pedir permiso para fundar un grupo pol¨ªtico". Bajo el manto del legalismo otomano que a¨²n rige en la moderna Turqu¨ªa, Demirel muestra el abismo que media entre la ilegalizaci¨®n del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n, en 1992, que desencaden¨® la tragedia en Argelia, y la disoluci¨®n del Refah de Erbakan, consumada hace una semana, que no ha Impedido la resurrecci¨®n de la fuerza pol¨ªtica m¨¢s votada en las ¨²ltimas legislativas (20% de los sufragios) con la denominaci¨®n de Partido de la Virtud. "En Turqu¨ªa ya no hay ejecuciones pol¨ªticas extrajudiciales", apostilla el mandatario turco.
Acabar con la tensi¨®n
"Soy un presidente constitucional y protejo la Constituci¨®n. El Gobierno no fue derribado, pero el primer ministro Erbakan se dio cuenta de la tensi¨®n que exist¨ªa cuando el fiscal general present¨® su acusaci¨®n (de ilegalizaci¨®n por violar los principios laicos de Turqu¨ªa) y dimiti¨®. Facilit¨¦ la constituci¨®n de un nuevo Gobierno para acabar con la tensi¨®n. Todo se hizo de acuerdo con las reglas democr¨¢ticas". ?sta es la explicaci¨®n de Demirel al acoso y derribo desencadenado durante meses por el Ej¨¦rcito contra el primer jefe de Gobierno islamista de la Turqu¨ªa contempor¨¢nea. El presidente turco s¨®lo se permite la licencia de sugerir que en la pol¨ªtica de Ankara "a veces se produce un exceso de presi¨®n y hay una sobrecarga".
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