La "miss" que lleg¨® tarde
Carmen Abr¨¦u relata su expenencia en el concurso espa?ol de belleza que ayer cumpli¨® 38 a?os
Aunque hoy est¨¢ considerada como una de las mujeres m¨¢s atractivas del pa¨ªs, Purificaci¨®n Mart¨ªnez no logr¨® en 1973 clasificarse para la final de Miss Espa?a, en su condici¨®n de guapa oficial de Madrid. M¨¢s suerte tuvo en 1970 Mar¨ªa Garc¨ªa Garc¨ªa. Pas¨® a la final y consigui¨® ser dama de honor de la bella entre las bellas hispanas. Sus nombres de jovencitas an¨®nimas no dicen nada. Hay que traducirlos al lenguaje de la fama, Norma Duval y B¨¢rbara Rey, respectivamente, para darse cuenta de las puertas que abre un concurso de belleza como el de Miss Espa?a, que ayer cumpli¨® su 38? aniversario.
"Cambi¨® radicalmente mi vida. No s¨®lo me permiti¨® realizar mi sue?o de ser modelo, sino que me dio un marido estupendo. No puedo pedirle m¨¢s, s¨®lo tengo buenos recuerdos". Lo dice Carmen Abr¨¦u, Miss Madrid y primera dama de honor de Miss Espa?a en 1963. Carmen, con 18 a?os reci¨¦n cumplidos, pas¨® de la noche a la ma?ana de "chica de familia humilde, del Gran San Blas y aprendiza de peluquera", a ser la modelo favorita del dise?ador Pedro Rodr¨ªguez y la cara publicitaria de El Corte Ingl¨¦s durante casi 15 a?os. Hace 10 decidi¨® dar otro cambio dr¨¢stico a su vida y se convirti¨® en ama de casa. "Yo, que me he manifestado a favor de la igualdad de oportunidades para la mujer, no a?oro nada la ¨¦poca en la que trabajaba. Dur¨® lo que dur¨®". Hoy, a los 53 a?os, dice ser feliz preparando guisos para su marido, el conocido fot¨®grafo C¨¦sar Lucas, y sus dos hijos, yendo a clases de baile espa?ol, leyendo, escuchando m¨²sica y, por qu¨¦ no, vagueando.
La historia de Carmen Abr¨¦u har¨ªa creer a los m¨¢s descre¨ªdos en el destino. Ten¨ªa y tiene un f¨ªsico espectacular, con un aire a Sof¨ªa Loren que ella se encargaba de explotar. Sin embargo, su elevada estatura, que atra¨ªa las miradas de todo bicho viviente cuando viajaba en metro o en autob¨²s, le acomplejaba lo suficiente como para impedir cualquier asomo de vanidad. Fue una de las clientas de la peluquer¨ªa la que la oblig¨® a hacerse unas fotos y las present¨® al concurso de Miss Madrid, ante el reclamo permanente de la cadena SER. El d¨ªa del concurso, mientras en la radio proclamaban la lista de aspirantes admitidas, Carmen estaba con unas amigas en el cine. Nadie de su familia se enter¨®, hasta que una vecina lleg¨® corriendo: "Est¨¢n dando el nombre de la ni?a en la radio". Ah¨ª empez¨® la pel¨ªcula.
Lleg¨® a la emisora del brazo de su padre cuando acababa de terminar el concurso y ya hab¨ªa guapa oficial, Raquel Dar¨ªo. Sin embargo, aquella chica alta, morena y algo llorosa por la decepci¨®n impact¨® al jurado y a un fot¨®grafo del diario Pueblo. Sin mediar acuerdo expl¨ªcito, todos parecieron conjurarse a su favor. C¨¦sar Lucas, el joven fot¨®grafo, le hizo un reportaje que public¨® al d¨ªa siguiente con el t¨ªtulo La 'miss' que no lleg¨® a tiempo y se convirti¨® en su compa?ero inseparable hasta hoy.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, el jurado descubr¨ªa que Raquel Dar¨ªo estaba casada y ten¨ªa una hija. Aquello supon¨ªa la descalificaci¨®n inmediata. "Lo l¨®gico es que hubieran nombrado a la siguiente clasificada, pero me eligieron a m¨ª sin ni tan siquiera concursar", se?ala Abr¨¦u. A partir de ah¨ª, s¨®lo pisaba San Blas para dormir. "Estabas a disposici¨®n permanente de la organizaci¨®n, pero no te exig¨ªan mucho, s¨®lo presentarse al resto de los cert¨¢menes. Eso supon¨ªa viajar bastante". Primero, a Palma de Mallorca para el t¨ªtulo de Miss Espa?a. All¨ª s¨ª tuvo que competir luciendo el palmito, primero, vestida de chulapa; luego, con traje de noche, y finalmente, en traje de ba?o. Ese fue el peor trago para esta mujer que cuando era ya modelo consagrada se negaba sistem¨¢ticamente a desfilar con lencer¨ªa.
La ganadora fue la canaria Rosa P¨¦rez y Carmen fue primera dama de honor, lo que equival¨ªa al t¨ªtulo de Miss Nacional. "A Rosa, sus padres no la dejaban viajar y yo tuve que ir a L¨ªbano al concurso de Miss Europa e hice varios viajes a Nueva York". De nuevo hab¨ªa tenido suerte, sobre todo porque el dise?ador Pedro Rodr¨ªguez, en cuanto la vio en Mallorca, le ofreci¨® un contrato como modelo de su firma.
Adem¨¢s de las colecciones de temporada, Carmen trabajaba ocho horas esperando en la cabina del taller la llegada de clientas. "Cuando una se?ora quer¨ªa ver trajes de fiesta o de c¨®ctel, nos vest¨ªamos y desfil¨¢bamos para ella", explica. La moda se coc¨ªa entonces en torno a unos pocos dise?adores -el mismo Pedro Rodr¨ªguez, Pedro del Hierro, Pertegaz, etc¨¦tera- y las modelos eran el instrumento para lucir sus creaciones. "Lo importante era la firma, no el nombre de la modelo. Es incre¨ªble ver el cach¨¦ de las top actuales. Han superado a las actrices. Lo importante ya no es la ropa, sino ver a Naomi Campbell, Linda Evangelista o Roci¨ªto. Nosotras est¨¢bamos a sueldo y no nos conoc¨ªa nadie por la calle".
Tampoco ser miss llevaba a convertirse en personaje de la cr¨®nica rosa, como luego ha ocurrido luego con Juncal Rivero o Sof¨ªa Mazagatos. "Ni te codeabas con pol¨ªticos como ahora ni estabas todos los d¨ªas de fiesta. -Yo hac¨ªa un desfile, me lavaba la cara y me iba a casa. Lo que s¨ª te abr¨ªa eran las puertas del cine y la televisi¨®n". El historial del concurso est¨¢ plagado de futuras actrices: Carmen Cervera, la segunda miss Espa?a de la historia y hoy baronesa Thyssen; Mar¨ªa Antonia Oyamburo, alias Sonia Bruno, Miss Barcelona en 1963; Fedra Lorente, Miss Centro en 1969, o Amparo Mu?oz, la ¨²nica representante espa?ola que alcanz¨® el t¨ªtulo de Miss Universo, en 1974. "Yo", dice Carmen, "hice una pel¨ªcula, El arte de vivir, dirigida por Julio Diamante, y con Juan Luis Galiardo como compa?ero. Pero me vi tan falsa que comprend¨ª que mi pasi¨®n era la pasarela".
Desde entonces altern¨® desfiles y publicidad; desfil¨® para Loewe, Pedro del Hierro, Pertegaz, El Corte Ingl¨¦s y tambi¨¦n fue la imagen de Veterano un par de a?os. "He tenido la suerte de comer de todo y no engordar. Por tanto, la profesi¨®n no me exigi¨® grandes esfuerzos", asegura mientras lamenta el da?o que hacen "los cuerpos Danone entre las ni?as de 12 y 13 a?os". Hace tres lustros dej¨® la pasarela y empez¨® a coordinar desfiles para una empresa textil. Cinco a?os m¨¢s tarde dej¨® de trabajar definitivamente. Acab¨® entonces su ¨²nica tortura profesional: maquillarse.
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