" A m¨ª no, me importa irme

Rafael G¨®mez tiene 67 a?os, y vive, junto a su mujer y su hijo, de 31, en una casa construida sobre el patio interior de un edificio del coraz¨®n de Lavapi¨¦s, en la calle de Jes¨²s y Mar¨ªa. Ah¨ª se llega despu¨¦s de cruzar un portal que colecciona grietas y un zagu¨¢n maltrecho. En 40 metros cuadrados ha logrado embutir dos habitaciones, un sal¨®n -cocina- vest¨ªbulo y un cuarto de ba?o.A un paso de la lavadora, la mujer plancha, mientras, a un metro escaso, el hijo, en paro, ve la televisi¨®n. G¨®mez acaba de volver de la oficina que el Ayuntamiento ha colocado cerca de su casa para informar y tramitar las ayudas para arreglar el barrio. Ha sido uno de los primeros en acudir y enterarse, dos horas despu¨¦s de que se abriera el centro. Por eso sabe ya que el lugar donde reside desde hace dos a?os y medio se incluye en el apartado de infraviviendas. En total hay 754 como la suya repartidas por toda la zona.

Figurar en este apartado significa que la ¨²nica manera que tendr¨¢ este jubilado, que cobra 60.000 pesetas de pensi¨®n, de aprovecharse del plan de rehabilitaci¨®n de Lavapi¨¦s ser¨¢ la de abandonar esta casa y ser realojado en otra de protecci¨®n oficial. Deber¨¢ pagar, aproximadamente, cerca de tres millones por un piso un poco mayor que el actual. Pero con parqu¨¦, con ventanas, sin humedades, sin fr¨ªo en invierno y sin calor en verano, sin necesidad de gastar un mes tras otro en reformas que no terminan nunca porque la casa se construy¨® mal y en un sitio inadecuado.

Puede que a ¨¦l y a su familia le realojen en el barrio o puede que no. "A m¨ª no me importa irme; pero yo compr¨¦ esta casa por 2.900.000 pesetas, y algo tendr¨¦ que sacar. Si el Gobierno me da una casa por este precio, adelante. Si tenemos que pagar 15.000 al mes por el piso nuevo, pues tambi¨¦n. Comeremos lechuga y zanahorias, pero bien", cuenta este hombre, que, con todo, no es el due?o de la peor casa de ese patio.

A su lado, un vecino vive en 23 metros cuadrados. La ¨²nica ventilaci¨®n se la procura un ventanuco. "?l no tiene butano, come siempre fuera, y su cuarto de ba?o es una chispita", explica G¨®mez. La intenci¨®n del Ayuntamiento de Madrid es demoler todos estos ejemplos de chabolismo vertical. De tal manera que se extirpen estas viviendas sin tocar el resto del inmueble. De esta manera, los pisos del edificio ganar¨¢n en luz y en ventilaci¨®n.

G¨®mez advierte, eso s¨ª, que en el barrio de Lavapi¨¦s hay mucha gente mayor que tal vez no quiera que le realojen. La labor de los empleados de la Empresa Municipal de la Vivienda, as¨ª como la de las asociaciones de vecinos, ser¨¢ la de convencerlos.

En Lavapi¨¦s habitan cerca de 19.700 habitantes. La cuarta parte de ellos tiene m¨¢s de 65 a?os. Y los ni?os de hasta 14 a?os s¨®lo representan el 11,80%, de la poblaci¨®n. Otro dato significativo: el 22% de los ni?os matriculados en colegios son hijos de inmigrantes.

Desde el punto de vista de los estudios, el 28% de los habitantes de este barrio son analfabetos o casi. El 61,9% han cursado EGB o BUP. Los universitarios s¨®lo componen el 9,8% del total. El sueldo de casi el 30% de los vecinos no supera las 120.000 pesetas al mes.