Magia de Jerez
Jerez conserva la magia. Ese sonido, esa forma de cantar intransferible que convence y crea adicci¨®n.Manuel Morao, director, lo sabe hacer bien. Re¨²ne un grupo de flamencos que tienen el cante de Jerez metido en los huesos, les pone dos guitarristas muy j¨®venes pero ya maestros y a?ade una bailaora que, aun siendo bastante convencional, parece necesaria. Con todos ellos Morao hace dos horas y media de espect¨¢culo intenso y gratificante, que mantiene a la audiencia clavada en las butacas.
El cante, el de De la Morena y La Macanita, son puro Jerez, irradian un sentimiento jondo acendrado, profundamente entendido y vivido como atributo personal. Por soleares y por buler¨ªas ejercen un magisterio, con sencillez, casi con humildad. Saben, sin m¨¢s, que poseen un don y nos lo ofrecen en un ritual que para ellos mismos es un gozo. La comuni¨®n del arte, la suprema donaci¨®n.
VI Festival Flamenco Caja Madrid: El llanto de un cante
Elu de Jerez, Fernando de la Morena, Tomasa, La Macanita, Chocolate. Baile: Manuela Carpio. Toque: Diego de Mora¨ªto, Diego Amaya. Madrid. Teatro Alb¨¦niz, 6 de marzo.
Elu de Jerez es ya otra clase de artista, m¨¢s hecha a s¨ª misma, m¨¢s fruto seguramente de un trabajo de preparaci¨®n importante. Sobrada de facultades, a veces se excede en el cante precisamente por ese derroche generoso, que en el cante por siguirillas tuvo inusitada brillantez. En cuanto a Chocolate, jerezano trasplantado a Sevilla, su cante ha perdido si se quiere gran parte del acento exclusivamente local, pero ha ganado esa maestr¨ªa de quien se ha medido en todos los terrenos. Hizo tarantos y siguirillas admirables, terminando con "media ocenita" de sus fandangos personales.
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