Sobre 'La torre de la discordia'
EL PA?S del pasado 4 de marzo inserta en la p¨¢gina 34 dos art¨ªculos referidos al Proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en los que el periodista vierte una serie de consideraciones sobre su significado para la ciudad de Valencia y glosa la figura de su autor, el arquitecto Santiago Calatrava, con una objetividad irreprochable.En el segundo de ellos, titulado La torre de la discordia, nos recuerda que el origen del proyecto tuvo lugar en 1989, bajo el mandato del partido socialista, y c¨®mo, al alcanzar el poder el PP en el a?o 1995, se cambi¨® la obra original iniciada eliminando las torres de comunicaciones e incluyendo como novedades el Palacio de las Artes y el Parque Oce¨¢nico. En el art¨ªculo aparece reflejada la opini¨®n de Santiago Calatrava, calificando el ¨²ltimo proyecto de "mucho m¨¢s maduro y coherente".
Como la madurez es el resultado de la reflexi¨®n sobre una idea o hecho, y la coherencia, su correcta inserci¨®n en un sistema de valores, consideramos que el proyecto original era el m¨¢s adecuado en s¨ª mismo y para el contexto de la ciudad. No en balde fue el resultado de una profunda reflexi¨®n en la cual la propia decisi¨®n y visi¨®n del artista fue fundamental. En esa idea se pretend¨ªa crear un hito que proyectara una nueva
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imagen de la ciudad y diera un impulso a la nueva concepci¨®n tecnol¨®gica del siglo XXI, acorde con la visi¨®n de futuro que ha caracterizado al anterior Gobierno socialista.
Como creemos en su sinceridad, esta confesi¨®n acerca de su proyecto nos sonroja y entristece en la medida en que cre¨ªamos que era el profesional m¨¢s adecuado para el mismo. Seguramente, su innegable genialidad ha superado las limitaciones de otros intelectuales y arquitectos que no fueron capaces de descubrir ning¨²n error y no formularon ninguna cr¨ªtica sobre los documentos, planos y maquetas originales. Su cambio de posici¨®n actual, y las hemerotecas son un buen recordatorio, nos descubre una especie de fraude no s¨®lo a la confianza en ¨¦l depositada, sino tambi¨¦n al dinero p¨²blico que por desgracia se perder¨¢ al no ejecutarse el proyecto, tanto en obra realizada, ayudas perdidas de la UE, etc¨¦tera, como de sus, propios honorarios profesionales.
Claro est¨¢, cabr¨ªa otra interpretaci¨®n, estamos seguros equivocada. Que el se?or Calatrava, siguiendo directrices del PP y deseoso de acometer en su tierra una obra de tal envergadura, renunciara a lo m¨¢s emblem¨¢tico de su proyecto original y a algunos de los rasgos est¨¦ticos m¨¢s relevantes, sustituy¨¦ndolos por otras iniciativas no aceptadas en otras latitudes. Pero nos resulta impensable tal mezquindad.- y Aurelio Mart¨ªnez. Ex consejeros (PSPVPSOE) de Econom¨ªa y Hacienda, respectivamente, de la Generalitat valenciana.
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