En busca de un espacio negociador
El portavoz del Gobierno serbio en Kosovo ha anunciado que Belgrado permitir¨¢ las elecciones convocadas para el 22 de marzo, en las que los casi dos millones de albaneses ¨¦tnicos renovar¨¢n su peculiar Parlamento en el exilio y la figura del presidente de la Rep¨²blica, desempe?ada actualmente por el moderado Ibrahim Rugova, que se halla contra las cuerdas, sobrepasado por los radicales. Serbia ha tolerado en el pasado, aunque nunca ha reconocido sus resultados, esta expresi¨®n de la voluntad de los oprimidos, que ha servido para construir un Estado paralelo alban¨¦s en el sur del pa¨ªs.
Ahora puede ser diferente, seg¨²n medios diplom¨¢ticos occidentales de la capital serbia, que valoran el gesto como un signo de la disposici¨®n del cercado Milosevic a entablar alg¨²n tipo de negociaci¨®n con los independentistas albaneses. En el mismo sentido, abundan, habr¨ªan de interpretarse las seguridades dadas por el dictador serbio al ministro turco de Exteriores durante su reciente visita a Belgrado, en el sentido de que est¨¢ dispuesto a poner en pr¨¢ctica un acuerdo de 1996, del que hizo papel mojado, por el que permitir¨ªa que los estudiantes albaneses pudieran estudiar en su lengua en las escuelas estatales de Kosovo.
"Aupado por la reciente condena por Estados Unidos del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n, al que Robert Gelbard ha calificado de banda terrorista, Milosevic se ha considerado autorizado a hacer una limpieza en Kosovo antes de que las potencias occidentales hicieran sonar las campanas de alarma. Ahora, cuando las renovadas sanciones, sobre todo econ¨®micas, est¨¢n en el horizonte, podr¨¢ explicar a los suyos que no tiene m¨¢s remedio que ceder en algunas cosas para, de nuevo, evitar males mayores a los serbios".
Sin fuelle para las sanciones
Esta lectura de un diplom¨¢tico europeo tiene como premisa la cr¨ªtica situaci¨®n de la econom¨ªa serbia, donde la gran mayor¨ªa de los pocos que tienen trabajo cobra sus sueldos tarde y mal, y el dinero que se obtiene de los escasos y oscuros experimentos privatizadores se destina a pagar a los pilares armados del r¨¦gimen o a impedir que muchos jubilados perezcan de hambre. Economistas independientes de Belgrado juzgan un¨¢nimemente que el pa¨ªs, que tiene ve tados los circuitos financieros internacionales, no est¨¢ en condiciones de soportar sin quebrarse socialmente una nueva oleada de sanciones.Milosevic, un anacronismo cuyo universo pol¨ªtico se descompone inexorablemente, ha hecho de la manipulaci¨®n de Kosovo, de su emotivo significado para la mayor¨ªa de los serbios como cuna m¨ªtica de su identidad, la palanca de su poder absoluto durante la ¨²ltima d¨¦cada. Y sin duda necesitar¨ªa ahora un buen pretexto para poder explicar a los suyos, en l¨ªnea con su indiscutido oportunismo, que donde dije digo digo Diego. Para algunos augures, la catapulta que fue Kosovo cerrar¨¢ el c¨ªrculo, convirti¨¦ndose en tumba.
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