Los supervivientes de la matanza de Kosovo denuncian el odio y el atropello de los serbios
''?Por qu¨¦ no nos dejan enterrarlos?'', ''No me han dejado verlo ni darle sepultura'', balbucea entre sollozos Sala, de 42 a?os, sentadada sobre una alfombra en una doble fila con otras 13 mujeres, algunas casi ni?as. Miran fija y espantadamente a su interlocutor extranjero, como un coro de tragedia griega. Son mujeres de Prekaz, huidas de la matanza serbia y rejugiadas ahora, como otros varios miles de albaneses, en localidades lim¨ªtrofes de la comarca de Drenica. Sala, de rostro devastado, es madre de cinco hijos que la rodean y lleva un anorak morado.
ENVIADO ESPECIAL
La ¨²ltima cosa que le dio su marido para proteger a los ni?os del fr¨ªo en el amanecer del pasado d¨ªa 5 fue esa prenda. En el bolsillo interior est¨¢ todav¨ªa el documento de identidad de Becir Jashari, muerto a tiros a las seis y media de la ma?ana sin saber por qu¨¦. La polic¨ªa serbia ha enterrado ya los cad¨¢veres de sus v¨ªctimas en Prekaz, mantenidos dos d¨ªas en un dep¨®sito de materiales de construcci¨®n en la vecina aldea de Skenderaj. Fue el martes por la noche y los ¨²nicos testigos han sido un sacerdote musulm¨¢n y doce lugare?os. De nada ha servido la resistencia de los familiares de algunos de 1 os muertos, irreconocibles, que pretend¨ªan el an¨¢lisis de los cuerpos por forenses internacionales. "La zona de Drenica permanece aislada, incluso telef¨®nicamente, y todo lo que podemos conseguir son versiones parciales y a veces contradictorias", explica en Kosovo Mitrovica Faruk Spahin, responsable de la Liga Democr¨¢tica, el principal partido alban¨¦s, cuyas oficinas coordinan la asistencia a los huidos de la matanza. A Mitrovica s¨®lo se puede llegar desde Pristina pasando un estricto puesto de control serbio.
Las refugiadas de Prekaz representan a tres familias diferentes -con siete muertos en total, todos hombres, y cinco heridos, la mayor¨ªa ni?os- todas de la tribu de los Jashari. "Las familias de cinco vecinos se agruparon en mi casa", explica Sala. "El pueblo estaba rodeado por unos 60 veh¨ªculos como tanques y centenares de paramilitares y polic¨ªas. Con fuego de artiller¨ªa y granadas comenz¨® la destrucci¨®n de muchas casas. Alrededor de 30 personas est¨¢bamos reunidas en una gran habitaci¨®n, aterrorizadas".
Venganza
Syleme, es hermana del asesinado Becir. Tiene 30 a?os. "Creo que deb¨ªa de ser una venganza contra el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (UCK). Aunque Belgrado dice que un pariente lejano nuestro, Adem Jashari [hay casi una treintena de familias Jashari diferentes en Prekaz], era un jefe del UCK, nosotros no los conocemos, nunca los vimos". Syleme recuerda muy bien los tres colores diferentes de los uniformes de los asaltantes: "Unos iban con ropa de camufluje, verde y marr¨®n, y con las cara pintada; otros, poli c¨ªas, la milicia, de azul; y otros de color verde. Syleme cree que el Ej¨¦rcito serbio participaba en la operaci¨®n, algo que Belgrado ha desmentido. Pero recuerda muy bien que algunos de los hombres que gritaban "?vamos a mataros a todos!" y pon¨ªan a los lugare?os contra el suelo, adornaban sus mangas con insignias represen tando un tigre. El tigre es un distintivo tristemente famoso desde la guerra de Bosnia, y que en Serbia, explican los expertos, s¨®lo utilizan los mercenarios de Arkan, alias de Zeljko Raznatovic.
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