Alerta en Macedonia
Una guerra en Kosovo puede provocar el ¨¦xodo de albaneses y un conflicto ¨¦tnico en la vecina y peque?a rep¨²blica
"Por supuesto que ayudaremos a nuestros hermanos en Kosovo", asegura contundente Ismaili Eitula, de 33 a?os, en su puesto de frutas del gran bazar de SIcopje. Para ¨¦l es una cuesti¨®n de sangre. Eitula naci¨® en la capital de la Rep¨²blica de Macedonia, pero sobre todo se siente alban¨¦s. "Estoy dispuesto a luchar con ellos si es necesario y a aceptar refugiados en mi propia casa".Kosovo, cuyo reciente estallido de violencia se ha cobrado la vida de al menos 80 personas, se ha convertido en una aut¨¦ntica obsesi¨®n para las autoridades de la vecina Macedonia, donde el 22,9% de la poblaci¨®n es albanesa. El pasado viernes, m¨¢s de 15.000 albaneses se manifestaron en el centro de Skopje para protestar contra la matanza de sus hermanos kosovares.
Este min¨²sculo pa¨ªs de menos de dos millones de habitantes, que proclam¨® su independencia en 1991, consigui¨® escapar de las guerras de Bosnia y Croacia y mantenerse protegido de la avalancha de refugiados tras el caos financiero de Albania del a?o pasado. El incremento de la violencia en la vecina Kosovo puede tener ahora consecuencias bien diferentes.
Si estalla la guerra, Macedonia ser¨¢ la primera afectada ante una eventual entrada masiva de refugiados que podr¨ªa provocar un conflicto ¨¦tnico en el pa¨ªs y su extensi¨®n, en un efecto domin¨®, al resto de, los Balcanes.
El Gobierno que preside Kiro Gligorov se ha mostrado partidario de cerrar la frontera con Serbia y establecer un corredor desde Kosovo al oeste del pa¨ªs, y desde all¨ª reconducir a los refugiados a Albania. Un plan que ha sido recibido con hostilidad en Tetovo y Gost¨ªvar, las dos poblaciones de Macedonia con mayor¨ªa albanesa.
El portavoz del Gobierno macedonio, Zoran Ivanov, ha reclamado ayuda urgente de la comunidad internacional, especialmente de la Uni¨®n Europea. "Nosotros no podemos aceptar m¨¢s refugiados de lo que es nuestra capacidad, pero ser¨ªa muy dif¨ªcil ver a mujeres y ni?os atrapados en la frontera. No podemos dispararles o forzarlos a regresar".
La erupci¨®n de la violencia en Kosovo ha obligado a replantear la prolongaci¨®n de las fuerzas de prevenci¨®n de Naciones Unidas (Unpredep) desplegadas en Macedonia y cuyo mandato expira el 31 de agosto. El presidente de la ONU, Kofi Annan, ha manifestado que solicitar¨¢ al Consejo de Seguridad la permanencia de los 750 hombres desplegados en la zona, 350 soldados estadounidenses en la frontera con Serbia y 400 escandinavos en la frontera con Kosovo y Albania.
El presidente Gligorov reclama adem¨¢s la presencia de las fuerzas de la OTAN, a la que se desea incorporar como soluci¨®n a sus problemas de seguridad.
Estos deseos, sin embargo, encuentran algunos escollos. El ¨²ltimo informe realizado por Unpredep el pasado mes de noviembre, aunque reconoce una mejora gradual en las relaciones con sus eternos rivales vecinos, Serbia, Grecia y Bulgaria, manifiesta que la situaci¨®n interna es m¨¢s que preocupante. "Las tensiones inter¨¦tnicas y las dificultades socioecon¨®micas contin¨²an afectando negativamente a la estabilidad del pa¨ªs".
El reproche se refiere a los 13 a?os de c¨¢rcel a los que fue condenado en septiembre el alcalde de Gost¨ªvar, Rufi Osmani, acusado de incitar al odio nacional, racial y religioso, y de organizar resistencia contra el Estado. El teniente alcalde de Gost¨ªvar, el alcalde de la cercana poblaci¨®n de Tetovo y uno de sus concejales, tambi¨¦n fueron condenados a penas de c¨¢rcel por acusaciones similares.
Los cuatro cargos municipales, pendientes de la resoluci¨®n de recursos de apelaci¨®n, lideraron una campa?a de manifestaciones para pedir el establecimiento de una universidad albanesa en Tetovo. La protesta se sald¨® con la muerte de cuatro albaneses tras los graves enfrentamientos con la polic¨ªa.
El Gobierno insiste en que se trata s¨®lo de casos aislados y en que la integraci¨®n de la minor¨ªa albanesa en la Administraci¨®n es ya un hecho con la incorporaci¨®n de cinco ministros y con la presencia de un partido alban¨¦s en la coalici¨®n gubernamental, el Partido por la Democracia y la Prosperidad (PDP). Sin embargo, esta minor¨ªa se siente todav¨ªa agraviada. "Te¨®ricamente", afirma el diputado del PDP Abduladi Bejseli, "nos ampara la Constituci¨®n, pero en la pr¨¢ctica nos sentimos ciudadanos de segunda clase".
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