La regi¨®n sale de pesca
Gu¨ªa pr¨¢ctica para capturar salm¨®nidos en los tres r¨ªos y cinco embalses trucheros de la Comunidad de Madrid
Madrid estrena hoy la temporada de truchas. EL PA?S ofrece la teor¨ªa necesaria del c¨®mo, d¨®nde y cu¨¢ndo se debe tentar a los peces para que piquen. La pr¨¢ctica ya corre de su cuenta. Y seguro que mejorar¨¢ con la experiencia. Tiene de plazo hasta el 12 de julio, el ¨²ltimo d¨ªa h¨¢bil de la temporada, para afinar su estilo y lograr buenas capturas.
La Consejer¨ªa de Medio Ambiente tramit¨® 51.500 licencias de pesca el a?o pasado, 1.500 m¨¢s que el anterior. Un ej¨¦rcito de pescadores desempolva las ca?as para preparar el asalto a los cauces fluviales madrile?os. Se buscan las tan preciadas como escurridizas truchas. Pero, antes de lanzarse al r¨ªo, los aficionados a la pesca de la trucha deben recordar que la ley proh¨ªbe las siguientes pr¨¢cticas:
- El uso de m¨¢s de una ca?a por pescador.
- La captura de m¨¢s de seis ejemplares en una sola jornada
- Capturar truchas cuya talla sea inferior a los 19 cent¨ªmetros (tres cent¨ªmetros mayor en el coto de Alameda del Valle y en los tramos libres del cauce del r¨ªo Lozoya).
- Pescar fuera del siguiente horario: desde una hora antes de la salida del sol hasta una hora despu¨¦s de la puesta.
En la regi¨®n hay en total ocho cotos de pesca de trucha en r¨ªo, siete en el Lozoya (al oeste de la regi¨®n) y uno en el Madarquillos (al norte de la Comunidad), cuyo nacimiento est¨¢ en Somosierra; y siete en embalses madrile?os.
Los r¨ªos tambi¨¦n tienen tramos libres (que no son coto) en los que se puede pescar s¨®lo con la licencia, sin necesidad de sacar un permiso adicional como ocurre con los cotos. Para obtener esa autorizaci¨®n especial hay que acudir a la oficina de la Consjer¨ªa de Medio Ambiente, en la calle de la Princesa, n¨²mero 3.
El equipo y el cebo
Las t¨¦cnicas y el equipo de pesca dependen del cebo que se emplee. Hay dos tipos posibles: el natural y el artificial. Dentro de los naturales, s¨®lo se puede tentar a las pintonas (se llama as¨ª a las truchas comunes porque tienen el lomo lleno de motas rojas y negras) con lombriz, gusarapa y canutillo. Est¨¢ prohibido usar un pez vivo como cebo, aunque el veto no existe para otras especies como el lucio, siempre y cuando los peces cumplan con la talla m¨ªnima establecida para cada especie.Para pescar a cebo vivo se usan ca?as largas (de entre 3,5 y cuatro metros), tanto en aguas r¨¢pidas como lentas o paradas. Es una modalidad que no exige caminar mucho, sino que el pescador insiste en una zona concreta. En los r¨ªos, la ca?a larga es necesaria para templar el descenso del cebo dentro del agua. Se lanza la lombriz corriente arriba y se va sujetando para que baje a la misma velocidad que la corriente, imitando la ca¨ªda natural del gusano cuando lo arrastran las aguas. El aparejo es muy sencillo, al final de la l¨ªnea se ata un anzuelo de tama?o medio y a medio metro se coloca una hilera de plomos redondos para lastrar la l¨ªnea. Tambi¨¦n se puede colocar un flotador que aguanta el cebo a la profundidad que pongamos y que adem¨¢s sirve como indicador de la picada.
En las aguas quietas de los embalses, las ca?as largas ayudan a lanzar el cebo lejos de la orilla. Los aparejos van m¨¢s plomeados que los del r¨ªo.
Dentro del cebo artificial hay dos modalidades b¨¢sicas: la pesca con se?uelos y la pesca con mosca. La pesca con se?uelo es una modalidad que exige continuos desplazamientos por el r¨ªo. No es una pesca est¨¢tica, sino todo lo contrario. Se trata de lanzar el se?uelo en los rincones en los que se intuya que se esconde la trucha en el r¨ªo para que ¨¦sta no se pueda resistir y se lance a por el cebo.
Los principales se?uelos son las cucharillas giratorias (una pala met¨¢lica que, al girar alrededor de un eje, brilla y atrae a los peces depredadores), las ondulantes (un metal moldeado que tambien tiene un sugerente movimiento) y los peces artIficiales (que imitan la forma de nadar de un pez herido).
'Leer' el r¨ªo
Esta modalidad de pesca exige leer el r¨ªo para lanzar en anzuelo all¨¢ donde pensemos que hay una trucha apostada. Habr¨¢ que situar el se?uelo en puntos estrat¨¦gicos donde las truchas se esconden para cazar, como los lugares sombreados, las ramas sumergidas, las grandes rocas del fondo o entre los juncos. En estos casos hay que medir con precisi¨®n los lances, puesto que si no se corre el riesgo de enganchar en las ramas o en el fondo y de perder un cebo que puede costar hasta mil pesetas.La pesca con mosca tiene variantes: la de cola de rata y la de buld¨® (un flotador redondo y transparente). La primera recibe ese nombre porque se desarrolla con un equipo especial de l¨ªnea gruesa que acaba en un hilo fino, de entre dos y cuatro metros, que sirve para que el pez no sospeche del enga?o y muerda el se?uelo. Es la modalidad m¨¢s deportiva y con la que menos se hiere a las truchas. Se puede pescar en superficie o a ras de fondo. En la pesca con buld¨® se monta un aparejo de tres moscas con el que se rastrea el r¨ªo a unos veinte cent¨ªmetros de la superficie.
?sta es la teor¨ªa b¨¢sica para probar; si le acompa?a la suerte, el ¨¦xito est¨¢ garantizado.
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