Clinton asegura que ha comenzado el deshielo con el pueblo cubano, pero no con su Gobierno

La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, confirm¨® ayer que Bill Clinton, respondiendo a los deseos de Juan Pablo II, ha decidido comenzar un proceso de deshielo en las relaciones de Washington no con el r¨¦gimen de Fidel Castro, sino con el pueblo cubano. Las medidas anulan algunas de las aprobadas hace dos a?os, tras el derribo de dos avionetas civiles por un avi¨®n militar cubano. La C¨¢mara de Comercio de EE UU y varios congresistas aplaudieron la decisi¨®n de la Casa Blanca. No as¨ª el presidente de la C¨¢mara de Representantes, Newt Gingrich, ni el senador Jesse Helms.

El Gobierno, seg¨²n explic¨® Albnight mediante un texto firmado por el presidente, justifica su decisi¨®n como un deseo de suavizar las duras condiciones de vida del pueblo cubano sin apoyar por ello al r¨¦gimen de Fidel Castro, "un l¨ªder al que [los cubanos] no eligieron". Albright recalc¨® que de ninguna manera las medidas aprobadas deben interpretarse como un cambio en la pol¨ªtica hacia la isla, y que lo que busca EE UU es ayudar a los cubanos a preparar una transici¨®n pac¨ªfica.Diplom¨¢ticos europeos en EE UU y grupos norteamericanos contrarios al embargo se?alaron que la Casa Blanca reconoce de modo indirecto con este giro que la extrema dureza no ha servido para derribar a Castro, aunque s¨ª para amargar m¨¢s la vida de los cubanos.

Clinton tom¨® la decisi¨®n por iniciativa de Albright, a la que el Papa le transmiti¨® su preocupaci¨®n por las miserias de la vida cotidiana de los cubanos que pudo constatar en su viaje a la isla el pasado enero. Hace dos a?os, cuando el derribo de las avionetas de exiliados cubanos, la secretar¨ªa de Estado dijo: "Esto no son cojones; esto es cobard¨ªa".

La Casa Blanca, anulando parte de las medidas adoptadas hace dos a?os, permitir¨¢ la reanudaci¨®n de los vuelos norteamericanos a Cuba, pero no para turistas sino tan s¨®lo los que tengan objetivos humanitarios; autorizar¨¢ a los exiliados a enviar un m¨¢ximo de 1.200 d¨®lares anuales (unas 180.000 pesetas) a sus familiares en Cuba, y dar¨¢ luz verde a la exportaci¨®n no comercial a la isla de algunos productos alimenticios, m¨¦dicos y farmac¨¦uticos. Sobre esta ¨²ltima cuesti¨®n, el presidente necesitar¨¢ que el Congreso haga las reformas legales necesarias. Albright anunci¨® que EE UU vigila r¨¢ de cerca que la ayuda que se env¨ªe a la isla llegue efectivamente al pueblo cubano.

"El pueblo cubano ha empezado a pensar en el despu¨¦s de Castro y nosotros debemos hacer lo mismo", subray¨® la secretaria de Estado, quien reconoci¨® que de paso Washington pretende que la inmigraci¨®n desde Cuba sea "legal y ordenada".

Varios congresistas, la C¨¢mara de Comercio y destacadas personalidades hab¨ªan formado a comienzos de este a?o un lobby para presionar a favor de la suavizaci¨®n del embargo. Ayer expresaron su aprobaci¨®n. "Si algo no funciona, hay que cambiarlo; y el embargo no ha funcionado", declar¨® Javier Becerra, representante dem¨®crata por Califomia. "Espero", afirm¨® su colega y correligionario de Nueva York Jos¨¦ Serrano, "que esto sea el inicio de una nueva relaci¨®n con la hermana rep¨²blica de Cuba".

"El presidente hace bien al dar este paso para apoyar al pueblo de Cuba", declar¨® el congresista, dem¨®crata por Indiana Lee Hamilton, una de las voces m¨¢s prestigiosas en materia internacional del Capitolio. "En vez de la pol¨ªtica del aislamiento", prosigui¨®, "Estados Unidos deber¨ªa comprometerse con el pueblo cubano y promover el nacimiento de una sociedad civil que facilite el camino a una futura transici¨®n pac¨ªfica a la democracia".

Rebajar la tensi¨®n

Esta actitud, que no supone la desaparici¨®n de la ley del embargo a Cuba y la ley Helms-Burton, era previsible despu¨¦s de que, en las v¨ªsperas del viaje a Cuba de Juan Pablo II, Clinton hubiera expresado su deseo de rebajar la tensi¨®n entre Washington y La Habana a poco que Castro hiciera "alg¨²n gesto en materia de derechos humanos y dernocracia". Posteriormente, Clinton acogi¨® como "un hecho positivo" el anuncio de la liberaci¨®n de presos pol¨ªticos.El presidente, en realidad, ha vuelto a la pol¨ªtica que ¨¦l mismo segu¨ªa, antes del derribo de dos avionetas de la organizaci¨®n de exillados Hermanos al Rescate por un Mig cubano en febrero de 1996. Cuatro ciudadanos norteamericanos de origen cubano fallecieron en esa agresi¨®n, lo que llev¨® al titular de la Casa Blanca a ordenar la suspensi¨®n de todo tipo de vuelos a la isla y firmar, en marzo de 1996, la ley Helms-Burton.

"?Por qu¨¦ cuando se trata de Cuba, el gobierno de Clinton siempre da a cambio de nada ?", declar¨® el presidente de la C¨¢mara de Representantes, Newt Gingrich, quien pidi¨® a la Casa Blanca que reexamine su decisi¨®n. El senador Helms, jefe del comit¨¦ de Exteriores de la C¨¢mara alta, le neg¨® a Clinton la capacidad de eliminar sin permiso del Congreso sanciones como la supensi¨®n de vuelos, porque, dijo, forman parte de la ley que lleva su nombre.