?ngel Pellicer condiciona su regreso a que el proyecto de Valencia tenga rango internacional
El cient¨ªfico ofrece incorporar su l¨ªnea de investigaci¨®n sobre el c¨¢ncer
?ngel Pellicer, de 49 a?os, cient¨ªfico espa?ol que actualmente desarrolla sus investigaciones en Nueva York, ha puesto tres condiciones para regresar a Espa?a, entre ellas que el proyecto de investigaci¨®n que dirigir¨ªa tenga rango internacional. El prestigioso investigador, que alcanz¨® notoriedad mundial tras haber puesto a punto t¨¦cnicas de transferencia gen¨¦tica hoy de uso com¨²n y haberlas aplicado a la detecci¨®n de oncogenes para probar su relaci¨®n con el origen de tumores, est¨¢ negociando para regresar como director del Instituto de Investigaciones Citol¨®gicas de Valencia.
La posible vuelta de Pellicer es vista, desde ambientes cient¨ªficos, como una excelente noticia que ayudar¨ªa a dar un vuelco espectacular a la investigaci¨®n sobre el c¨¢ncer en Espa?a tras la reincorporaci¨®n de Mariano Barbacid y la ya pr¨¢cticamente segura de Eugenio Santos en Salamanca.Las negociaciones se iniciaron hace pr¨¢cticamente un a?o, tras un proceso de selecci¨®n en el que se evaluaron cuatro posibles candidaturas para asumir la direcci¨®n del Instituto de Investigaciones Citol¨®gicas (IIC). Tras ser elegido, a finales de noviembre pasado, Pellicer se entrevist¨® con el patronato de la fundaci¨®n que rige este instituto y plante¨® sus condiciones. Hace unas tres semanas recibi¨® la contraoferta del centro y la semana pasada remiti¨® su respuesta.
La respuesta, declar¨® ayer Pellicer a este peri¨®dico a su paso por Barcelona, contiene tres condiciones b¨¢sicas. La primera de ellas se refiere a sus condiciones personales. La segunda plantea la incorporaci¨®n al centro valenciano de su actual l¨ªnea de investigaci¨®n en modelos animales transg¨¦nicos. La tercera, y realmente trascendente, prev¨¦ la ampliaci¨®n a medio plazo del Instituto.
1.000 millones
El objetivo es consolidarlo como centro de referencia internacional en investigaci¨®n b¨¢sica sobre mecanismos que rigen el proceso tumoral y la elaboraci¨®n de estrategias que frenen o bloqueen la proliferaci¨®n de tumores y que desemboquen en la producci¨®n de nuevos f¨¢rmacos.En opini¨®n de Pellicer, las condiciones planteadas "no suponen un reto imposible" aunque, reconoce, "deben encajar en la filosof¨ªa del patronato (de la Fundaci¨®n Valenciana de Investigaciones Blod¨¦micas, de la cual depende el ICC)".
El principal escollo, admite el investigador, es la dificultad de definir con precisi¨®n los objetivos y la filosof¨ªa a seguir. "El patronato debe aclarar si lo que pretende es que dirija la pol¨ªtica cient¨ªfica del centro o que incorpore mis l¨ªneas de investigaci¨®n, cosa que siempre he dado por supuesto", explica. Ello no supondr¨ªa, en su opini¨®n. un coste excesivo. Pellicer calcula que ser¨ªan necesarios de 20 a 30 millones de pesetas para el primer a?o para dotar a su laboratorio y contratar el personal necesario, y otros 30 millones para los dos a?os siguientes. Redimensionar el instituto, en cambio, exigir¨ªa por lo menos su ampliaci¨®n o, incluso, la construcci¨®n de un nuevo edificio. Este supuesto, afirma, deber¨ªa evaluarse "a medio plazo" y no cree que supere los 1.000 millones de pesetas.
Para este primer periodo, que podr¨ªa ser de tres a?os, e ha considerado la posibilidad de tomarse un a?o sab¨¢tico y solicitar a su universidad un "permiso sin sueldo" durante los dos restantes. Transcurrido este tiempo, tomar¨ªa la decisi¨®n definitiva: "Si viera que no hay posibilidad econ¨®mica o no hay voluntad pol¨ªtica para que el centro adquiera rango internacional, asegura, "volver¨ªa a Estados Unidos".
La reincorporaci¨®n de Pellicer al sistema cient¨ªfico espa?ol, que abandon¨® hace 22 a?os parar ingresar en la Universidad de Columbia, primero, y en la de Nueva York a partir de 1980, es vista con buenos ojos por los cient¨ªficos espa?oles. En opini¨®n de muchos de ellos, la coincidencia con el regreso de Mariano Barbacid y de Eugenio Santos, adem¨¢s de otras reincorporaciones que est¨¢n en el candelero, como las de Manuel Perucho y Miguel Beato, puede dar pie a la creaci¨®n de una red de investigaciones de prestigio, capaz de desarrollar proyectos ambiciosos y atraer la financiaci¨®n de la industria.
El propio Pellicer sostiene que la suma de todas esas l¨ªneas, 'Junto con las que existen actualmente en Espa?a", posibilitar¨ªa que la investigaci¨®n oncol¨®gica fuera "altamente competitiva" en el contexto europeo y de nivel "verdaderamente mundial.
Para que las expectativas se cumplan, Pellicer considera ineludible que se d¨¦ soluci¨®n a tres requisitos b¨¢sicos: disponer de las estructuras adecuadas, "aunque para ello haya que traer investigadores de fuera", tener financiaci¨®n suficiente, con el consiguiente apoyo por parte de los responsables pol¨ªticos, y flexibilidad para poder contratar personal de investigaci¨®n y obtener financiaci¨®n.
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