'Homo sapiens sapiens', un mono m¨¢s
La historia de los primates en la ¨¦poca crucial en que se separa la rama que acabar¨¢ evolucionando hacia el el hombre sigue, en lo fundamental, escapando a nuestro conocimiento. No se han encontrado f¨®siles que aporten luz sobre el periodo crucial, hace unos 10 o 15 millones de a?os, durante el cual la aventura humana empez¨® realmente. Y si el hom¨ªnido conocido m¨¢s antiguo, el Ardipithecus ramidus, descubierto en 1993 en unas rocas de 4,4 millones a?os de antig¨¹edad en Etiop¨ªa fue catalogado dentro de la familia humana debido a caracter¨ªsticas de su cr¨¢neo y de sus dientes, fue por poco.Este "vac¨ªo f¨®sil" de cinco millones de a?os ?puede ser llenado por la gen¨¦tica? Es lo que se esfuerzan por responder diversos laboratorios en el mundo, entre ellos, desde hace unos 15 a?os, un equipo franc¨¦s del Centro Nacional de Investigaci¨®n Cient¨ªfica (CNRS). Sus trabajos, dirigidos por Bernard Dutrillaux, no se basan en la comparaci¨®n de genes de varias especies sino en la comparaci¨®n, m¨¢s macrosc¨®pica, de sus cromosomas. Con unos resultados que demuestran que, en definitiva, la especie humana ocupa un lugar muy banal en su ¨¢lbum familiar.
Salvo excepciones, todos los individuos de una misma especie poseen el mismo cariotipo, o dicho de otro modo, el mismo n¨²mero y la misma configuraci¨®n de cromosomas. El del hombre cuenta con 46 cromosomas, de los cuales, dos son sexuales. Los primates con el menor n¨²mero de cromosomas (20) son los lepil¨¦mures de Madagascar y los que m¨¢s tienen (84) son los tarsios de Asia. Y, entre estos dos extremos, existe toda clase de variantes. Por lo tanto, desde la aparici¨®n del anteasado com¨²n a todos los primates se han producido, junto a la diversificaci¨®n de las especies, m¨²ltiples reordenaciones cromos¨®micas. El estudio de los accidentes cromos¨®micos ofrece una v¨ªa de acceso para remontar el curso de la evoluci¨®n.
Las limitaciones del m¨¦todo: cuanto m¨¢s alejadas son las especies entre s¨ª, m¨¢s dif¨ªcil es la comparaci¨®n directa de sus cromosomas. Por lo tanto, para reconstituir el ¨¢rbol geneal¨®gico de los primates, Dutrillaux procedi¨® etapa a etapa, empezando por la comparaci¨®n entre especies cercanas.
Su equipo realiz¨® la comparaci¨®n sistem¨¢tica de 120 especies de primates. El resultado inmediato fue la confirmaci¨®n de la clasificaci¨®n establecida por la sistematizaci¨®n tradicional. La categor¨ªa de los primates se divide efectivamente en dos subcategor¨ªas, la de los prosimios (incluyendo a los lem¨²ridos) y la de los simios. La subcategor¨ªa de los simios comprende dos infracategor¨ªas, la de los platirrinos y la de los catirrinos, a la que pertenece el hombre. La filogenia cromos¨®mica tambi¨¦n ha permitido saber en qu¨¦ momento las categor¨ªas se separaron. De acuerdo con la lectura solo de sus cromosomas, los simios y los prosimios ancestrales se bifurcaron nada m¨¢s aparecer, hace alrededor de 70 millones de a?os. Asimismo, los simios parece que comparten un tronco muy corto, antes de separarse en platirrinos y catirrinos. En cambio, este ¨²ltimo grupo conserv¨® un tronco com¨²n, antes de las nuevas bifurcaciones que condujeron finalmente a los hom¨ªnidos.
A¨²n queda precisar en detalle la continuaci¨®n, pero los grandes rasgos ya est¨¢n trazados. El orangut¨¢n tom¨® primero la tangente, mientras que el antepasado com¨²n del chimpanc¨¦, del gorila y del australopiteco (del cual surgi¨® el hombre) prosigui¨® su camino. Cuando las tres especies se separaron guardaron en com¨²n 11 cromosomas y la mayor parte de sus genes. Se sabe que el hombre y el chimpanc¨¦ tienen en com¨²n el 99% de su genoma. Suponiendo que la evoluci¨®n molecular se produzca a un ritmo regular (lo que est¨¢ por comprobar), las dos categor¨ªas se habr¨ªan separado hace cinco millones de a?os.
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