La gen¨¦tica y el ¨¢rbol de la vida
La paleontolog¨ªa molecular logra completar con criaturas vivientes el estudio de la evoluci¨®n
En veinte a?os, la explosi¨®n de la gen¨¦tica ha revolucionado la forma de ver la historia de la vida. Paralelamente al estudio de los f¨®siles, la paleontolog¨ªa molecular puede realizarse sobre seres vivos. Compara no ya las formas f¨ªsicas (la morfolog¨ªa) sino los genes o los cromosomas de una especie y otra. Cuanto mayores son las similitudes, m¨¢s reciente se considera el ancestro com¨²n de ambas especies. La gen¨¦tica ha llevado a proponer modificaciones en la clasificaci¨®n de los seres vivos, algunas de las cuales son pol¨¦micas.Cuando analizamos retrospectivamente la historia de los f¨®siles de un grupo, como el de los hom¨ªnidos (la familia de los seres humanos) o el de los mam¨ªferos, l¨®gicamente, comparamos los f¨®siles que encontramos con los animales actuales. A partir de aqu¨ª, trazamos una trayectoria evolutiva entre los antiguos seres y los actuales, apoy¨¢ndonos en la adquisici¨®n constante de caracter¨ªsticas actuales. De esto se desprende que un miembro muy temprano de una familia al que falta alguna caracter¨ªstica de las que tienen los seres actuales ser¨ªa imposible de identificar como miembro de esa familia.
La paleontolog¨ªa molecular es diferente. En primer lugar, se puede hacer directamente en criaturas vivas, y usarla para deducir el curso de la evoluci¨®n desde el punto en el que se dividen las familias, como el punto de separaci¨®n entre monos y seres humanos.
Este nuevo enfoque ha puesto en duda la clasificaci¨®n exclusivamente basada en los caracteres morfol¨®gicos, con resultados pol¨¦micos en algunos casos. En 1991, Nature public¨® un art¨ªculo escrito por el cient¨ªfico israel¨ª Dan Graur con el provocativo t¨ªtulo de ?Es la cobaya un roedor?. Su respuesta, que se apoyaba en la comparaci¨®n de los genes de la cobaya (Cavia Porcellus), fue " no". A esto sigui¨® un gran debate.
Los roedores, el suborden de mam¨ªferos con m¨¢s ¨¦xito en t¨¦rminos de n¨²mero y especies, se divide al parecer en tres ramas principales: las ardillas, los ratones y semejantes y los roedores de Suram¨¦rica, como la cobaya. Del an¨¢lisis gen¨¦tico result¨® que los genes de los roedores de Suram¨¦rica eran tan diferentes a los de otros roedores que parec¨ªan representar una l¨ªnea evolutiva completamente diferente. Las cobayas y semejantes s¨®lo se parecen a los roedores por convergencia, la tendencia que tienen algunos seres vivos no emparentados a adoptar una morfolog¨ªa similar como respuesta a presiones externas parecidas (en este caso, presumiblemente, la necesidad de transformar alimentos vegetales duros).
El suborden de los roedores por lo tanto no representa un grupo real de animales con antepasados comunes, sino un popurr¨ª de mam¨ªferos primitivos que se parecen entre s¨ª por otras razones. Este trabajo es seriamente criticado porque se centra en los genes de diferentes grupos que evolucionan a un ritmo similar. Si los genes de una familia evolucionan con excesiva rapidez, se creer¨¢ que son m¨¢s diferentes de los genes de otros animales de lo que son en realidad. Este problema podr¨ªa influir en el incesante bate sobre los roedores.
La evoluci¨®n de las ballenas presenta un problema similar. Dado que su morfolog¨ªa actual, definida por el mar, oculta los restos de sus antepasados terrestres, las ballenas han sido dif¨ªciles de situar en el esquema de los parentescos entre los mam¨ªferos.
diferencia de lo que sucede con los roedores, la paleontolog¨ªa ha sido de gran ayuda al identificar f¨®siles de ballenas muy primitivas que vivieron hace alrededor de 55 millones de a?os, ballenas con patas. Un grupo de investigadores japoneses public¨® un art¨ªculo en Nature el a?o pasado que caus¨® sensaci¨®n y plante¨® numerosos interrogantes: confirm¨® anteriores indicios de que las ballenas estaban m¨¢s emparentadas con los hipop¨®tamos y rumiantes que con los camellos o los cerdos. Muchos de estos debates pueden durar a?os. Y es que la evoluci¨®n molecular ofrece la posibilidad de crear problemas, adem¨¢s de resolverlos.
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