Benjam¨ªn Prado se mete en la piel de un desaparecido en 'Alguien se acerca'
El escritor plantea el problema de identidad y esquizofrenia que se vive en las ciudades
Cuesta creer que Benjam¨ªn Prado (Madrid, 1961), un apasionado de Bob Dylan y de la poes¨ªa de Gil de Biedina, se cuente entre los espectadores de esos programas de la tele sobre la gente que un d¨ªa decide saltar de su vida y abandonarlo todo. El tema de los desaparecidos le obsesiona hasta el punto de haber trabajado durante dos a?os en la construcci¨®n de un personaje que acaba convirti¨¦ndose en otro en su nueva novela, Alguien se acerca (Alfaguara).
?De qu¨¦ huye toda esa gente? El escritor, despu¨¦s de haberse empapado de un mont¨®n de documentaci¨®n al respecto y haber consultado el tema con todos los m¨¦dicos que ha podido, cree que tratan de escapar no tanto de los dem¨¢s como de la persona en que se han convertido.En el caso de Unai, el empleado de banca de vida gris que protagoniza Alguien se acerca, su vida da un giro radical la tarde en que se salva de morir en un crimen m¨²ltiple en una cafeter¨ªa. A partir de ese momento, Unai se sube a un autob¨²s en direcci¨®n a una ciudad del norte de Espa?a y adopta la personalidad de Andr¨¦s, uno de los personajes de El ¨¢rbol de la ciencia, de P¨ªo Baroja.
La nueva novela de Benjam¨ªn Prado es tambi¨¦n un homenaje a toda esa gente que cree que lo que ve en las penl¨ªculas o lee en las novelas es verdad. De hecho, el protagonista de Alguien se acerca conoce de memor¨ªa el papel de James Dean en Gigante y convierte su paso por un hotel de carretera donde no pasa nada en un thriller del tipo El cartero siempre llama dos veces.
"Me interesaba contar c¨®mo las personas nos inventamos a las personas que nos rodean, c¨®mo nos construimos una imagen de alguien que, con frecuencia, nada tiene que ver con ellos". "Y lo peor en estos casos", aclara Benjam¨ªn Prado, "es la gente que te quiere salvar, porque suelen ser los que m¨¢s te fastidian". Lo curioso, sugiere el escritor, es que el deseo de ser otro lo tiene todo el mundo en alg¨²n momento de su vida, pero muy pocos se atreven a cruzar la l¨ªnea de sombra y perder todo lo anterior.
Al tema de fondo de la novela Prado le a?iadi¨® un poco de soledad urbana y algo de esquizofrenia contempor¨¢nea en un mundo en el que se aprende a fingir. "El personaje se ha ido construyendo su soledad pieza a pieza. Es uno de esos s¨ªmbolos del vac¨ªo en el que se mueve mucha gente en las grandes ciudades. Vive oculto tras una barricada en la que no pueden entrar los dem¨¢s, pero de la que tampoco puede salir", explica el escritor.
Un club selecto
Con esta nueva novela -"la mejor construida de mis obras"-, Benjam¨ªn Prado aspira a que se le deje de mirar como uno de esos escritores menores de cuarenta a?os de los que tanto se habla ¨²ltimamente. Su idea es que hay que juzgar la literatura por lo que lleva dentro y no por el sexo, la edad de su autor o la extensi¨®n de la obra. "De los escritores lo ¨²nico que importa es que produzcan sensaciones duraderas, y eso puede ser un verso de Gil de Biedina o los tomos de En busca del tiempo p¨¦rdido".Otro de sus objetivos es conseguir aproximarse al club de sus escritores favoritos, parecerse a los autores que le gustan aunque sea en el ¨²ltimo escal¨®n: "Me gustar¨ªa acercarme un poco a Juan Mars¨¦, Luis Mart¨ªn Santos o P¨ªo Baroja", asegura el autor de Raro sin pretender entrar en el terreno de las comparaciones.
Prado lleva cinco a?os trabajando en un poemario dedicado a escritoras suicidas que Hiperi¨®n publicar¨¢ en mayo. Ser¨¢ su reaparici¨®n en la l¨ªrica, tras conseguir en 1996 el premio Hiperi¨®n con Cobijo contra la tormenta. Sobre su mesa de trabajo reposa abierto Birthday letters, la obra de Ted Hughes en la que cuenta su relaci¨®n con Silvia Plath. De su paso por la poes¨ªa, Prado conserva " cierta econom¨ªa expresiva" que se refleja en su ¨²ltimo trabajo, el m¨¢s alejado tambi¨¦n de la cultura del rock que tanto ha usado en sus obras anteriores.
Babelia
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