Contra la amnesia

BIOGRAF?A DE UN JOVEN.Cuando un bailar¨ªn cumple 40 a?os ya est¨¢ en edad de hacer un buen recuento. Por eso no es extra?o que Nacho Duato cuente con biograf¨ªa. La ha escrito Carmen del Val y hace unos d¨ªas la present¨® en Madrid. Lo menos importante de este libro son todas las cosas que se cuentan del arte de su protagonista, lo importante es saber con qu¨¦ mirada aborda su experiencia. Y en Por vos muero (Mart¨ªnez Roca), el t¨ªtulo robado a Garcilaso no es capricho, se trata de la historia de una pasi¨®n. Pero la pasi¨®n la vive un hombre distante y fr¨ªo que acumula gran cantidad de materiales de la vida y la cultura, lo mismo de su fervor por las palabras que de su inter¨¦s por la pl¨¢stica, separando muy bien el polvo de la paja. Los mon¨®logos del protagonista en esta obra tienen la cadencia de la memoria viva y reciente y por ellos pasan los prejuicios, los miedos, las injusticias, los sue?os, el amor o el radical enfrentamiento a toda trivialidad. Los guapos tienen que pedir perd¨®n por serlo y ¨¦l se enfrenta a su imagen no para rechazarla, sino para que no interfiera. Otro espa?ol que tiene a menudo que extra?arse para serlo. O para tratar de entendernos.

LA SORPRESA DE MAX. Oigo a Elena Aub en la radio. Evoca la figura de su padre y nos recuerda c¨®mo Max, en su ¨²ltimo paso por aqu¨ª, estaba sorprendido ante la amnesia de nuestra sociedad con respecto al franquismo, una especie de c¨®modo olvido que ha ido en descarado aumento antes y despu¨¦s de la muerte de Aub. A lo mejor los curas no piden perd¨®n por su cruzada del 36 porque no saben ante qui¨¦nes tienen que caer de hinojos, implorando su absoluci¨®n: pocos parecen ya dolidos por eso. Una foto con Franco y sus obispos, publicada en este mismo peri¨®dico (los purpurados fascistas con su brazo en alto), desvela la memoria de los olvidadizos.

UN EXTRANJERO NUESTRO. Ha muerto G¨®mez Arcos, que decidi¨® escribir en franc¨¦s sobre nuestra memoria o contra nuestro olvido, desde la marginaci¨®n. Muri¨® en Par¨ªs, ciudad que eligi¨® para vivir en libertad, no como exquisito snob, sino en sus bajos fondos, y desde all¨ª ven¨ªa de vez en cuando a observar la modorra patria y a reprochar a los acomodados su falta de reacci¨®n; quiz¨¢ a ver c¨®mo aumentaban las cajas vac¨ªas, seg¨²n dir¨ªa el pintor Arroyo, otro deslenguado como ¨¦l. Le sorprend¨ªa esta siesta de los espa?oles, ahora en muchos casos cuidadosos estetas, descuidados con el recuerdo por si se altera el orden. Algunos jefes de estaci¨®n literaria dijeron cuando vino que hab¨ªa llegado tarde, pero ¨¦l, que no iba a la moda, nunca esper¨® ser recibido por nadie. No se propon¨ªa llegar a ning¨²n s¨ªtio.

LA LUZ DE ANA MAR?A. Limpia memoria la e Ana Mar¨ªa Matute, que vino a Madrid hablar de un cuadro de Petrus Christus y dijo haber estado en su misma oscuridad, con un ni?o en brazos y rodeada de espinas. Despu¨¦s de un largo viaje por la mencol¨ªa, no s¨®lo conserva su memoria intacta, sino que la alimenta. Ella confiesa, haber encontrado luz en toda oscuridad y por eso sigue aqu¨ª, tan viva. Esperanzada siempre, pero sin olvidar.

LA OSCURIDAD DE JUANA. Juana Salabert -buena prosa joven- confiesa que se adentra en la oscuridad que todos llevamos dentro, quiz¨¢ cada vez m¨¢s. En su Mar de los espejos (Plaza y Jan¨¦s) trabaja la memoria y es elogiada por su modo de hacerlo, con pulcritud. Todos insistiendo en lo que al parecer es nuestra mayor carencia, la memoria, y los m¨¢s c¨ªnicos empe?ados en aprovecharse del olvido, disimulando, para ir contra otros.

EL ORO DE GALA. Menos mal que Antonio Gala, que no es poeta de la experiencia, dio en el clavo: el mal de la cultura no est¨¢ en que adoremos al becerro de oro, sino al oro del becerro. Relumbraba en su pecho la medalla de oro de las Bellas Artes y este desinteresado artista hizo el diagn¨®stico de nuestros males. Curro Romero lo miraba atento y quiz¨¢ persuadido, dispuesto a retirarse.

CABALLERO HIJO. Un d¨ªa, Caballero Bonald, ante el prop¨®sito de su ciudad natal, Jerez de la Frontera, de hacerlo hijo predilecto, dijo que prefer¨ªa que lo nombraran hijo descarriado. No pudieron atender a su elecci¨®n por ausencia del honorable t¨ªtulo en el cat¨¢logo de reconocimientos y en vez de argumentar esta dificultad decidieron no hacerlo, ni una cosa ni otra. Mejor humor ha demostrado la Diputaci¨®n de C¨¢diz y ahora es hijo predilecto de toda la provincia, incluido Jerez. Si se lee Tiempo de guerras perdidas (Anagrama) se explica uno enseguida al hijo predilecto y al hilo descarriado en tan hermoso libro de memorias. Caballero Bonald cultiva la iron¨ªa mientras los que fecundan nuestra amnesia exhiben su virtud. ?Son tantos!

P. D. Diecis¨¦is catedrales de Inglaterra -una de ellas cat¨®lica- invierten en armamento sus limosnas. A san Cayetano he hecho esta promesa: si me haces el milagro te regalo un rev¨®lver.