Un gui¨®n de encargo
El Athletic remonta dos ventajas del Racing en un partido con goles y sin juego
Los cr¨¦ditos anunciaban una de piratas y el partido depar¨® una de suspense, bien es cierto que con un gui¨®n de encargo a bajo precio pero que manej¨® con solvencia los tics explosivos del encuentro. El f¨²tbol es a veces generoso con quienes lo maltratan y premia con un festival de goles actitudes que no resisten un examen de solvencia. La generosidad entretiene, aunque sea a base de una ruleta de la fortuna y unas buenas dosis de tes¨®n. Pero el f¨²tbol es cl¨¢sico por m¨¢s que evolucione y sigue repartiendo sus favores en funci¨®n del lugar que cada cual exhiba en la clasificaci¨®n. El Racing pag¨® sus urgencias para que el Athletic pueda seguir so?ando con Europa.La estrategia esconde muchas veces otras carencias. El Athletic hab¨ªa anunciado abordajes, ataques fulminantes, ofensiva total... y a los 20 minutos hab¨ªa regalado dos goles con nueve jugadores del Racing sin atravesar la l¨ªnea central. El sistema defensivo del conjunto blba¨ªno resultaba pat¨¦tico: por el centro era una autopista desguarnecida en la que Correa apret¨® el acelerador y alcanz¨® el peaje con una facilidad pasmosa. Dos balones en sus pies, dos goles con todo el Racing detr¨¢s.
El Athletic perd¨ªa credibilidad y se preparaba para un encuentro extra?o, chusco, definido por los errores m¨¢s que los aciertos. Una pel¨ªcula de reestreno que sin embargo acab¨® por entretener a la concurrencia, que hasta el ¨²ltimo suspiro no adivin¨® qui¨¦n era el asesino.
Al Athletic le falta cuajo, solvencia y la inteligencia suficiente para leer los partidos. Ayer se encontr¨® a un rival que le sobran nervios y la calma necesaria para gestionar los resultados. La primera mitad se escapaba con los dos ejercicios t¨¦cnicos de Correa y otros tantos cabezazos de Urzaiz, cundo el Athletic fue capaz de hilvanar una jugada en tres toques que Etxeberria envi¨® a la red. En ese minuto 45 perdi¨® el Racing el partido. El Athletic estaba muerto, casi entregado, con el p¨²blico en el cogote e incapaz de aproximar su juego a la frontera del f¨²tbol.
El gol hundi¨® al Racing que se aprest¨® a resistir y negar su culpabilidad para guarecer el resultado. El Athletic se olvid¨® de jugar, se dispuso a una lucha visceral, favorecida por el repliegue del conjunto santanderino que le permit¨ªa tener el bal¨®n en los lugares peligrosos. Ese tipo de situaciones siempre favorecen la autoestima rojiblanca. Cuando ve el bal¨®n sobrevolar el ¨¢rea, se crece y recobra la fe aunque su f¨²tbol provenga del infierno. Y lleg¨® el gol, y habitual de Larrazabal en la ejecuci¨®n de un libre directo lejan¨ªsimo efectuado de forma magistral.
Entonces le sali¨® al Racing la rabia, la prisa, el juego. Yosu inund¨® de delanteros su equipo dando entrada a Conte y despu¨¦s a Alberto y obtuvo su recompensa. Alberto puso en entredicho la velocidad y la cintura de la defensa rojiblanca y su disparo al poste lo aprovech¨® Correa, que tradujo en gol cuanto su pie toc¨®.
El Athletic, descalabrado, sin cerebros en el terreno de juego, rompi¨® el calendario, apel¨® al ollazo como estrategia para conducir el bal¨®n y se sac¨® dos goles de la chistera que le devolv¨ªan la credibilidad europea y una remontada ¨¦pica para solaz de los m¨¢s viejos del lugar.
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