Un nuevo contrato para el bienestar
Tony Blair quiere garantizar con su reforma social que cada trabajador ingresar¨¢ 40.000 pesetas a la semana
, La idea es clara y contiene elementos revolucionarios que determinar¨¢n el progreso de la new Britain a lo largo de las pr¨®ximas generaciones. Y, a juzgar por sus l¨ªneas maestras, presentadas por el Gobierno, est¨¢ repleto de esperanzas. Embarcado en la m¨¢s ambiciosa empresa de su gesti¨®n, iniciada hace casi un a?o, el primer ministro laborista, Tony Blair, ha dado los primeros pasos para la reconstrucci¨®n del Estado del bienestar sobre la base de dos principios sustanciales: trabajo y seguridad. Dos ideas que parec¨ªan incompatibles.Ambos objetivos est¨¢n fielmente reflejados en el programa del nuevo presupuesto, presentado por el canciller del Exchequer (responsable de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno), Gordon Brown, y que identifica nada menos que 30 metas.
Este Libro Verde, denominado Nuevas ambiciones para nuestro pa¨ªs. Un nuevo contrato para el bienestar, es el plan anunciado la semana pasada y que abre lo que el propio Blair ha definido como "el comienzo de un nuevo debate".
"Queremos que se discuta a lo largo y ancho del pa¨ªs, que sea redefinido y reelaborado antes de que publiquemos nuestras propuestas detallando los componentes individuales de la ref¨®rma", declar¨® Blair. Dar trabajo a los que pueden trabajar y seguridad a los que no pueden constituye la filosof¨ªa b¨¢sica de. ese plan, que, contrariamente a temores iniciales, no afectar¨¢ a la clase media en el grado que muchos se supon¨ªan y tem¨ªan.
Uno de los pilares del plan es el llamado working families tax credit (impuesto para las familias trabajadoras), un sistema inspirado en el modelo norteamericano mediante el cual se reducen las obligaciones impositivas a miembros de la familia que trabajan. Por otro lado, ofrece protecci¨®n a los minusv¨¢lidos e incapacitados. El objetivo es garantizar que un trabajador a tiempo completo lleve semanalmente a su hogar un m¨ªnimo de 160 libras esterlinas (41.600 pesetas) y que nadie con salario de menos de 220 libras esterlinas (57.200 pesetas) a la semana pague impuesto sobre sus ingresos.
En un pa¨ªs donde hasta los extranjeros tienen derecho a reclamar beneficios, -a sus hijos, la ayuda estatal a la ni?ez aumentar¨¢ sustancialmente y ese beneficio estar¨¢ exento de impuestos. Los incentivos estatales para que las madres solteras se incorporen a la fuerza laboral y el sistema ofrezca mayor protecci¨®n y seguridad a los jubilados son parte de la columna vertebral del proyecto.
La declaraci¨®n oficial afirma que el nuevo presupuesto protege tanto los intereses de los pobres como los de las empresas, y la City ha aplaudido la intenci¨®n de reducir en un penique los impuestos a las compa?¨ªas (corporate tax) a partir del 1 de abril de 1999.
La fuerte inyecci¨®n -500 millones de libras esterlinas- al Servicio Nacional de Salud, as¨ª como otros 500 millones para la mejora del transporte p¨²blico y 250 millones para la educaci¨®n, no hace sino afianzar la confianza en una gran reestructuraci¨®n del sistema de bienestar.
Desde la aprobaci¨®n del presupuesto, el Gobierno ha venido aclarando gradualmente los m¨¦todos y metas para conseguir un Estado m¨¢s justo y equitativo. As¨ª, el lunes pasado, Harriet Harman, la ministra de Bienestar Social, anunci¨® que a partir de octubre del a?o 2000 se adoptar¨¢n medidas capaces de legalizar la obligatoriedad de buscar trabajo entre la gente en paro.
Para entonces, el Gobierno laborista proyecta haber creado suficientes fuentes de trabajo o entrenamiento profesional (en algunos casos con subsidios gubernamentales), as¨ª como las condiciones necesarias para reducir dr¨¢sticamente la dependencia de sectores de la poblaci¨®n en los diversos y costosos sistemas de beneficencia.
Harman puso un ejemplo: las mujeres de 25 a?os de edad, en el paro y sin hijos ser¨¢n alentadas al trabajo mediante una serie de incentivos cuya existencia y funcionamiento de programas especializados demandar¨¢n una inversi¨®n de 60 millones de libras esterlinas. "Ello querr¨¢ decir que, por primera vez, aquellas mujeres cuyas parejas est¨¦n en el paro tendr¨¢n la obligaci¨®n de conseguir empleo. Es incre¨ªble que a estas alturas se siga tratando a las mujeres como dependientes por el solo hecho de estar casadas con un hombre sin empleo", dijo la ministra.
Por otra parte, a las aproximadamente 250.000 personas que actualmente reciben beneficios por incapacidad f¨ªsica se les ofrecer¨¢n opciones para incorporarse, en la medida de sus posibilidades, a actividades productivas remunerables con la promesa de que en cualquier momento podr¨¢n recobrar su situaci¨®n anterior en caso de que finalicen sus funciones.
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