China y la crisis asi¨¢tica: un impacto inevitable
El autor sostiene que en China no se reproducir¨¢ la crisis de los pa¨ªses asi¨¢ticos, pero s¨ª sufrir¨¢ sus consecuencias
La situaci¨®n de China en relaci¨®n con la crisis econ¨®mica asi¨¢tica es una de las principales cuestiones que ha planeado sobre la cumbre euro-asi¨¢tica del denominado grupo ASEM que se ha celebrado en Londres.Desde mediados del a?o pasado la econom¨ªa mundial se ha visto convulsionada por la crisis de las econom¨ªas asi¨¢ticas, una crisis que comenz¨® afectando a Tailandia y que r¨¢pidamente se propag¨® hasta alcanzar de lleno a numerosos pa¨ªses de la zona, incluyendo algunos con una econom¨ªa tan madura c¨®mo era Corea el Sur. Detr¨¢s de la crisis asi¨¢tica se encuentran dos grandes factores: la debilidad de los sistemas financieros y la sobrevaluaci¨®n de sus tipos de cambio. Numerosos bancos de Tailandia, Indonesia o Corea del Sur se han encontrado con un alto porcentaje de cr¨¦ditos de dif¨ªcil o imposible recuperaci¨®n, debido a una pol¨ªtica poco rigurosa en el an¨¢lisis de los riesgos, favorecida por sistemas de vigilancia poco estrictos por parte de las autoridades monetarias.
Por otra parte, muchos.bancos y empresas se endeudaron en moneda extranjera, confiando en la estabilidad de los tipos de cambio. Al mantenerse "pegadas" al d¨®lar, las monedas de estos pa¨ªses se revalorizaron junto con la moneda americana, lo cual provoc¨® p¨¦rdida de competitividad de sus exportaciones y un agravamiento de sus d¨¦ficit en la balanza de pagos, en primer lugar de la balanza por cuenta corriente. Tras las devaluaciones de las monedas asi¨¢ticas que se produjeron a partir de mediados de 1997, el peso de las deudas contra¨ªdas con el exterior aument¨® notablemente. Hasta ahora, China la logrado mantenerse al margen de las convulsiones econ¨®micas. Pero ?podr¨¢ seguir as¨ª en el futuro? ?O ser¨¢, como algunos pronostican, la pr¨®xima ficha de domin¨® que caer¨¢ en la extensi¨®n de la crisis asi¨¢tica?
El an¨¢lisis de su situaci¨®n econ¨®mica permite pronosticar que en China no se reproducir¨¢ la crisis que ha golpeado a otros pa¨ªses asi¨¢ticos, pero s¨ª que sufrir¨¢, y de forma, apreciable, sus consecuencias.
En cuanto a las similitudes entre China y los pa¨ªses afectados por la crisis, sin duda la m¨¢s importante es la que se refiere a la situaci¨®n de los bancos. La banca china tambi¨¦n ha acumulado un alto porcentaje de cr¨¦ditos "malos". A principios de 1998, seg¨²n estimaciones oficiales, estos cr¨¦ditos representaban en torno al 5%-6% del total de los cr¨¦ditos de los bancos estatales (que dominan el sistema bancario chino). Seg¨²n -otras estimaciones, los cr¨¦ditos "rnalos" podr¨ªan llegar a casi el 20% del total, lo que equivaldr¨ªa a un 18% del PIB. Muchas empresas estatales se han mantenido a flote gracias a los cr¨¦ditos que les han dado los bancos. En vez de recurrir a subsidios directos, el gobierno les ha financiado con subsidios indirectos, a trav¨¦s de cr¨¦ditos bancarios que no podr¨¢n ser devueltos.
Ahora bien, el sistema financiero chino presenta importantes diferencias con los sistemas financieros de los pa¨ªses asi¨¢ticos afectados por la crisis.En primer lugar, las Bolsas de Valores de China, que no empezaron a funcionar hasta principios de los a?os noventa, tienen una dimensi¨®n muy reducida. La presencia de capi tales extranjeros en las Bolsas es a su vez relativamente peque?a. El impacto de una hipot¨¦tica hu¨ªda de capitales ser¨ªa muy limitado en comparaci¨®n con el tama?o de la econom¨ªa.
Por otro lado, en China es m¨¢s dif¨ªcil que se produzca una crisis generalizada de confianza en el sistema bancario. Como hemos se?alado, ¨¦ste se halla dominado por bancos estatales. Existe un convencimiento generalizado de que ¨¦stos, en el caso de dificultades, se ver¨ªan respaldados con firmeza -por el gobierno. Este respaldo se ve favorecido por el bajo nivel alcanzado por la deuda p¨²blica (alrededor del 8% del PIB). El gobierno tiene pues un amplio margen de maniobra para captar fondos, mediante emisiones de bonos, con los que acudir en auxilio de sus bancos.
Lo que s¨ª distingue de forma radical a China de los pa¨ªses en crisis es la posici¨®n exterior de su econom¨ªa, que se encuentra muy saneada. China mantiene un elevado super¨¢vit en su balanza por cuenta corriente, que en 1997 fue de 14.000 millones de d¨®lares. Las entradas de capital han consistido en su mayor parte en inversiones, a largo plazo. El peso de inversiones especulativas a corto plazo, que son las que podr¨ªan originar r¨¢pidos movimientos de capital, es relativamente muy peque?o. Adem¨¢s, la mayor parte de los pr¨¦stamos "rnalos" de la econom¨ªa china son en moneda local, no en d¨®lares.
A principios de a?o la deuda exterior china ascend¨ªa a unos 130.000 millones de d¨®lares. Es una cifra que parece alta en t¨¦rminos absolutos, pero que en t¨¦rminos relativos, y comparativamente con otros pa¨ªses, no deber¨ªa ser causa de preocupaci¨®n. Casi el 90%es deuda a medio y largo plazo, y gran parte corresponde a pr¨¦stamos concesionales, con unas condiciones muy favorables.
La econom¨ªa china ha demostrado una gran efectividad para aumentar sus exportaciones, que llegaron a 182.000 millones de d¨®lares en 1997, con un super¨¢vit en la balanza comercial de unos 40.000 millones. Como resultado de esta positiva evoluci¨®n de sus cuentas exteriores, a principios de este a?o las reservas de divisas eran de unos 140.000 millones de d¨®lares, lo que convert¨ªa a China en el segundo pa¨ªs del mundo en nivel de reservas (despu¨¦s de Jap¨®n).
Por ¨²ltimo, y al margen de todo lo anterior, hay que tener en cuenta que la moneda china disfruta de un cierto grado de inmunidad ya que tiene un grado menor de convertibilidad que las monedas de los otros pa¨ªses asi¨¢ticos. No existe libre convertibilidad para operaciones de capital. Una fuga masiva de capitales por razones especulativas o de desconfianza no se r¨ªa por tanto posible, por simples razones de control administrativo. A diferencia de los pa¨ªses que tienen convertibilidad, China no tiene la obligaci¨®n de entregar d¨®lares a cambio de moneda china a cualquiera que se lo pida. Y, a diferencia de Tailandia, Indonesia o Corea del Sur, tiene un volumen elevado de reservas, que le permite cambiar moneda china a aquellos que tienen derecho a cambiarla.
Ahora bien, si no parece probable que en China pueda re producirse una crisis como la que han tenido otras econom¨ªas asi¨¢ticas, lo que s¨ª es cierto es que sufrir¨¢ sus consecuencias, por varias v¨ªas. Las fuertes devaluaciones de las monedas de los pa¨ªses que se han visto afectados por la crisis han aumentado notablemente la competitividad de sus productos. Muchos de ellos, como los textiles o la electr¨®nica, compiten con los productos chinos en los mercados. internacionales. Las exportaciones chinas acusar¨¢n esta p¨¦rdida de competitividad. Por otro lado,estos pa¨ªses asi¨¢ticos constitu¨ªan mercados para las exporaciones de China, mercados que se contraer¨¢n por efecto de la crisis. S¨®lo las exportaciones Jap¨®n y Corea del Sur representaron en 1997 un 47% de las exportaciones totales chinas. La crisis no s¨®lo ha afectado a las compras de productos. Las inversiones procedentes de Jap¨®n, Corea del Sur y Hong Kong han desempefiado un papel de gran importancia en las inversiones extranjeras en China, y tambi¨¦n se frenar¨¢n. Finalmente, la crisis asi¨¢tica ha impulsado a las autoridades chinas a adoptar una pol¨ªtica de mayor prudencia en su pol¨ªtica de importaciones y endeudamiento exterior, por una simple raz¨®n de prudencia ante lo que pueda suceder en el futuro.
Por todo ello, el crecimiento se moderar¨¢, de una manera que es dif¨ªcil estimar cuantitativamente en el momento en que se escriben estas l¨ªneas. No se puede decir, por tanto, que la crisis asi¨¢tica vaya a pasar sin "rozar" a China. Con una econom¨ªa cada vez m¨¢s interrelacionada con el exterior, China no pod¨ªa dejar de verse afectada por una crisis que ha golpeado con tanta dureza a muchos de sus vecinos, algunos de los cuales se encuentran entre sus principales socios comerciales y fuentes de inversi¨®n.
S¨®lo en 1998, seg¨²n estimaciones del gobierno, el n¨²mero de desempleados podr¨ªa aumentar entre tres y cuatro millones por despidos en las empresas p¨²blicas. Por ello, una reducci¨®n de la tasa de crecimiento es una amenaza de indudable seriedad para un pa¨ªs en el que el mantenimiento del crecimiento y de la prosperidad econ¨®mica constituye el factor fundamental de su cohesi¨®n, de su estabilidad social y de su evoluci¨®n general.
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