Ayuda, no restituci¨®n
LA COMISI?N gubernamental creada para investigar responsabilidades en la compra de oro arrebatado por los nazis a los jud¨ªos ha llegado a la satisfactoria conclusi¨®n de que el Estado espa?ol actu¨® de forma "jur¨ªdicamente impecable". El informe de la comisi¨®n, que preside el socialista Enrique M¨²gica, establece que no hay reproche jur¨ªdico alguno a formular contra el Estado franquista por las compras de oro nazi, explicables por las dif¨ªciles circunstancias del momento", lo que forz¨® al Gobierno de la ¨¦poca a aceptar el oro alem¨¢n como pago de los materiales estrat¨¦gicos que se suministraban al Eje. Las conclusiones apelan al sentimiento humanitario de los espa?oles y recomiendan a Espa?a que "aporte la ayuda que juzgue m¨¢s conveniente a la Organizaci¨®n Mundial Sefard¨ª".Es ¨¦sta una adecuada y sabia disposici¨®n que declara moralmente imprescriptible casi m¨¢s el derecho que la obligaci¨®n a resarcir a las v¨ªctimas de las atrocidades nazis, aunque la vinculaci¨®n de Espa?a a ese crimen no exista como responsabilidad de Estado, y a lo sumo tenga un car¨¢cter lateral por la omisi¨®n de comprobaciones en circunstancias atenuantes. Tambi¨¦n es acertado que se singularice a la organizaci¨®n sefard¨ª como receptora de esa eventual ayuda, porque si es cierto que el pueblo jud¨ªo es s¨®lo uno, no lo es menos que Espa?a tiene sus jud¨ªos suficientemente identificados. El pueblo jud¨ªo se reconoce tradicionalmente dividido en dos grandes familias culturales, la askenazi, procedente de Europa central y el mundo eslavo, y la oriental, designaci¨®n que cubre la di¨¢spora del sur de Europa y los pa¨ªses ¨¢rabes, y una mayor¨ªa de cuyos integrantes prefieren llamarse sefard¨ªes como originarios de la Espa?a medieval, que se llama Sefarad en la lengua hebrea.
De la misma forma que nuestro pa¨ªs tiene lazos de sangre y cultura con Am¨¦rica Latina, los posee, incluso con varios siglos de mayor antig¨¹edad, con una comunidad que fue parte de la Hispania medieval hasta la expulsi¨®n de 1492, que en no pocos casos conserva el castellano, y que recuerda con emoci¨®n aquella patria cuya capital era el Toledo de las tres culturas, que el ¨¢rabe, el jud¨ªo y el cristiano compartieron.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.