Garrido, con la cruz a cuestas

Los 85 golpes del jueves condenaron a Ignacio Garrido a pasar el Viernes Santo con una cruz a cuestas. Termin¨® la procesi¨®n solo, sin compa?ero de juego y casi sin p¨²blico: fue el primer partido de la jornada.El joven madrile?o debutante en el Masters no sab¨ªa quien es Doug Ford, ganador del Masters en 1957 e invitado vitalicio. "Yo que estaba un poco menos alica¨ªdo pensando que por lo menos no hab¨ªa sido el ¨²ltimo", cuenta, "y me veo llegar a la salida a mi compa?ero de partido. Y veo a un se?or mayor (75 a?os) que no llegaba a green de dos en los pares cuatro". El alma se le cay¨® a los pies a Garrido. "?Y a este jugador s¨®lo le he sacado un golpe? Entonces es que soy muy malo", se dijo. No era la mejor forma de afrontar su ¨²ltima ronda en su primer Masters. Sabiendo que no pod¨ªa pasar el corte, se hab¨ªa propuesto dejarse por lo menos un buen sabor de boca y transmitir a los responsables del torneo el mensaje de que no, que no hab¨ªan invitado a un petardo.

"Todos mis planes no sirvieron de nada", dice Garrido. "Pensaba salir tranquilo, buscando hacer unos cuantos pares y despu¨¦s lanzarme a atacar". Comenz¨® con un bogey, se aturull¨® pensando que un + 4 en el primer d¨ªa era una mala tarjeta, se li¨® la manta a la cabeza y termin¨® + 13. "No era yo el que jugaba", dice. "Me habr¨ªa ganado hasta mi hermano peque?o". Pese a todos los presagios, el viernes, al menos, cumpli¨® con sus objetivos. Fue la 15? tarjeta del d¨ªa, mejor incluso que la de Olaz¨¢bal. "Me he demostrado que este campo estaba a mi alcance, que lo del primer d¨ªa fue un accidente".

Y se fue contento, pero con ganas. "Cuando gane el Masters, todo el mundo recordar¨¢ como an¨¦cdota que el primer d¨ªa aqu¨ª hice 85 golpes".