L¨ªderes de todo el mundo saludan el hist¨®rico acuerdo de paz para el Ulster

"Celebramos la paz en Irlanda del Norte,que honra a toda Europa". El saludo del Vaticano al acuerdo firmado el viernes en Belfast se uni¨® ayer a las felicitaciones de la comunidad internacional por el hist¨®rico pacto. Felicitaciones que, en palabras de la Uni¨®n Europea, deben entenderse como "un homenaje a la perseverancia y a la determinaci¨®n de todos los negociadores implicados". Desde Washington, el presidente Clinton, que hasta el ¨²ltimo minuto jug¨® un papel clave en el logro del acuerdo, puso en guardia a los protagonistas sobre las arremetidas violentas que puede sufrir el proceso de paz. Para el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, el acuerdo "es un modelo para la comunidad internacional". El secretario de Naciones Unidas, Kofi Annan, celebr¨® el "esp¨ªritu de compromiso" del acuerdo.

"Ha triunfado el coraje". Demacrado, pero profundamente satisfecho despu¨¦s de la recta final de las negociaciones, el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, resumi¨® as¨ª el pasado viernes el desenlace de las reuniones celebradas en el castillo de Stormont, junto a Belfast. Los enemigos ac¨¦rrimos que durante los ¨²ltimos 30 a?os se han enfrentado brutalmente en Irlanda del Norte, con un coste de 3.200 vidas, se comprometieron, despu¨¦s de arduas y complejas negociaciones, a desterrar la violencia y a resolver sus problemas pac¨ªfica y democr¨¢ticamente. El plan firmado en Belfast prev¨¦ la creaci¨®n de una Asamblea aut¨®noma de 108 miembros, que deber¨¢ instalar un Consejo ministerial interfronterizo Norte-Sur. Se establece, adem¨¢s, la formaci¨®n de organismos para desarmar las milicias paramilitares, reorganizar las fuerzas de polic¨ªa y formar un nuevo Consejo brit¨¢nico-irland¨¦s que regule las relaciones entre las dos islas. El 22 de mayo, en consultas simult¨¢neas, los irlandeses del norte y del sur dar¨¢n su veredicto al acuerdo. El presidente Clinton, que durante la madrugada del jueves al viernes no dej¨® de utilizar el tel¨¦fono para que las negociaciones sortearan los escollos finales, proclam¨® el advenimiento de "la primavera de la paz". Menos entusiasta, el dirigente nacionalista Gerry Adams acept¨®, sin embargo, que el acuerdo abre "una visi¨®n de futuro, de una Irlanda libre de divisiones y conflictos y de una sociedad que puede vivir en paz".