Las Hurdes, sencillamente
La comarca que ahora visitan los Reyes ya no es aquella cuya miseria film¨® Bu?uel
"Nada pediremos. S¨®lo queremos mostrarles Las Hurdes de hoy, que no son ni las del cineasta Luis Bu?uel ni las que conoci¨® el rey Alfonso XIII". Jos¨¦ Gonz¨¢lez de C¨¢ceres, el alcalde de Pinofranqueado, resume as¨ª, con orgullo, una reivindicaci¨®n de sus paisanos. "Somos una comarca m¨¢s, no bichos raros". La expresi¨®n se acu?a en Vegas de Coria. Los hurdanos saben que hoy y ma?ana son d¨ªas hist¨®ricos. Otro rey, don Juan Carlos, a quien acompa?a do?a Sof¨ªa, vuelve a su tierra cacere?a, invitado por el presidente de la Junta, el socialista Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, "puede que para comenzar a escribir la leyenda blanca".Y es que la otra leyenda, la negra, sobre la que se asent¨® la imagen inh¨®spita, cargada de primitivismo, salta hecha a?icos con la observaci¨®n del entorno: valles profundos, el olivo arraigado, el cerezo despuntando, colmenas trashumantes... Y, entre parajes suaves o bruscos, aldeas de nombres ingeniosos: Cambroncino, Riomalo, Arrolobo, Carabusino, Asegur, Casajurde... Alquer¨ªas agrupadas en cinco cabeceras: Pinofranqueado, Caminomorisco, Casares de Hurdes, Ladrillar y Nu?omoral. Unas 8.000 personas se asientan en unos 40 n¨²cleos en algo me nos de 500 kil¨®metros cuadrados.
El paisaje muestra la nueva realidad: carreteras atractivas, los postes de la telefon¨ªa m¨®vil... Las referencias visuales hablan de una absoluta normalidad de los cascos urbanos: "?Estar¨ªa bueno que en el umbral del nuevo milenio hubiera enanos y cretinos!". Enrique, estudiante de Derecho, se enfada al pregunt¨¢rsele qu¨¦ queda de aquella tierra sin pan.- "Sencillamente, nada".
"A los Reyes, a toda Espa?a, les queremos mostrar la imagen de unas Hurdes modernas, en consonancia con cualquier otra comarca de Espa?a". El regidor de Pinofranqueado enumera los logros: "Ninguna poblaci¨®n sin agua corriente, ning¨²n pueblo sin dispensarlo m¨¦dico, casas de cultura, centros de educaci¨®n...
Han pasado 76 a?os desde que los doctores Mara?¨®n, Bardaj¨ª y Goyanes dieran un diagn¨®stico cruento: "Una miseria enorme". Han pasado 68 desde que Alfonso XIII inaugurara la primera carretera, 65 desde que Bu?uel desnudara en im¨¢genes ''una tierra est¨¦ril en la que el hombre est¨¢ obligado a luchar en cada momento por su subsistencia", 48 desde que Franco adoptara a Las Hurdes y apenas 30 desde que Antonio Pintado y Eduardo Barrenechea afirmaran que "no hay una comarca que gane a Las Hurdes en pobreza, atraso cultural y primitivismo". Pero hoy aquella miseria escapa de las vivencias de sus habitantes y s¨®lo se refugia silenciosamente en el recuerdo de los ¨²ltimos supervivientes de una generaci¨®n que retiene en su memoria infantil escenas de la pregonera de la muerte, los pilus, las cabras despe?adas, el bocio, el trast¨®rnigo... De alguna forma, acert¨® Bu?uel en su coletilla a modo de esl¨®gan pol¨ªtico: "La miseria que esta pel¨ªcula acaba de mostrarles no es una miseria sin remedio..." Sin embargo, hasta alcanzar este aparente y sencillo estado de lo cotidiano, de lo normal, se han dejado atr¨¢s r¨ªos de tinta, verdades enteras y a medias, hambruna aut¨¦ntica, pol¨ªticos alimentando la demagogia y nativos benefici¨¢ndose de ella, olvidos vergonzosos, pasado confuso, solidaridad sentida, promesas incumplidas, paternalismo cruel y grotesco... Apenas hace 20 a?os un destacado pol¨ªtico, hoy en el PP, se dirig¨ªa al auditorio hablando del "sacrificio de renunciar al fin de semana" que secretarios de Estado y directores generales hab¨ªan realizado traslad¨¢ndose a Las Hurdes con nuevas promesas de redenci¨®n. "Ellos, que tan ocupados est¨¢n", dej¨® claro.
La leyenda negra se alimenta ya en los siglos XVI y XVII con Lope de Vega y Juan de Porras. "Lope fue un mercenario del duque nuestro se?or que en una de las muchas org¨ªas en el palacio de Abad¨ªa le dir¨ªa que ese asunto lo arreglaba ¨¦l en cuatro f¨®lios", escribi¨® un historiador local, Alfonso Naharro, a prop¨®sito de las reivindicaciones de los hurdanos ante la Real Chanciller¨ªa de Valladolid: "Su venganza es generar un cachondeo nacional, ridiculizar para tapar su impotencia ante aquella gente que ten¨ªa muy claro de qui¨¦nes eran Las Hurdes", se lamentaba Naharro.
A principios de siglo, la comarca despert¨® la conciencia y solidaridad de algunos m¨¦dicos, intelectuales y pol¨ªticos -Gabriel y Gal¨¢n, Pulido, Unamuno...- y el mundo se sobrecogi¨® con las im¨¢genes de Bu?uel.
Pero fue en 1922, con el viaje del doctor Mara?¨®n y la presencia de Alfonso XIII, cuando surgi¨® un movimiento de solidaridad verdaderamente eficaz. "El problema es, sencillamente, sanitario", apunt¨® Mara?¨®n en su informe. El impacto visual, zarandeando la conciencia del Rey, inici¨® una serie de acciones puntuales en sanidad, educaci¨®n e infraestructuras. Pero subyac¨ªa el problema de fondo: el aislamiento cultural, la falta de medios para explotar los escasos recursos...
Mediados los a?os 70, se abord¨® un nuevo plan. Parad¨®jicamente, su primer gran fracaso comenz¨® por el hombre mismo al despreciar su arraigo. Los redactores del programa perfilaron un ed¨¦n artificial sin contar con sus habitantes. Propon¨ªan agrupar a los hurdanos en unos cuantos n¨²cleos. "Que no nos saquen de aqu¨ª. Queremos morir donde nacimos", gritaron ¨¦stos cuando se extendi¨® el rumor de esa evasi¨®n forzada.
Con buena voluntad, UCD acometi¨® mejoras. La comarca se abri¨® definitivamente al exterior. "Pero fue, sobre todo, durante el Gobierno socialista cuando se peg¨® el gran empuj¨®n", afirma Gonz¨¢lez de C¨¢ceres, quien rechaza que se est¨¦ dando un lavado de cara a la zona por la visita de los Reyes. Caro lavado, en todo caso, porque Telef¨®nica ha invertido unos 1.000 millones en el ¨²ltimo mes para modernizar la infraestructura de la telefon¨ªa m¨®vil y digital.
Durante estos dos d¨ªas, don Juan Carlos pisar¨¢ algunos de los pueblos, enclaves y alquer¨ªas que recorri¨® su abuelo. As¨ª, comprobar¨¢ que Las Hurdes de 1998 se parecen a las de 1922 en el nombre y su ubicaci¨®n, pero ni su orograf¨ªa se decanta ya como enemigo natural -Alfonso XIII tuvo que viajar en mula muchos kil¨®metros por la ausencia de carreteras- ni las condiciones de vida de los hurdanos guardan la menor similitud con las de sus antepasados -el Rey inaugurar¨¢ cuatro presas v¨ªa sat¨¦lite-
Los Reyes recorrer¨¢n nueve localidades. Don Juan Carlos podr¨¢ evocar la visita de Alfonso XIII a trav¨¦s de una exposici¨®n gr¨¢fica. Incluso contemplar¨¢ la habitaci¨®n donde en 1922 durmi¨® su antepasado y que se conserva intacta. Ser¨¢ saludado por ancianos que posiblemente, siendo ni?os, fueron captados por el objetivo de Bu?uel en Aceitunilla, Martilandr¨¢n o La Fragosa. Conocer¨¢ una cooperativa donde se apoya buena parte de las ilusiones agrarias. Recibir¨¢ explicaciones de planes de futuro en materia de ordenaci¨®n forestal, turismo y actuaciones urban¨ªsticas...
Pero todo es ya muy distinto. "En los pueblos de Las Hurdes nunca escuchamos una canci¨®n", se quej¨® Bu?uel. Coros y danzas regalar¨¢n ahora los o¨ªdos de los Reyes con un amplio repertorio del rico folclor hurda
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