Bilbao muestra en 35 obras la extraordinariacalidad de la colecci¨®n del Museo Cerralbo
La exposici¨®n 'El legado de un mecenas' resume cinco siglos de gran pintura espa?ola
La exposici¨®n El legado de un mecenas. Pintura espa?ola en el Museo Marqu¨¦s de Cerralbo muestra una selecci¨®n de 35 pinturas de la Escuela Espa?ola procedentes le la instituci¨®n radicada en Madrid, cuyo edificio y fondos art¨ªsticos fueron donados al Estado por su antiguo propietario, Enrique de Aguilera y Gamboa, marqu¨¦s de Cerralbo (1845-1922). El conjunto revela la enorme calidad de una colecci¨®n que mezcla grandes nombres como El Greco o Zurbar¨¢n y pintores menos c¨¦lebres. La muestra se puede ver, desde el pr¨®ximo lunes hasta el 20 de junio, en la sala del BBV de Bilbao (plaza de San Nicol¨¢s, 4).
Los tr¨¢mites para la constituci¨®n del museo se iniciaron en la fecha del fallecimiento del marqu¨¦s de Cerralbo, y la operaci¨®n concluy¨® en 1924. A pesar de contener un important¨ªsimo y muy variado legado hist¨®rico- art¨ªstico, el Museo Cerralbo ha sobrevivido con las dificultades que han padecido las instituciones p¨²blicas de este tipo en nuestro pa¨ªs, pero sin poder defenderse con la fuerza intimidatoria de un sonoro renombre, lo que ha provocado que sea todav¨ªa hoy muy poco conocido. El simple hecho de recordar esta circunstancia deja entrever que ahora se produce un positivo cambio de rumbo, como el que se refleja en la presente iniciativa, que con el patrocinio del Banco Bilbao Vizcaya trata de airear el indiscutible valor de una parte de su colecci¨®n pict¨®rica mediante una exposici¨®n, concebida a partir de la selecci¨®n realizada por la directora del Cerralbo, Pilar Navascu¨¦s, y con comisariado a cargo de Cristina Conde de Beroldingen.
Variedad
Aunque la muestra arranca con una tabla del siglo XV, de Juan de Peralta, un lienzo an¨®nimo de fines del XVI y una obra de EI Greco, San Francisco en ¨¦xtasis (c. 1600-5), el grueso de la misma lo constituyen pinturas del XVII, con variado elenco de autores, como Bartolom¨¦ Gonz¨¢lez, Eugenio Caj¨¦s, Zurbar¨¢n, El Labrador, Alonso Cano, Arellano, Sol¨ªs, Fr¨ªas y Escalante, Antol¨ªnez Cerezo; continu¨¢ndose, luego con otro relevante lote del maestros del XVIII -Miguel Jacinto Mel¨¦ndez, Luis Mel¨¦ndez, Antonio Gonz¨¢lez Vel¨¢zquez, Maella, Paret-, y remat¨¢ndose, por fin, con un ep¨ªlogo decimon¨®nico, de menor fuste comparativo, aun que no por ello insignificante pues no puede tratarse de tal la presencia de cuadros de Vicente L¨®pez, Leonardo Alenza, Eugenio Lucas Vel¨¢zquez o Ricardo Balaca. Con tan s¨®lo la n¨®mina pict¨®rica citada, el buen aficionado podr¨¢ percatarse de que, en la selecci¨®n propuesta, cabe reconstruir, por una parte, con mimbres hist¨®ricos suficientes, la identidad caracter¨ªstica de la Escuela Espa?ola, pues ¨¦sta se configura con plenitud a partir del XVII, pero tambi¨¦n, por otra, el singular repertorio de sus g¨¦neros, entre los que se ha resaltado uno fundamental y hoy internacionalmente de moda, el del bodeg¨®n.
Es cierto que no est¨¢n algunos de los nombres estelares, como Ribera, Vel¨¢zquez, Murillo o Goya, pero esto mismo permite apreciar la alt¨ªsima calidad de otros artistas, comparativamente menos c¨¦lebres entre el p¨²blico amante del arte, quiz¨¢ por estar siempre preteridos u oscurecidos por la t¨®pica presencia deslumbrante de los primeros.
En cualquier caso, estoy completamente convencido de que nadie saldr¨¢ decepcionado con la visita de esta exposici¨®n, uno de cuyos objetivos es, adem¨¢s, el de llamar la atenci¨®n sobre la existencia, la riqueza, la calidad y la cantidad de obras atesoradas en el Museo Cerralbo, as¨ª como reivindicar la memoria de su creador, uno de los escasos coleccionistas espa?oles de la ¨¦poca contempor¨¢nea, y, todav¨ªa m¨¢s excepcional, dotado de esa aut¨¦ntica generosidad que no admite disfraz, ni cambalache, como la que hoy se practica al eufem¨ªstico amparo del as¨ª mal llamado "mecenazgo" y casi nunca lo es, ni por el forro.
En este sentido, y aunque no se pueda tener constancia de ello en lo ahora exhibido en Bilbao, quien lea el cat¨¢logo de la muestra, editado. con este prop¨®sito, podr¨¢ conocer la interesante vida y personalidad del marqu¨¦s de Cerralbo, y, sobre todo, la extraordinaria dimensi¨®n y variedad de sus colecciones -a trav¨¦s de las que se enriquecieron otros museos nacionales-, por no hablar de lo obvio: que la visita al madrile?o Museo Cerralbo es obligada e irrepetible para cualquier amante del arte
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