Destellos de fuego
Sali¨® Roc¨ªo Jurado pisando con fuerza el escenario. Es un territorio que domina a la perfecci¨®n. No se sinti¨®, como otros artistas procedentes del flamenco, acomplejada ante su actuaci¨®n en un templo de la ¨®pera o la m¨²sica seria. Estaba bien arropada con una espectacular concentraci¨®n de famosos en la sala y con la presidencia de honor de la reina Sof¨ªa. Entre Lorca y Falla, la cantaora de Chipiona tard¨® en centrarse. Convenc¨ªa cuando interiorizaba su canto y era m¨¢s fiel a sus ra¨ªces. Pero eso no ocurr¨ªa m¨¢s que a r¨¢fagas. En la primera parte abord¨® seis canciones lorquianas de Seco de Arte y dos de las canciones populares: espa?olas de Falla. El comienzo fue ins¨ªpido, sin encontrar la proyecci¨®n de la voz ni un estilo definido en Anda jaleo y Los cuatro muleros. Los primeros detalles de gran artista llegaron ya avanzada la Nana de Sevilla con unos lamentos profundos en varias estrofas del Anda galapaguito que pon¨ªan los pelos de punta. Superficial en el Caf¨¦ de Chinitas e irrelevante en las Sevillanas del siglo XVIII, despleg¨® a continuaci¨®n en Tierra seca una emoci¨®n conmovedora y una poes¨ªa salida de las entra?as. Ya en Falla, en El pa?o moruno no encontr¨® en ning¨²n momento la tesitura adecuada y en la bien planteada Asturiana se fue difuminando lentamente. ?C¨®mo era posible tanta desigualdad, pasar de la genialidad a la vulgaridad de un programa de variedades de s¨¢bado noche en televisi¨®n? En El amor brujo de la segunda parte, las cosas estuvieron, mucho m¨¢s en su sitio. La cantaora arras¨® desde la Canci¨®n del fuego fatuo hasta el final del recital. Expresiva, teatral, con un quej¨ªo quebradizo lleno de fuerza, con un timbre de irresistible atractivo, Roc¨ªo Jurado estaba mucho m¨¢s concentrado llevando la voz a los registros graves. Prescind¨ªa, adem¨¢s, de amaneramientos superfluos y se volcaba en la esencia de la m¨²sica exponi¨¦ndola con pasi¨®n intimista.
Roc¨ªo Jurado Orquesta Sinf¨®nica de Murcia
Director: Jos¨¦ Miguel Rodilla. Concierto extraordinario a beneficio de la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa. Obras de Turina, Seco de Arte y Fall¨¢. Teatro Real. Madrid, 16 de abril.
Dio tres bises entre un Real desacralizado a ritmo de palmas por buler¨ªas y piropos a gritos, mientras la cantaora dirig¨ªa besos personalizados en todas las direcciones, y hasta se adornaba para presentar una de sus canciones con una cursiler¨ªa fuera de sitio. Valiente, extraordinaria artista por momentos, afectada y discutible en otros, Roc¨ªo Jurado pas¨® por el Real como un hurac¨¢n. Su coraje y su poder¨ªo salieron a flote cuando no se dej¨® llevar por pretensiones ajenas a su naturaleza art¨ªstica, es decir, cuando. fue ella misma. La Orquesta de Murcia acompa?¨® a la cantaora gaditana sin pasar de una correcta discreci¨®n.
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