Espiando para hallar a Ortega Lara
Durante su intervenci¨®n ante el Congreso, profusa en argumentos jur¨ªdicos y escasa de datos concretos, Serra dijo que la base del Cesid en Vitoria ten¨ªa "capacidad para ser activada" y que de all¨ª sali¨® "informaci¨®n valiosa" para combatir a ETA. Tambi¨¦n aludi¨® al "estado de necesidad", como posible eximente para una actuaci¨®n "con apariencia de ilegalidad", como son las escuchas telef¨®nicas. ?Cu¨¢l fue ese estado de necesidad? El ministro no lo explic¨®, pero fuentes de la lucha antiterrorista apuntan al secuestro del funcionario de prisiones Jos¨¦ Antonio Ortega Lara, en poder de la banda armada desde enero de 1996 hasta su liberaci¨®n por la Guardia Civil en julio de 1997.
Desde luego, la base ya exist¨ªa antes de la llegada del PP al poder, al menos desde 1992, pero la decisi¨®n de activarla, o de no desactivarla, estar¨ªa relacionada, seg¨²n esta versi¨®n, con la b¨²squeda del secuestrado. No queda claro, sin embargo, por qu¨¦ no se pidi¨® permiso al juez Baltasar Garz¨®n, quien se encarg¨® de aquel caso.
El ministro asegur¨® ayer que el descubrimiento de las escuchas fue "totalmente casual", desmintiendo las versiones que apuntan a un chivatazo, por ejemplo del exagente del Cesid Juan Alberto Perote.
El Cesid tuvo conocimiento previo de que HB se dispon¨ªa a cambiar la centralita de su sede de Vitoria, pero no consider¨® que ello supusiera un riesgo. "Obviamente, la evaluaci¨®n no fue acertada", dijo Serra. Record¨®, adem¨¢s, que no es la primera vez que se filtran datos de Telef¨®nica, en alusi¨®n a la entrega a Egin de los listados de llamadas del piso del Cesid, que han puesto en peligro su red en Euskadi.
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