Cueros clandestinos
IU promueve la creaci¨®n de zonas para los nudistas que ahora practican en plan furtivo en la Casa de Campo o La Pedriza
El destape es una pr¨¢ctica de alto riesgo en la Comunidad de Madrid. Al menos por ahora, porque el grupo de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid se ha prestado a arropar a los interesados en esta forma de contacto intenso con la naturaleza. Izquierda Unida acaba de presentar una propuesta no de ley, que se debatir¨¢ en el pleno de ma?ana, solicitando al Gobierno del PP que habilite "zonas naturistas convenientemente se?alizadas" en algunos puntos selectos de la regi¨®n. Los populares aducen que deben ser los ayuntamientos "los que se ofrezcan" para delimitar esas ¨¢reas restringidas. Y los amantes del nudismo aguardan, expectantes, noticias de la C¨¢mara aut¨®noma: no hay estad¨ªsticas oficiales al respecto, ciertamente, pero los colectivos que representan a estos aficionados al sol sin tapaduras aseguran sumar m¨¢s de 30.000 -"y muchos, madrile?os"-en todo el pa¨ªs. A falta de una regulaci¨®n al respecto, los nudistas madrile?os pueden optar por dos soluciones: exhibir sus cuerpos desnudos allende las fronteras regionales o jugarse el tipo en alg¨²n recoveco m¨¢s o menos apartado de las monta?as madrile?as. Los que eligen la primera posibilidad pueden poner rumbo a Cartagena (Murcia), donde se encuentra el reducto nudista por excelencia de los madrile?os, un c¨¢mping que pasa por ser el rinc¨®n especializado m¨¢s cercano a la Puerta del Sol. Los segundos deben hacer acopio de valor, procurarse alg¨²n paraje m¨¢s o menos rec¨®ndito y cruzar los dedos para que nadie les sorprenda en pelota picada
Engorros "textiles"
"No se trata de una cuesti¨®n de pudor, sino de formas distintas de ver las cosas", explica uno de ellos. Y contin¨²a: "Para nosotros es muy natural lo de liberarnos de las ataduras textiles, pero sabemos que si alguien se encuentra con nosotros de repente puede no pensar lo mismo e incomodarse". Raro es el naturista que no ha vivido en sus carnes esta escena engorrosa. Pero, a falta de espacios acotados para el nudismo, el problema ofrece mala soluci¨®n. El joven diputado de IU Luis Miguel S¨¢nchez Sese?a tiene las ideas muy claras. "Si este asunto no se ha regularizado a¨²n, ha sido por prejuicios culturales o religiosos", razona. "En consecuencia", agrega, "se imposibilita el ejercicio de un derecho que, sin colisionar con ning¨²n otro, no puede desarrollarse en la pr¨¢ctica con naturalidad y normalidad".
El parlamentario del PP Fernando S¨¢nchez L¨¢zaro no cree que el tema se deba abordar en t¨¦rminos de religiosidad, sino de inter¨¦s por parte de los ayuntamientos madrile?os. "La Comunidad no va a imponer nada, y han de ser los consistorios los que decidan si les interesa contar con un paraje para nudistas o no", adelanta. Los que se ofrezcan expl¨ªcitamente contar¨¢n con el apoyo del Gobierno regional.
El naturismo es una soluci¨®n imaginativa "para el desarrollo de zonas deprimidas que a¨²n conservan rincones naturales del PP", expone S¨¢nchez Sese?a. Su hom¨®logo popular re bate, m¨¢s esc¨¦ptico: "Nos parece muy bien la aparici¨®n de colectivos que puedan generar riqueza, pero dudo que esta pr¨¢ctica d¨¦ lugar a un turismo masivo". Y la Asociaci¨®n para el Desarrollo Naturista (ADN) advierte que cuenta, pese a su juventud, con cerca de 300 asociados en Madrid. "Gente muy normal y muy diversa", agregan algunos de sus integrantes.
El portavoz del colectivo, Javier Herrera, revela que los naturistas matritenses se las apa?an como buenamente pueden en La Pedriza. El tramo m¨¢s propicio para calzarse las botas y olvidar el textil es, cuentan los lugare?os, el que media entre El Tranco y Cantocochino, siguiendo el curso del r¨ªo Manzanares y aprovechando cualquiera de las m¨²ltiples rocas alisadas que ofrece la naturaleza. "Por all¨ª la gente va a su bola, nunca mejor dicho", bromea un excursionista habitual, "pero s¨ª es verdad que a veces aparece alg¨²n intolerante que increpa de mala manera a los nudistas".
Herrera tambi¨¦n confiesa que, para desnudos de urgencia, el lugar indicado es la Casa de Campo: en alguno de los m¨²ltiples hoyuelos y recovecos que ofrece el terreno. Esta, opci¨®n, ciertamente, resulta menos buc¨®lica y bastante m¨¢s arriesgada, sobre todo si el naturista se topa con alguna pareja despistada de la polic¨ªa local (o m¨¢s bien al rev¨¦s). "Hemos vivido escenas engorrosas y casos de hostigamiento", detalla este representante de ADN.
Los intr¨¦pidos tambi¨¦n pueden exponer sus carnes al sol con alguna garant¨ªa de tranquilidad en la franja de los embalses, justo en el extremo norte de la Comunidad. Pero quienes prefieran apostar por lo seguro s¨®lo disponen de un par de solarios en piscinas municipales del Ayuntamiento de Madrid: el de La Elipa, inaugurado el 1 de agosto de 1986, y el de la piscina del barrio del Pilar, que se acondicion¨® un a?o despu¨¦s. En los ¨²ltimos 11 a?os no ha habido m¨¢s alegr¨ªas para el gremio naturista. Los usuarios, adem¨¢s, no se muestran demasiado entusiastas con ninguno de estos dos espacios. Menos es nada, de acuerdo, pero estas praderitas carecen de acceso a la piscina El que quiera practicar las zambullidas ha de embutirse en el dichoso ba?ador. Y vuelta a la tiran¨ªa de la lycra, el poli¨¦ster y el algod¨®n
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