La brillante carrera del hijo del panadero
Jos¨¦ Borrell naci¨® en Pobla del Segur, en las faldas del Pirineo de Lleida, el 24 de abril de 1947 en una familia de panaderos. Desde ni?o se acostumbr¨® a trabajar duro para destacar. Primero hab¨ªa que estudiar duro para conseguir las notas que garantizasen una beca para salir del pueblo. Logr¨® las becas necesarias (por las fundaciones March y Fulbright) y estudi¨® ingenier¨ªa aeron¨¢utica. En la campa?a de estas primarias relat¨® que se hizo ingeniero porque de ni?o le intrigaba c¨®mo logran los aviones despegar y mantenerse en el aire. Ya como ingeniero, dio clases de matem¨¢ticas a economistas y descubri¨®, por ese deseo de aprender del que se ufana, su afici¨®n por la econom¨ªa, de la que es catedr¨¢tico. Tambi¨¦n realiz¨® cursos de postgraduado en M¨¦todos de Planificaci¨®n en la Universidad estadounidense de Stanford y de ingeniero-economista en la Universidad de Par¨ªs.
Su inter¨¦s por la econom¨ªa y por cuadrar las cuentas le llev¨®, en 1975, cuando ten¨ªa 28 a?os y una breve experiencia en la empresa privada -trabaj¨® en Cepsa-, a la Delegaci¨®n de Hacienda de la Comunidad de Madrid. Fue su bautismo en la participaci¨®n activa en la Administraci¨®n p¨²blica, de la que es un ardiente defensor.
Cuadrar las cuentas
Con el primer Gobierno socialista y a las ¨®rdenes de Miguel Boyer como ministro de Econom¨ªa, se incorpora al Ministerio de Hacienda, primero como responsable del Presupuesto y, a partir de 1984, como secretario de Estado de Hacienda, cargo que mantuvo durante toda la etapa de Carlos Solchaga como ministro de Econom¨ªa y Hacienda.
En su ¨²ltima etapa al frente de la secretar¨ªa de Estado de Hacienda tuvo m¨¢s de un encontro?azo con el entonces gobernador del Banco de Espa?a, Mariano Rubio. Borrell criticaba la defensa de la ortodoxia econ¨®mica que defend¨ªa Rubio desde su tribuna como m¨¢ximo responsable de la pol¨ªtica monetaria. El candidato socialista comentaba sarc¨¢sticamente en aquellas fechas que mientras los economistas m¨¢s reputados reconoc¨ªan que las cosas pod¨ªan verse desde diferentes puntos de vista: "on one hand, but on the other hand" (por un lado, pero por otro lado), los defensores de la ortodoxia econ¨®mica en Espa?a parec¨ªan economistas mancos. Posteriormente, ha mostrado p¨²blicamente su indignaci¨®n porque el entonces m¨¢ximo responsable del Banco de Espa?a salpicara al PSOE con un caso de corrupci¨®n.
En el ¨²ltimo Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, acumul¨® la cartera de Obras P¨²blicas y Transportes para poner en pr¨¢ctica su defensa de la participaci¨®n del gasto p¨²blico para limar las diferencias que marca el mercado cuando se le deja solo. A partir de ahora, y desde su posici¨®n "a la izquierda del centro", tendr¨¢ que convencer a la ciudadan¨ªa para que el PSOE vuelva al Gobierno.
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