La traici¨®n de Sol
?Qu¨¦ hac¨ªan ?lvarez Cascos y Rato el lunes por la noche en el hotel Eurobuilding? ?Qu¨¦ hac¨ªan el ministro del Interior, el de Sanidad, el alcalde de Madrid y varios miembros de la ejecutiva del PP escudando a Gallard¨®n en su conferencia en el Club Siglo XXI? Ese mismo d¨ªa, los medios de comunicaci¨®n pretendidamente afines al partido en el poder se hab¨ªan echado las manos a la cabeza acusando de conjurador y desleal al presidente de Madrid por cometer el incalificable delito de invitar a Felipe Gonz¨¢lez a que visite la remodelada Casa del Reloj en la Puerta del Sol, sede actual de la presidencia del Gobierno regional. Un encuentro que, seg¨²n las informaciones elaboradas por estos medios, hab¨ªa provocado la indignaci¨®n en el seno del Partido Popular. Motivos ten¨ªan para enojarse.
El jefe del Gobierno regional no s¨®lo recibi¨® en su despacho al l¨ªder socialista que presidi¨® la naci¨®n durante 13 a?os, sino que dialog¨® con ¨¦l sin Insultarle, recorri¨® el edificio d¨¢ndole toda suerte de explicaciones sobre la operaci¨®n de reforma llevada a cabo en el edificio y hasta le puso de comer, no un par de s¨¢ndwiches para salir del paso, sino un men¨² de dos platos y postre regado con un magn¨ªfico rioja. Un trato as¨ª al mism¨ªsimo diablo s¨®lo puede tener un t¨ªtulo, el de "conspiraci¨®n", y estando de por medio un destacado miembro del Partido Popular hay que asociarle el calificativo de "felon¨ªa".
Alta traici¨®n urdida "en el m¨¢s absoluto de los secretos", ya que Ruiz-Gallard¨®n no pidi¨® permiso a G¨¦nova ni a La Moncloa para hablar con Gonz¨¢lez, ni se lo comunic¨® al combo medi¨¢tico, cuya luz nos gu¨ªa, para que lo sometiera a su consideraci¨®n, ni lo public¨® tampoco en el bolet¨ªn oficial de la provincia, que es lo menos que puede hacer un presidente de Madrid cuando procede a oficiar ritos sat¨¢nicos de esta naturaleza.
Del secretismo malicioso de la cita que mantuvieron ambos pol¨ªticos en el "kil¨®metro cero" da buena cuenta el hecho de que Gonz¨¢lez y Gallard¨®n esperaran hasta las cinco de la tarde, hora en que no suele haber nadie transitando en la Puerta del Sol, para salir del edificio por la puerta principal y dar un pase¨ªllo juntos por la plaza como colof¨®n a su oscuro e intolerable encuentro.
Se entiende as¨ª que al trascender la noticia de la visita, levantada tras un arriesgado, tenaz e inteligente trabajo de investigaci¨®n period¨ªstica, en la ejecutiva popular hayan montado en c¨®lera ante los "devaneos insolidarios" del presidente de Madrid, la ira invada La Moncloa, escandalizados por sus reuniones clandestinas, y en el Ayuntamiento de. Madrid est¨¦n hartos de la prepotencia de que hace gala Alberto Ruiz-Gallard¨®n intrigando con un apestado como ¨¦se.
Si fuera la primera vez, tendr¨ªa una disculpa, pero con Gallard¨®n llueve ya sobre mojado. En 1996, y en v¨ªsperas de las elecciones generales, tuvo la osad¨ªa de recibir cort¨¦smente a Pujol en Madrid en lugar de tratarle como a un enano e increparle para que hablara como Dios manda.
Y, peor a¨²n, hace apenas un mes apadrin¨® con su presencia el acuerdo de PRISA con el C¨ªrculo de Bellas Artes, uno de los 60 convenios suscritos por la entidad que le permite subvencionar actividades culturales, aunque en este caso qui¨¦n sabe con qu¨¦ perversas intenciones.
No contento con su reprobable e insolente comportamiento, Alberto Ruiz-Gallard¨®n acude al Club Siglo XXI y en el coloquio reconoce con todo descaro que en su proyecto pol¨ªtico nunca ha descartado optar a ser presidente del Gobierno, pero que si ahora hubiera elecciones primarias en el Partido Popular, ¨¦l apoyar¨ªa como candidato a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Un comentario artero y malintencionado en el m¨¢s puro estilo de Nicol¨¢s de Maquiavelo.
Y si todo eso lo sabe la directiva del partido, lo sabe el Gobierno de la naci¨®n y el Ayuntamiento de Madrid, ?por qu¨¦ no hablan como los medios que nos alumbran? ?Qu¨¦ hac¨ªan el secretario general del partido, el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno, otros dos ministros m¨¢s y el alcalde de Madrid arropando al conspirador en el Eurobuilding?
Se extiende la traici¨®n de Sol.
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