Ant¨®n vuelve a deslumbrar
El viento impidi¨® el r¨¦cord del mundo en el marat¨®n de Londres, pero no el triunfo del soriano en otro gran final
Abel Ant¨®n volvi¨® a hacer historia en su deslumbrante carrera como maratoniano. No bati¨® el r¨¦cord del mundo en la prestigiosa prueba de Londres, porque hizo un d¨ªa con mucho viento, el peor enemigo para los atletas en la legendaria distancia. Tampoco los protagonistas estaban para ello, tras acabar su trabajo las liebres . Sin embargo, el soriano demostr¨® una vez m¨¢s su portentosa calidad competitiva y venci¨® espl¨¦ndidamente. Era su primer objetivo y lo logr¨®. Ant¨®n es un ganador nato con sus terror¨ªficos finales y lo volvi¨® a confirmar. Ayer ten¨ªa otro reto: resistir quiz¨¢ el ritmo m¨¢s elevado de todos los que hab¨ªa mantenido hasta ahora y, desde luego, ante dif¨ªciles rivales. Y lo hizo. Termin¨® en 2.07.57, superando su mejor marca personal nada menos que por 1.18 minutos. Si se pod¨ªa empezar a dudar de su capacidad a trenes de carrera m¨¢s exigentes, se puede despejar para el futuro. Es ya la tercera mejor marca espa?ola de la historia, tras los 2.07.26 de Fabi¨¢n Roncero el pasado domingo, y los 2.07.54 de Alejandro G¨®mez, en 1997, ambos en Rotterdam. Y es el sexto registro mundial del a?o, en el que manda Roncero ante los kenianos Tanui, 2.07.34, y Chebet, 2.07.37, dominadores en Boston el pasado lunes; el surcoreano Ju Lee Bong, 2.07.44, segundo en Rotterdam tras Roncero, y el surafricano Thys, 2.07.52, tercero en Boston. Era el quinto marat¨®n del atleta soriano y fue su cuarto triunfo. Todo un lujo de palmar¨¦s. Ant¨®n ha recuperado la senda que s¨®lo dej¨® tras ganar el pasado mes de agosto el Campeonato del Mundo. En diciembre, en Fukuoka, sufri¨® su primera derrota al acabar cuarto. Entonces, en su reaparici¨®n despu¨¦s de ganar el t¨ªtulo, no pudo seguir el alto ritmo del surafricano Josiah Thugwane y fue superado incluso por dos japoneses para irse a 2.10.27. Ayer, el campe¨®n ol¨ªmpico en Atlanta 96 -ausente en Atenas- tuvo que retirarse en el kil¨®metro 35. Ant¨®n, en cambio, resisti¨® perfectamente el ritmo del otro gran rival, el portugu¨¦s Antonio Pinto, y le destroz¨® otra vez con su gran final, el mismo que le sirvi¨® para superar a un nuevo marroqu¨ª en la ¨¦lite, Abdelkader el Mouaziz, escapado desde el kil¨®metro 30.
La carrera transcurri¨® sin mayores novedades hasta la distancia en que suelen empezar a decidirse los maratones, a partir del kil¨®metro 25, donde pasada la media marat¨®n acaban progresivamente su trabajo las liebres . Hasta ah¨ª, se hab¨ªa hecho la selecci¨®n de los mejores, un grupo de 11 -despu¨¦s de ocho y m¨¢s tarde de cuatro-, tras el brit¨¢nico Steines, el primero que cedi¨®, el brasile?o Do Nascimento, y el argentino afincado en la sierra madrile?a, Silio. El viento, racheado porque el circuito londinense va haciendo giros de direcci¨®n, hab¨ªa dificultado ya el ritmo de la cabeza, en el que todos se tem¨ªan. Y all¨ª estaba tambi¨¦n Julio Rey, que en su primer marat¨®n iba a incorporarse de un solo salto al ya nutrido grupo de espa?oles destacados.
En cuanto se fueron las liebres , las esperanzas de r¨¦cord del mundo, casi ya perdidas -por el kil¨®metro 20 se iba 15 segundos por detr¨¢s-, terminaron de esfumarse. S¨®lo quedaba el triunfo en la prueba. Y entonces lo intent¨® El Mouaziz, un hombre de 29 a?os y 2.09.50 horas en sendos triunfos en Marraquech. Un historial corto, pero a¨²n lo ten¨ªa menor su compatriota Jalid Kannouchi, que gan¨® con 2.07.10 en 1997 en Chicago. Los maratonianos de nivel salen ya como hongos.
El Mouaziz se fue fort¨ªsimo, mientras detr¨¢s quedaban solos Pinto, Rey y Ant¨®n. La astucia soriana volv¨ªa a ponerse en marcha. ?En el kil¨®metro 35 cre¨ª que ya no alcanz¨¢bamos al marroqu¨ª, pero despu¨¦s vi posibilidades y relevamos todos, hasta que al pasar por el Big Ben me march¨¦ por ¨¦l?, coment¨® Ant¨®n. Pinto incluso aclar¨® que le dijo: ?Hemos hecho un buen trabajo; yo no puedo m¨¢s. Ve t¨² e intenta cogerle?. A falta de un kil¨®metro, Ant¨®n dej¨® a Pinto, mientras El Mouaziz cog¨ªa con desesperaci¨®n una botella de agua y miraba atr¨¢s sintiendo la caza. El soriano tard¨® menos de dos minutos en superarle. Entre las 2.04.35 y las 2.06.26 horas de carrera. Despu¨¦s, en s¨®lo minuto y medio m¨¢s volv¨ªa a la gloria, esta vez cerca del palacio de Buckhingham.
El marroqu¨ª resisti¨® a Pinto para el segundo puesto y Rey fue un dign¨ªsimo cuarto. Ant¨®n, curiosamente, perdi¨® casi cuatro millones de pesetas por apenas dos segundos. Los que hubiera ganado si supera las 2.07.55 horas, r¨¦cord de la prueba que logr¨® en 1997 el mismo Antonio Pinto. De todas formas, aparte del fijo de salida, que ya ronda esa cantidad, Ant¨®n se embols¨® ayer los casi nueve destinados al vencedor, m¨¢s otros cuatro por bajar de las 2.08 horas. En total, m¨¢s de 15 millones de pesetas. La dureza de las maratones actuales est¨¢ bien recompensada.
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