Fanny Rubio califica de ?erotismo casi m¨ªstico? su novela "El Dios dormido"

Es la historia de amor entre Mar¨ªa Magdalena y Jes¨²s de Nazaret. La escritora Fanny Rubio (Linares, Ja¨¦n, 1949) ha invertido una d¨¦cada de trabajo en novelar un episodio te?ido de religiosidad y erotismo a un tiempo. ?Se trata?, coment¨® ayer la autora, ?de un amor hasta el l¨ªmite, hipersexual, que se traslada a lo simb¨®lico. Mi novela refleja un erotismo casi m¨ªstico que no sigue las modas de los movimientos genitalistas ni gimn¨¢sticos?. Para escribir El Dios dormido (Alfaguara) Fanny Rubio se ha inspirado en santa Teresa de Jes¨²s o en san Juan de la Cruz, pero sobre todo ha indagado en el personaje de Mar¨ªa Magdalena o Miriam de Betaria, su verdadero nombre. El editor Juan Cruz se?al¨® que El Dios dormido re¨²ne ?todas las obsesiones personales de la autora en sus facetas de l¨ªrica, narradora e investigadora?. El responsable editorial a?adi¨® que, pese a la erudici¨®n de la obra, ?el lector entrar¨¢ en ella porque Fanny Rubio es una maestra del relato?.

La escritora coment¨® que hab¨ªa pretendido rendir un homenaje a las palabras, ?un centro de gravedad capaz de romper matrimonios, declarar guerras o sanar a la gente?. Construida en el tiempo de dos d¨ªas y tres noches que transcurren entre la muerte y la resurrecci¨®n de Jes¨²s, la novelista jienense ha querido hacer veros¨ªmil un personaje tan legendario y rodeado de misterio como el de Mar¨ªa Magdalena.

Cuerpo, aromas y perfumes

Rubio subray¨® como ?la principal transgresi¨®n? de su ¨²ltima novela la aparici¨®n de ?mucho cuerpo, aromas y perfumes? en la relaci¨®n amorosa de los dos personajes de la tradici¨®n cristiana. En la l¨ªnea de su elogio de la palabra escuchada, la novelista destac¨® que siempre hab¨ªa imaginado que el o¨ªdo de su historia deb¨ªa ser el de Mar¨ªa Magdalena y ?la voz s¨®lo pod¨ªa ser la de un Dios?. Tras recalcar que se hab¨ªa dejado llevar, durante 10 a?os de elaboraci¨®n de la novela, por el personaje de Mar¨ªa Magdalena, la autora de El Dios dormido indic¨® que la figura de Jes¨²s no le hab¨ªa interesado tanto, pese a haber descubierto una visi¨®n orientalizada de su vida.