La foto se mueve
F?LIX BAY?N Hay dos frases sin las que no se pueden entender los problemas por los que la izquierda ha ido pasando en los ¨²ltimos a?os. Los que las hicieron famosas son paisanos nuestros y fueron m¨¢ximos dirigentes del socialismo espa?ol durante dos d¨¦cadas: "El que se mueva no sale en la foto", que dijo Alfonso Guerra, y "gato blanco, gato negro, qu¨¦ m¨¢s da; lo importante es que cace ratones", que dijo Felipe Gonz¨¢lez citando a Deng Xiaoping. La primera frase consagraba un partido piramidal, obediente, monol¨ªtico y sin fisuras, quiz¨¢ por el miedo que provocaba la experiencia, entonces reciente, de las guerras intestinas que hab¨ªan llevado a UCD a la pulverizaci¨®n. Ese monolitismo condujo a un sectarismo que call¨® las voces que anunciaban otros peligros -como la naciente corrupci¨®n- y convirti¨® los carnets del PSOE en avales de la moralidad, y hasta del talento, de su portador, lo que era una ingenuidad de terribles consecuencias. Lo del gato blanco y el gato negro constitu¨ªa la en¨¦sima reedici¨®n de las eternas teor¨ªas de la derecha que afirman que no hay ni derechas ni izquierdas. La ¨²nica novedad era que esta vez se predicaba desde la orilla izquierda y a aquello se le llamaba pragmatismo, dando a entender que todo lo dem¨¢s era utop¨ªa y santificando as¨ª cualquier pol¨ªtica siempre y cuando alcanzara sus fines, al margen de cu¨¢les fueran los medios. En esas est¨¢bamos todav¨ªa cuando, de pronto, lleg¨® Borrell. Por lo que se ve, ha tenido mucho ¨¦xito entre la militancia socialista el anuncio de que con Borrell dejar¨ªa de ser m¨¦rito el dontancredismo que tanto valoraba Alfonso Guerra. A quienes no gust¨® tanto ese anuncio fue a los dirigentes, aunque ahora hagan todo lo posible por disimular. Lo m¨¢s lamentable del proceso de las recientes primarias ha sido el espect¨¢culo sumiso y acr¨ªtico ofrecido por casi todos los dirigentes socialistas, y, especialmente, por los andaluces. Se ped¨ªa a los militantes que votaran al candidato m¨¢s capaz, pero los dirigentes, simplemente, apoyaban al que mandaba. Si hubiera mandado Borrell, lo habr¨ªan apoyado a ¨¦l. Despu¨¦s de las primarias, hay una brisa fresca y un entusiasmo en la izquierda que no se viv¨ªa desde octubre del 82. Ahora es conveniente que los dirigentes socialistas no malogren estas esperanzas. Lo primero, es adecentar la casa. En Andaluc¨ªa, en concreto, sigue habiendo demasiados partidarios de la norma de que no hay que moverse si se quiere salir en la foto, y eso, a pesar de que ya no quedan guerristas en cargos de responsabilidad. Las consecuencias del dontancredismo ya las conocemos, y m¨¢s vale, por tanto, erradicarlo. Pero lo peor es que en el poder y en sus aleda?os queda m¨¢s de un socialista de pasado turbio. No nos enga?emos: aqu¨ª han pasado muchas cosas y pr¨¢cticamente el ¨²nico que ha pagado el pato ha sido Juan Guerra. Negarlo s¨®lo llevar¨ªa a repetir los errores y eso no se lo merece la clientela de izquierdas, que sigue siendo tan abundante como siempre y que despu¨¦s de dos a?os de gobierno del PP tiene claro, m¨¢s que nunca, que no da igual que el gato sea blanco o negro.
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