Por las 35 horas semanales
Bajo el lema Por el empleo y la solidaridad, 35 horas celebramos este Primero de Mayo en nuestro pa¨ªs. En este d¨ªa universal de los trabajadores se est¨¢n produciendo acontecimientos y decisiones importantes tanto en Espa?a como en otros ¨¢mbitos. As¨ª, en nuestro pa¨ªs, vemos c¨®mo el Gobierno de la derecha (Partido Popular) con el apoyo infatigable de sus socios (PNV, CiU, Coalici¨®n Canaria) ha elaborado un Plan de Empleo no negociado con los sindicatos, carente de toda estrategia dirigida a aprovechar el crecimiento econ¨®mico para crear puestos de trabajo y consistente, fundamentalmente, en poner en un mismo documento todas las medidas que ya exist¨ªan. Aunque formalmente se cubran las apariencias resulta evidente el incumplimiento de la resoluci¨®n aprobada en el Consejo Extraordinario sobre Empleo celebrado en Luxemburgo.Por otra parte, el Gobierno de la derecha y sus socios nacionalistas est¨¢n dispuestos a llevar adelante una regresiva contrarreforma fiscal muy perjudicial para los trabajadores en cuanto implicar¨¢ un recorte del gasto social y agravar¨¢ la ya injusta distribuci¨®n de la carga fiscal que padecemos.
Coincide, adem¨¢s, este Primero de Mayo con la celebraci¨®n en Bruselas de un Consejo Europeo que ratificar¨¢ el inicio de la tercera fase de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria con 11 pa¨ªses a comienzos de 1999. La moneda ¨²nica es, tras la creaci¨®n de la firma del Tratado de Roma en 1957, uno de los acontecimientos m¨¢s importantes de la Europa de la posguerra. Sus repercusiones econ¨®micas ser¨¢n profundas en el futuro y marcar¨¢n un panorama social y econ¨®mico totalmente nuevo.
En los d¨ªas previos a esta jornada, tan arraigada en la historia del movimiento obrero, hemos comprobado tambi¨¦n algunos efectos no deseados de la globalizaci¨®n econ¨®mica si ¨¦sta es concebida s¨®lamente como un levantamiento de barreras que dispara los flujos de capitales y fomenta la econom¨ªa de casino. El estallido de la crisis econ¨®mica en Asia perjudica a quienes siempre pagan el coste de estas aventuras: miles de personas que pierden sus empleos y se ven abocadas a un incierto porvenir.
Los sindicatos espa?oles creemos que es imprescindible dar respuestas justas y viables ante este estado de cosas. En los ¨²ltimos dos a?os, CC OO y UGT hemos desarrollado una pol¨ªtica de concertaci¨®n con el Gobierno y las patronales que ha dado resultados muy positivos para los trabajadores. Aspectos fundamentales como la formaci¨®n profesional, el desarrollo de la negociaci¨®n colectiva, la estabilidad en el empleo y la pol¨ªtica de pensiones han sido establecidos consensuadamente y, por ello, han contado con la aceptaci¨®n masiva de los trabajadores.
Pero es menester avanzar m¨¢s porque las circunstancias lo requieren. Y los aspectos que tenemos planteados para los pr¨®ximos tiempos inciden en el n¨²cleo duro de la pol¨ªtica social y econ¨®mica de un Gobierno al que cada vez cuesta m¨¢s encontrarle la orientaci¨®n centrista que proclama reiteradamente.
Reclamamos, por una parte, un cambio en la orientaci¨®n econ¨®mica para que el empleo sea la prioridad. Es fundamental para ello fomentar la inversi¨®n p¨²blica (cuyo constante recorte afecta las posibilidades competitivas de la econom¨ªa) y privada, asignar m¨¢s recursos a las pol¨ªticas activas de empleo, desarrollar los nuevos yacimientos dirigidos a atender necesidades sociales e incentivar la creaci¨®n de empleo estable.
Creemos, por otra parte, necesario ampliar y mejorar los sistemas de protecci¨®n social en dos aspectos fundamentales: la cobertura por desempleo, progresivamente deteriorada tras sucesivos decretazos y la protecci¨®n de los contratos a tiempo parcial y fijos discontinuos, que es donde se expone con m¨¢s crudeza la precarizaci¨®n del empleo y la falta de garant¨ªas para los trabajadores.
Sobre todo, la celebraci¨®n del Primero de Mayo de 1998 est¨¢ asociada a la reducci¨®n del tiempo de trabajo. El establecimiento en Espa?a de la jornada laboral de 35 horas semanales es el lema central de esta fiesta reivindicativa y marca la voluntad decidida del movimiento sindical de luchar en favor de este objetivo. Resulta inexplicable el rechazo de la patronal y del Gobierno a abordar esta cuesti¨®n (absolutamente imprescindible para crear empleos, dado el alto incremento de la productividad) cuando ya se han decidido a hacerlo en otros pa¨ªses europeos: como es el caso de Francia e Italia (B¨¦lgica ha decidido la jornada laboral de cuatro d¨ªas), todos ellos con una tasa de paro muy inferior a la de Espa?a.
Con nuestra presencia en las calles denunciaremos la posici¨®n del Gobierno de Aznar y la de las patronales CEOE y CEPYME que, decididos al inmovilismo, han adoptado una estrategia que es un c¨ªrculo vicioso. El primero dice que ni hablar de intervenci¨®n legislativa remiti¨¦ndolo todo a la negociaci¨®n, mientras que los segundos se cierran en redondo a toda posibilidad de pactar la reducci¨®n de jornada. Pero sabemos que la disminuci¨®n del tiempo de trabajo ha estado hist¨®ricamente asociada al movimiento obrero y ha constituido la demanda central del Primero de Mayo ya desde el pasado siglo. Y como hemos obtenido la jornada de 8 horas diarias y las 40 semanales, lograremos tambi¨¦n las 35 horas.
En esta jornada, tan arraigada en el esp¨ªritu de los trabajadores, expondremos las demandas y propuestas del movimiento sindical. La globalizaci¨®n econ¨®mica puede ser positiva si aumenta el crecimiento, la inversi¨®n y el empleo. Hay que adoptar los mecanismos (reclamados por la CIOSL) que faciliten el desarrollo de las zonas m¨¢s pobres del planeta y eviten que la especulaci¨®n financiera suponga la ruina de sociedades enteras.
Saludamos la implantaci¨®n del euro como paso necesario para una mayor integraci¨®n de Europa. Pero es imprescindible que se establezca un polo econ¨®mico que garantice la creaci¨®n de empleo en un continente que exhibe en estos momentos cifras muy elevadas de paro estructural. La moneda ¨²nica es buena pero no es un fin en s¨ª misma, su existencia se justifica si impulsa la prosperidad y el bienestar. S¨ª es, en definitiva, una fuente de oportunidades para todos.
Y creemos que luchar en favor de medidas normativas y convenios colectivos que garanticen las 35 horas semanales a comienzo del pr¨®ximo siglo ser¨¢ un catalizador de la movilizaci¨®n social en los pr¨®ximos tiempos.
Hay, por tanto, importantes desaf¨ªos pero tambi¨¦n una clara voluntad de afrontarlos convencidos, como estamos en la UGT, de que todos somos capaces de lograr un futuro mejor.
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