?Hay que tener las am¨ªgdalas bien puestas?
Hugo S¨¢nchez y G¨¢rate dialogan sobre los aspectos y cualidades que distinguen a los goleadores
De los 49.987 goles que guarda ya la historia de la Liga, ellos han firmado 343. Hugo S¨¢nchez, de 39 a?os, y Jos¨¦ Eulogio G¨¢rate, de 53, son dos de los mejores realizadores que ha conocido el campeonato espa?ol. Cada uno a su estilo, cada uno con sus cualidades, cada uno con su personalidad, ambos han ense?ado mil f¨®rmulas de c¨®mo perforar las redes. Camino del tanto 50.000, sobre goles y goleadores aceptaron hablar para EL PA?S.G¨¢rate. Yo, en realidad, no me podr¨ªa definir como un delantero punta cl¨¢sico. Quini y Santillana se ajustaban m¨¢s a ese perfil. Ten¨ªa muy buena relaci¨®n con el gol, pero no era un delantero centro t¨ªpico. Ca¨ªa a las bandas...
Hugo S¨¢nchez. Yo dif¨ªcilmente abandonaba la zona del ¨¢rea. No iba a las bandas. Ten¨ªa compa?eros que desarrollaban esas funciones. El estilo de juego era para que yo estuviera ah¨ª. En el Atl¨¦tico estaba m¨¢s lejos del ¨¢rea. Siempre me he adaptado al sistema del equipo.
G. Algo que distingue al goleador, y lo ten¨ªas t¨², es que en cuanto ve la porter¨ªa no se lo piensa. Aunque esa obsesi¨®n no siempre es buena, porque a veces hay compa?eros mejor situados y se desaprovechan ocasiones clar¨ªsimas. Yo si ve¨ªa a un jugador mejor situado, le pasaba. Ese ego¨ªsmo es bueno, pero no la panacea.
H. S. Se habla mucho del ego¨ªsmo del delantero centro, pero no es tal. Su misi¨®n es tirar en cuanto ve porter¨ªa. Y tampoco es tan f¨¢cil ver a un compa?ero cuando miras a la porter¨ªa. Hay quien tiene esa cualidad y hay quien no. Igual que hay quien al ver la porter¨ªa le tiemblan las piernas. Por eso el especialista siempre va a sobrevivir. Porque para marcar goles hay que valer. Un defensa o un medio pueden tener mucha t¨¦cnica, mucha visi¨®n, mucha precisi¨®n, pero meterse en el ¨¢rea es entrar en una cueva llena de leones. Hay a quien le da miedo mirar la porter¨ªa y hay quien ni se atreve a entrar en el ¨¢rea.
G. Pues yo creo que los goles han dejado de ser cosa de especialistas, de delanteros centros. En el f¨²tbol moderno son los medios puntas los que desequilibran. Controlan el bal¨®n con m¨¢s facilidad y gozan del factor sorpresa para llegar mejor. Los delanteros tienen su momento cuando se rompe el partido. Pero el gol decisivo, el que desequilibra un encuentro, lo suelen marcar los que llegan desde atr¨¢s.
H. S. La posici¨®n m¨¢s dif¨ªcil sigue siendo la de delantero centro. Para decir que eres delantero centro hay que tener las am¨ªgdalas bien puestas. Todos quisieran ser los goleadores y los delanteros centros, pero no todos valen. Y van jugando de extremo, de media punta, de lateral o de portero.
G. El que es goleador lo es desde siempre. Uno puede desarrollar cualidades, pero hay algo innato en el goleador que no se aprende.
H. S. Uno nace con esa virtud, pero hay que ir puli¨¦ndola. Uno de mis secretos fue que hice tantas repeticiones de remate con todas las partes de mi cuerpo que cuando llegaba la oportunidad en un partido dif¨ªcilmente fallaba. Era mi vicio: quedarme siempre despu¨¦s de los entrenamientos a hacer remates con las diferentes partes del cuerpo.
G. En mi ¨¦poca, al final de los entrenamientos se quedaban chutando s¨®lo los que tiraban los penaltis. Los dem¨¢s, nos ¨ªbamos. Eran otros tiempos. ?ramos tan buenos o malos profesionales como los de hoy, pero las exigencias eran menores.
H. S. En los tiempos actuales, para un delantero el remate de primera es una cualidad primordial. Antes se pod¨ªa parar el bal¨®n, correr dos metros para la derecha, otros dos para la izquierda. El defensa iba contigo. Ahora, apenas pisas el ¨¢rea te salen tres leones. Si controlas el bal¨®n pierdes segundos. Y en el f¨²tbol actual, los segundos son horas. Adem¨¢s, puedes controlar mal y para eso, prefiero equivocarme en el remate.
G. Antes era m¨¢s f¨¢cil brillar. Hoy es muy dif¨ªcil jugar porque no hay espacios, porque se marca en zona y no al hombre. Y ¨¦ramos m¨¢s est¨¢ticos. Nos qued¨¢bamos en punta siempre, no baj¨¢bamos m¨¢s all¨¢ del medio campo, tambi¨¦n porque los defensas no sub¨ªan. Ya no quedan delanteros natos. Pero las cualidades propias de un goleador son las mismas: intuici¨®n y anticipaci¨®n.
H. S. Y agresividad. Y determinaci¨®n. Y t¨¦cnica para rematar c¨®mo sea. Y destreza. Y la corpulencia suficiente para resistir los embates del enemigo. Y estar bien posicionado. Que si el bal¨®n no llega sea porque se lo quitaron al compa?ero, o porque el centro fue malo, o porque bot¨® mal. Mis compa?eros sab¨ªan que Hugo iba a estar siempre en el lugar adecuado. Me pod¨ªan hacer pases sin ver. Pero, sobre todo, lo que distingue a un delantero es la valent¨ªa. Vas a recibir golpes, agresiones, provocaciones, escupitajos y de todo. Hay que tener la tranquilidad, la habilidad y la inteligencia para superar todas esas barreras.
G. Hombre, la obligaci¨®n del defensa es destructiva. Hay entradas duras, pero la violencia llega cuando hay una respuesta y se encona la situaci¨®n. Yo fui respetado porque respetaba.
H. S. Butrague?o pensaba como t¨². Ambos estilos se imponen. Pero el caballero o el noble tarda m¨¢s tiempo en imponerse que el valiente o el que se hace respetar por su car¨¢cter. Por tu v¨ªa, los n¨²meros siempre van a ser inferiores. En la actualidad no conozco a ning¨²n delantero que act¨²e as¨ª para imponerse.
G. Los n¨²meros tambi¨¦n te los da tirar los penaltis, las faltas... Hoy en d¨ªa abundan los tipos agresivos, que responden las entradas duras, que pelean con el contrario... No es que yo no fuera valiente. No iba a la guerra, iba a jugar al f¨²tbol. Y siempre lo he entendido como un juego, respetando al contrario. A la larga, es m¨¢s positivo. Y s¨ª quedan tipos nobles. Alfonso...
H. S. Yo he sabido defenderme no por mala uva, sino por inteligencia. Muchos quisieron darme, pero casi ninguno pudo. Fueron con la idea de golpear y terminaron golpeados. Ah¨ª est¨¢ la listeza del delantero. Prefiero ir siempre a la defensiva. A m¨ª si me tocaban, en la siguiente iba la m¨ªa. En cambio, hay jugadores como Butrague?o o t¨² que deci¨¢is "me golpeaste, me pegaste y por favor ya no me pegues m¨¢s".
G. ?Qu¨¦ quieres que te diga? Yo nunca le dije a un defensa "no me pegues m¨¢s". Y tambi¨¦n reaccion¨¦ ante las entradas con mala intenci¨®n. Pero ha sido una excepci¨®n. Y estoy encantado de c¨®mo me ha ido.
H. S. Conozco pocos defensas que se lo piensen antes de entrarte. Conmigo, los defensas dudaban. Si met¨ªan la pierna, se pod¨ªan llevar una buena. Y nunca tuve una lesi¨®n por entrada violenta. Siempre supe esquivarlas. Y a t¨ª te retir¨® un defensa.
G. Pero he recibido menos patadas que t¨². Has tenido suerte. Esto es aleatorio. Hay jugadas normales con consecuencias graves. Y entradas violentas en las que no pasa nada. Lo m¨ªo lo considero m¨¢s una desgracia que una consecuencia de mi juego.
H. S. Yo nunca me distra¨ªa. Nunca perd¨ªa la concentraci¨®n. Pero sab¨ªa cu¨¢ndo ten¨ªa que levantar la pierna, o poner la plancha. Es saber qui¨¦n puede m¨¢s. Si me insultaban, yo insultaba; si me escup¨ªan, yo escup¨ªa; si me entraban, yo entraba. Los defensas no pod¨ªan conmigo por lo deportivo y tampoco por lo antideportivo. Y su ¨²nica defensa era salir a la prensa a decir es que Hugo me dijo, me hizo...
G. Hab¨ªa jugadores a los que yo ganaba siempre, como Gallego, el del Bar?a. Pero otros, como Benito, me ten¨ªan la moral comida. Tambi¨¦n se me atragantaron porteros, como Sadurn¨ª. Si jugaba ¨¦l, yo no marcaba. En cambio, contra Esnaola siempre marcaba.
H. S. Yo lo que hac¨ªa era estudiar al defensa que iba a tener enfrente. Si era de los que aguantaban, evitaba el contacto. Si era lento, velocidad. Si no se perfilaba bien, le buscaba la espalda...
G. S¨ª, pero en nuestra ¨¦poca, la informaci¨®n sobre el rival era pr¨¢cticamente nula. Nos dec¨ªa el entrenador ¨¦ste va muy bien por alto, es muy lento y tal. Pero luego no val¨ªa de mucho. Porque a veces el jugador ten¨ªa las cualidades contrarias. De todas formas, no creo en el estudio previo. Cada jugada es un mundo.
H. S. Hay que saber escoger lo m¨¢s conveniente en cada momento. Y para el gol ayuda eso que se llama olfato, que suena a t¨®pico pero es real. Es hacerse una pel¨ªcula de la jugada, dibujarla c¨®mo va a venir y adivinar d¨®nde va a caer el bal¨®n. Muller, por ejemplo, lo ten¨ªa muy desarrollado. Y tambi¨¦n hay que tener frialdad. Que no te traicionen los nervios. Yo nunca me puse nervioso por muy importante que fuera la cita o el escenario.
G. Yo s¨ª. Me impon¨ªa el Bernab¨¦u. El Camp Nou, en cambio, era una maravilla. Hay campos donde te salen mal las cosas y campos donde te salen bien. Deb¨ªa ser superstici¨®n, no s¨¦. Pero estad¨ªsticamente era as¨ª.
H. S. Pues los n¨²meros no enga?an. Por eso, los mejores goleadores son los que dicta la historia.
G. En mi ¨¦poca, el mejor era Quini. Y despu¨¦s, me ha parecido incre¨ªble lo de Julio Salinas. Sin condiciones extrordionarias, sin las cualidades de un delantero cl¨¢sico, se hartaba a marcar goles. No era r¨¢pido, no iba bien de cabeza, no era habilidoso, pero siempre marcaba. No s¨¦, tal vez un envidiable sentido de la oportunidad.
H. S. Y que proteg¨ªa muy bien el bal¨®n. De Quini yo aprend¨ª a nunca dar un bal¨®n por perdido. En todos los tiros iba al rechace, como si el portero nunca fuera a atajar el bal¨®n. Pensaba siempre en el fallo del defensa o el portero. Y de Santillana aprend¨ªa cosas: c¨®mo saltar de cabeza. Algo que Zamorano tambi¨¦n absorbi¨®. Era saltar unas d¨¦cimas de segundo antes del defensa y apoyarse un poquito. El propio defensa, luego, le manten¨ªa arriba al saltar. Son secretos y jugadas que sacas provecho de ello. Yo ahora veo gestos o movimientos m¨ªos que practican otros delanteros.
G. Lo que has puesto de moda son las celebraciones estruendosas. A partir de tu famosa voltereta, parece que cada uno tiene que inventar algo para dar la nota. La celebraci¨®n de los goles antes no ten¨ªan nada que ver con lo que son hoy en d¨ªa. Es la moda, pero a m¨ª no me gusta.
H. S. Son estilos, la personalidad de cada uno. Y cuando es de forma circense, est¨¢ bien. La variedad no es ofensiva. S¨®lo los cortes de manga.
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