Dickens se espantar¨ªa
DURANTE 15 d¨ªas, dos marchas cruzar¨¢n Espa?a como parte de la movilizaci¨®n mundial contra la explotaci¨®n laboral de los ni?os. El 1 de junio confluir¨¢n en Ginebra, ante la sede de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), las marchas que recorren los cinco continentes desde comienzos de a?o, siguiendo una iniciativa apoyada por numerosas organizaciones humanitarias de todo el mundo. Su intenci¨®n es sensibilizar a la poblaci¨®n sobre el drama del trabajo de los ni?os, frecuentemente en condiciones pr¨®ximas a la esclavitud, a una edad en que deber¨ªan estar form¨¢ndose. Aznar recibi¨® ayer a una representaci¨®n de menores participantes en la movilizaci¨®n y de las organizaciones no gubernamentales que colaboran en la misma.No es cuesti¨®n de legislaci¨®n. Desde la Declaraci¨®n Universal de los Derechos de la Infancia hasta los convenios de la OIT, pasando por la Carta Europea de los Derechos de los Ni?os, las normas est¨¢n claras. Su existencia no impide que en el ?frica subsahariana, por ejemplo, uno de cada tres ni?os en edad escolar est¨¦ trabajando en condiciones precarias, que en las plantaciones de ca?a de Brasil el 25% de la mano de obra sea infantil y que millones de menores de edad realicen en Asia trabajos de manufactura -balones de f¨²tbol, alfombras, zapatillas deportivas, entre otros- destinados al consumo de los pa¨ªses desarrollados. Sin contar la venta de ni?as para la prostituci¨®n en Nepal o Tailandia, la utilizaci¨®n de ni?os de 10 a?os para colocar las mechas en minas de dif¨ªcil acceso en diversos pa¨ªses, el casi universal trabajo dom¨¦stico clandestino, la utilizaci¨®n de menores en el tr¨¢fico de drogas, entre otros.
Un panorama semioculto que habr¨ªa espantado a Dickens, pero cuya ra¨ªz, la miseria, no se resuelve simplemente prohibiendo a los padres que manden a sus hijos a trabajar, y tampoco, como a veces se propone, boicoteando los productos fabricados por ni?os, sin ofrecer alternativas. La presi¨®n sobre los Gobiernos es necesaria, y tambi¨¦n la denuncia p¨²blica de las multinacionales que explotan el trabajo infantil; pero ello debe acompa?arse con programas como los que desarrolla la OIT para obligar a los contratadores a reemplazar a los menores por sus padres y, sobre todo, por ayudas a las familias que se comprometan a enviar a sus hijos a la escuela. Sin formaci¨®n no habr¨¢ posibilidad de salir del c¨ªrculo de la miseria, y ello implica financiaci¨®n. Los ciudadanos exigir¨ªan con m¨¢s energ¨ªa que los Gobiernos cumplan el compromiso de destinar el 0,7% del PIB nacional a ayudas al desarrollo si se conocieran mejor realidades como ¨¦stas; que se conozcan es el objetivo de las marchas que ayer llegaron a Espa?a.
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