El Vaticano da por resuelto el asesinato de su jefe militar con la hip¨®tesis de la venganza
Sin esperar al resultado de las autopsias de los tres cad¨¢veres, ordenadas por el juez ¨²nico vaticano Gian Luigi Marrone, ni a pruebas bal¨ªsticas, el Vaticano dio casi por cerrado ayer el triple asesinato ocurrido el lunes tras los muros del Estado m¨¢s reservado del planeta. Seg¨²n la tesis oficial, C¨¦dric Tornay, de 24 a?os, cabo de la Guardia Suiza, asesin¨® con su pistola reglamentaria Stig 75 a su superior, el reci¨¦n nombrado comandante del cuerpo Alois Estermann y a la esposa de ¨¦ste, Gladys Meza, antes de suicidarse. Todo ocurri¨® al filo de las nueve de la noche en el alojamiento vaticano de los Estermann.
Tornay, que poco antes de la matanza entreg¨® a un compa?ero una misteriosa carta cerrada para su familia, pretend¨ªa resarcirse as¨ª de las amonestaciones y agravios comparativos de los que se cre¨ªa v¨ªctima en el interior del Ej¨¦rcito pontificio.El director de la oficina de prensa vaticana, Joaqu¨ªn Navarro-Valls, no se atrevi¨® ayer a descartar otras explicaciones, otros motivos ocultos capaces de desencadenar el doble o triple asesinato del lunes, ocurrido dentro de los muros vaticanos, en el edificio que aloja a los oficiales casados de la Guardia Suiza, con entrada por la Puerta de Santa Ana. Sobre el caso, y en su calidad de Estado soberano, el Vaticano se reserva el control de una investigaci¨®n que, a juzgar por la intervenci¨®n de Navarro-Valls est¨¢ pr¨¢cticamente resuelta.
?Tornay no era un desequilibrado?, reconoci¨® el portavoz vaticano, ?pero s¨ª una persona que ha reaccionado por acumulaci¨®n, tras los presuntos agravios de que se cre¨ªa v¨ªctima?. El propio Estermann, de 43 a?os, que ejerc¨ªa oficiosamente como comandante de la Guardia Suiza desde noviembre pasado tras la jubilaci¨®n del coronel Roland Buchs, le hab¨ªa amonestado por escrito el 12 de febrero pasado, ?en t¨¦rminos corteses pero rotundos?, seg¨²n Navarro-Valls, despu¨¦s de que el joven militar permaneciera fuera del acuartelamiento una noche.El Vaticano ha pedido a Buchs que retome provisionalmente el cargo
Versi¨®n creible
La versi¨®n oficial de la tragedia le parec¨ªa ?cre¨ªble? a Luigi Accatoli, vaticanista del diario Corriere della Sera. ?Y digo cre¨ªble porque aporta dos hechos tangibles: la amonestaci¨®n por escrito recibida por el cabo y la carta de este ¨²ltimo a su familia?. ?Datos sobre los cuales?, explic¨® ayer Accatoli a este diario, ?el portavoz vaticano no puede haber mentido, porque son perfectamente comprobables por el juez?. El misterio mayor rodea a la carta, que podr¨ªa revelar por completo los motivos que impulsaron a Tornay a disparar la noche del lunes cinco balas de su arma reglamentaria: dos contra su superior, otras dos contra Gladys Meza, reserv¨¢ndose para ¨¦l la quinta.Navarro-Valls aport¨® m¨¢s datos para apuntalar la hip¨®tesis del asesinato reivindicativo de Tornay. Llevaba d¨ªas quej¨¢ndose porque era uno de los pocos guardias excluidos de la condecoraci¨®n que hoy, gran fiesta de la Guardia Suiza, ten¨ªa previsto entregar el Pont¨ªfice. Joven, con tres a?os de antig¨¹edad en la Guardia Suiza, Tornay se hab¨ªa insertado bien en la sociedad romana, ten¨ªa amigos y hasta una novia con la que, seg¨²n el portavoz vaticano, acababa de romper.
El matrimonio Estermann, por su parte, era una pareja muy conocida en el reducido c¨ªrculo vaticano, al que pertenec¨ªan desde 1980 cuando ingres¨® el malogrado comandante en la Guardia Suiza. La esposa, Gladys Meza, una venezolana de 49 a?os de edad, doctorada en Derecho Can¨®nico y en Derecho Civil por la Universidad Laterana, trabajaba en la Embajada de su pa¨ªs ante la Santa Sede. No ten¨ªan hijos y, seg¨²n Navarro-Valls, la pareja dedicaba su tiempo libre a hacer caridad.
Juan Pablo II, al que Estermann hab¨ªa acompa?ado en una treintena de viajes pastorales, suspendi¨® ayer sus audiencias y expres¨® su pesar por ?un asesinato incomprensible?, que se suma a la serie de historias nunca del todo desveladas que han tenido a la Santa Sede como escenario. Una tragedia que, ?despu¨¦s del misterioso atentado de Al¨ª Agca y de la desaparici¨®n de Emanuela Orlandi (hija de un ex funcionario de la Santa Sede), hace recaer sobre el Vaticano un clima de misterio?, en palabras de Luigi Accatoli.
Ayer se respiraba un ambiente enrarecido en las inmediaciones de la Puerta de Santa Ana, y hasta en la plaza de San Pedro. Una extra?a tensi¨®n en la atm¨®sfera que recordaba pese a las diferencias enormes entre ambos sucesos, al clima que rode¨® el anuncio en septiembre de 1978 de la muerte de Albino Luciani a los 33 d¨ªas de haber sido elegido Papa con el nombre de Juan Pablo I. Las autoridades vaticanas decidieron suspender tambi¨¦n la fiesta de la Guardia Suiza que se celebra hoy. Iba a ser un gran d¨ªa para Alois Estermann, de 44 a?os, nacido en el cant¨®n de Lucerna. Sus padres hab¨ªan llegado a Roma para presenciar su toma de posesi¨®n.
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