Joaqu¨ªn Vidal y Masats explican en textos y fotos la verdad del toreo puro

Huyendo de la pedanter¨ªa erudita con esa misma gracia que usan los toreros artistas para evitar el peligro, y tirando de su bien conocido criterio ¨¦tico y est¨¦tico, el cr¨ªtico taurino Joaqu¨ªn Vidal se ha unido al fot¨®grafo catal¨¢n Ram¨®n Masats para tratar de explicar los secretos, los c¨¢nones, el origen y la moderna -?Y muy superficial?- evoluci¨®n del arte de torear. Vidal y Masats ponen sus im¨¢genes y palabras al servicio de una estampa casi olvidada: el encuentro entre un toro ¨ªntegro y bravo y un torero dominador y artista. El resultado, presentado anoche en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, se titula Toro, y combina casi 300 fotograf¨ªas con 60 p¨¢ginas de texto.

Editado por Lunwerg en tirada de lujo, el libro propone un recorrido por las distintas facetas de lo taurino. Primero aparecen las fotograf¨ªas en color de Ram¨®n Masats (Barcelona, 1931), que durante la ¨²ltima temporada taurina sigui¨® con sus c¨¢maras y teleobjetivos a toros y toreros, aficionados y mozos de espadas, plazas y peque?os detalles, triunfos y cogidas.Las im¨¢genes arrancan en las dehesas donde nacen y pacen los toros y llegan hasta el momento en que el matarife hace su trabajo. Masats visit¨® unas doce ganader¨ªas, y unas 30 o 40 plazas. ?Fue un trabajo duro, con momentos muy dif¨ªciles. El m¨¢s complicado, cuando quisimos fotografiar el parto de un becerro. Estuvimos tres d¨ªas esperando metidos en un todoterreno?.

Masats quer¨ªa montar sus fotos de una manera ?lineal y did¨¢ctica, ense?ando todas las etapas de la vida del toro: la crianza, las tientas, el despertar de la bravura, la selecci¨®n, los encierros, la llegada a la plaza... ?Currista y paulista de coraz¨®n?, el fot¨®grafo encontr¨® un problema final. ?Al seleccionar las fotos con Vidal no pudimos mostrar todas las suertes de capote y muleta que hubi¨¦ramos querido. No hab¨ªa hondura y arte suficiente?.

??se era un problema anunciado?, r¨ªe el cr¨ªtico. ?El toreo de hoy es tan superficial como los tiempos que corren. Antes ir a los toros era agotador por la incertidumbre y la tensi¨®n que se viv¨ªa. Desde la ¨¦poca de El Cordob¨¦s, eso cambi¨®, salvo el renacer de Anto?ete y Andr¨¦s V¨¢zquez. Los taurinos de hoy dicen que la fiesta se ha humanizado, pero es al rev¨¦s. La fiesta est¨¢ tan bien inventada que cuando uno de los elementos falla, se va al garete. Y cuando los toros se caen, queda un espect¨¢culo vergonzoso?.

Joaqu¨ªn Vidal (Santander, 1935) hered¨® la afici¨®n de su padre, que se vino a Madrid cuando ¨¦l ten¨ªa 4 a?os. ?Me empez¨® a llevar a la plaza y me aficion¨¦ enseguida. En esa ¨¦poca no analizaba cr¨ªticamente, claro, pero te queda un sedimento. Siempre he sido un elemento extra?o y, cuando hac¨ªa novillos, en vez de irme al Retiro a ligar me iba a la Biblioteca a leer el Coss¨ªo. Hace falta ser gilipollas?.

Vidal empez¨® muy joven a escribir de toros. Debut¨® en el Hierro de Bilbao, y luego sigui¨® en Pueblo e Informaciones hasta 1976, a?o de la fundaci¨®n de EL PA?S. Cr¨ªtico de pluma ¨¢cida, llena de iron¨ªa pero feroz en el compromiso con la integridad de una fiesta que considera todav¨ªa ?el mayor espect¨¢culo del mundo?, explica que su intenci¨®n al escribir el libro fue no ponerse erudito, ?aunque queda muy bien?, no defraudar a los buenos aficionados, ?y que los que no saben mucho de esto pudieran aprender algo?. Seg¨²n cree, cada vez se sabe menos de toros. ?Vivimos en la perfecci¨®n total: el limbo?.

Combinando an¨¦cdotas y precisi¨®n, Joaqu¨ªn Vidal explica mucho de lo que ha aprendido: el ?camelo literario? del toro de Creta, el inicio del toreo en Iberia (nobles a caballo) y la g¨¦nesis del espect¨¢culo con la entrada del pueblo llano que hac¨ªa los quites a pie; ?la genialidad iletrada, honradez y enorme sentido com¨²n? de los padres de la tauromaquia; la ciencia y el arte de criar toros, el paso de un lenguaje taurino brillante e imaginativo a la actual jerga, ordinaria y fea... Y, como final, define la faena perfecta. Una pista: ?No debe durar m¨¢s de cuatro minutos?.