El Athletic saca partido al marcador simult¨¢neo
El equipo bilba¨ªno, a un paso de la Liga de Campeones, mientras el M¨¦rida pone un pie en Segunda Divisi¨®n
El Athletic vivi¨® a costa de los dem¨¢s para alimentar su lugar en la Liga de Campeones. Primero convivi¨® con la fortuna propia y el infortunio del M¨¦rida para resistir en el marcador. Fue un sortilegio: jug¨® 90 minutos con el marcador simult¨¢neo y todo le sali¨® bien. Al M¨¦rida le ocurri¨® todo lo contrario, todo le result¨® adverso: no perdi¨® ninguno de sus rivales directos. Cosas del balompi¨¦.Ayer, el f¨²tbol fue cosa del M¨¦rida que durante 75 minutos manifest¨® una actitud m¨¢s positiva, m¨¢s urgente que un Athletic extremadamente conservador que apel¨® una vez m¨¢s a su libro m¨¢s viejo. Defender fue su ¨²nica obsesi¨®n y adem¨¢s lo hizo mal, rematadamente mal. Un solo futbolista, el argentino Biagini, destroz¨® su sistema a base de velocidad y buena ubicaci¨®n y demostr¨® por qu¨¦ Roberto R¨ªos no acude al Mundial y por qu¨¦ viene ocupando plaza en el banquillo del Athletic. No fue el ¨²nico. Larrainzar padeci¨® las galopadas de Biaggini con toda la impotencia del mundo.
M¨¦rida: Montoya; Mariano (Ruano, m
90), Luis Sierra, Momparlet, Pablo Alfaro; Sinval, De los Santos, Correa, Pirri Mori (Sabas, m.58); Biaggini y Cleber (Gabrich, m. 73).Athletic: I. Etxeberria; Larrainzar, Roberto R¨ªos, Alkorta, Larrazabal; Carlos Garc¨ªa, Urrutia (Jos¨¦ Mari, m. 61); J. Etxeberria, Guerrero (Ziganda, m. 73), Lasa (Javi Gonz¨¢lez, m. 61); Urzaiz. ?rbitro: Jap¨®n Sevilla, del colegio andaluz. Amonest¨® a Pablo Alfaro, Lasa, Urrutia, Urzaiz, Sabas y Jos¨¦ Mari. Unos 15.000 espectadores en el Romano Jos¨¦ Fouto con notable presencia de aficionados del Athletic.
El M¨¦rida tradujo la fe en ocasiones, pero no hizo lo propio para convertirlas en goles. Por seis veces pudo batir a Imanol Etxeberria y en la media docena tropez¨® con Etxeberria, ayer inconmesurable, tras un comienzo titubeante. No parec¨ªa una victoria necesaria para ambos equipos, sino un encuentro de mitad de temporada, cuando un equipo pugna por el f¨²tbol y el gol y otro contemporiza en espera de tiempos mejores.
El Athletic ha basado su fortuna en la contundencia m¨¢s que en la clarividencia. Eso le ha hecho fuerte y Luis Fern¨¢ndez ten¨ªa el firme prop¨®sito de agudizar ese rasgo de identidad en un campo que consideraba poco propicio para el toque y la combinaci¨®n. Por ello dispuso muchas l¨ªneas defensivas, muchas misiones de contenci¨®n y ning¨²n engarce con los llaneros solitarios de su ataque. Joseba Etxeberria pas¨® inadvertido. Guerrero no existi¨® y la ¨²nica apariencia de ofensividad la propon¨ªa Ismael Urzaiz con su pelea sorda habitual con todos los defensores.
El M¨¦rida cre¨ªa en s¨ª mismo. Su futbol no se grad¨²a en la Universidad pero al menos discurr¨ªa con criterios y argumentos l¨®gicos. Sinval y Correa habilitaban a Biaggini, y con esa ¨²nica conexi¨®n bastaba para poner patas arriba toda la guardia pretoriana rojiblanca. Pero al Merida le falt¨® tacto y le sobr¨® Imanol Etxeberria. Las seis ocasiones de que dispuso se dirigieron a los tres palos y al cuerpo o las manos del guardameta rojiblanco. Una cuesti¨®n de calidad que determin¨® el partido.
El Athletic s¨®lo existi¨® en un remate de cabeza de Carlos Garc¨ªoa que Mariano sac¨® bajo palos. Era el minuto 44 y s¨®lo entonces alcanz¨® el equipo bilba¨ªno el ¨¢rea local.
El descanso no alter¨® el discurso. Nadie dir¨ªa que el Athletic, con el conocimiento de los marcadores se jugaba en el Romano Jos¨¦ Fouto un lugar entre los elegidos de Europa. Los resultados pesaban en el ¨¢nimo del M¨¦rida, que puso cerco al Athletic en una media hora trepidante. La presencia de Sabas desestabiliz¨® a¨²n m¨¢s al Athletic que por momentos parec¨ªa conformarse con una situaci¨®n que en esos momentos le relegaba a la tercera plaza y le hac¨ªa depender del Mallorca, su enemigo particular esta temporada.
El M¨¦rida se fundi¨®, agot¨® las pilas en un esfuerzo ¨ªmprobo, y el Athletic aprovech¨® el c¨²mulo de circunstancias: durante un cuarto de hora el conjunto bilba¨ªno recobr¨® su relaci¨®n con el f¨²tbol, acogot¨® al rival y se dedic¨® a ratificar la Liga de Campeones en el momento m¨¢s dulce de la temporada: una victoria en M¨¦rida le otorgaba la segunda plaza matem¨¢ticamente. Ambas circunstancias le hicieron resucitar.
El cansancio del oponente le entreg¨® metros y el bal¨®n; el marcador simult¨¢neo le dio ¨¢nimos. En un cuarto de hora se fabric¨® tres ocasiones que podr¨ªan haber realizado un sue?o que apenas busc¨®. Fue un Athletic r¨¢cano para una ocasi¨®n tan solemne. En realidad, le ten¨ªa miedo al M¨¦rida y no se lo sacudi¨® hasta los instantes finales de la pugna. Una actitud extra?a en un extra?o partido. Los dem¨¢s hicieron bueno el resultado para el Athletic; los dem¨¢s hundieron un poco m¨¢s al M¨¦rida. Un partido en suma sin demasiada personalidad.
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