Bacteria castiza

Campo Real (2.550 habitantes) no s¨®lo es cuna de aceitunas deleitosas y de un sabroso queso de oveja. Ahora tambi¨¦n puede sacar pecho a cuenta de una bacteria tan genuina que hasta tiene denominaci¨®n de origen. Un colectivo internacional de veterinarios lleva m¨¢s de tres a?os analizando las enfermedades en las gl¨¢ndulas mamarias del ganado ovino de la zona, y el resultado de sus desvelos ha sido la descripci¨®n de una bacteria in¨¦dita en la literatura cient¨ªfica. Su nombre supone la primera referencia matritense en la historia de la microbiolog¨ªa: Corynebacterium camporealensis.El microbio en cuesti¨®n presenta una forma de maza irregular y, sin resultar especialmente da?ino, origina en las ovejas problemas subcl¨ªnicos: desarreglos que, sin resultar evidentes a simple vista, pueden pifiar la producci¨®n del queso durante el proceso de fermentaci¨®n. El equipo de investigadores, siete integrantes del departamento de Sanidad Animal (Facultad de Farmacia) de la Complutense y tres del campus ingl¨¦s de Reading, han logrado ya inocular una vacuna adecuada a las cabezas de la comarca. O sea, que las ovejas de Campo Real est¨¢n a salvo de la bacteria de su pueblo.

El bautismo de la Corynebacterium ha sido objeto del m¨¢ximo seguimiento entre las autoridades mundiales de la materia. "Un nombre supone para nosotros una medalla, un reconocimiento que pasa a la posteridad de la ciencia", explica el director del departamento, Lucas Dom¨ªnguez. Su brazo derecho, Jos¨¦ Francisco Fern¨¢ndez-Garayz¨¢bal, enfatiza: "Tiene tanta o m¨¢s importancia que una calle en tu pueblo natal". La candidatura del camporealensis tuvo que vencer las reticencias de los profesores ingleses, remisos a denominar a su microorganismo con el nombre de una poblaci¨®n que no conoc¨ªan de nada. Por su parte, los sabios del Comit¨¦ Internacional de Taxonom¨ªa Bacteriana invirtieron dos horas de acaloradas discusiones en determinar si a la nueva c¨¦lula se la pod¨ªa denominar camporrealensis, con dos erres, como pretend¨ªan sus descubridores. Al final, la moci¨®n prosper¨® con una sola erre.

La investigaci¨®n de estos seres unicelulares ha costado unos ocho millones de pesetas anuales, sufragados por las consejer¨ªas de Sanidad y Econom¨ªa y por los propios criadores de la regi¨®n, agrupados en la Cooperativa Castellana de Ganaderos. Los empresarios se confiesan satisfechos con el trabajo, porque la prevenci¨®n mediante vacunas les ha permitido aumentar su producci¨®n quesera por encima del 25%. El catedr¨¢tico Lucas Fern¨¢ndez llega m¨¢s all¨¢. "Sustituir los antibi¨®ticos por armas m¨¢s inocuas, como las vacunas, es un objetivo prioritario de la sanidad en todo el mundo", proclama.