La piedra que rueda
Su nombre lleva acu?ado todo el peso de una vida. Y de una tradici¨®n. Temilotzin -piedra que rueda, cometa o mensajero en la lengua nahuatl- sali¨® de M¨¦xico en 1992, despu¨¦s de que el Consejo de Ancianos de Anahuac -constituido en 1989 para con representantes ind¨ªgenas de EE UU, Canad¨¢ y varios pa¨ªses latinoamericanos- le enviase a Europa como dirigente de la acci¨®n Agua y Fuego con una misi¨®n muy clara: difundir en Occidente el "proyecto ind¨ªgena para el desarrollo humano del primer mundo". "As¨ª como Europa tiene un proyecto de ayuda al desarrollo, los ind¨ªgenas tenemos tambi¨¦n el nuestro: el de trasmitir el respeto a la naturaleza", asegura. Y lo dice sabi¨¦ndose representante de una tradici¨®n milenaria, la misma que le ha alimentado la mirada altiva y el habla: la de los aztecas y los mayas. Y lo difunde desde hace tres a?os en M¨¢laga dando clases de filosof¨ªa y de danza ind¨ªgena en la Universidad. Pero no s¨®lo, tambi¨¦n vive de cursos y talleres que da en centros y asociaciones culturales. Espa?a no es el primer pa¨ªs en el que aterriza. Ha vivido en Suiza, Italia Israel, Egipto y Dinamarca. Temilotzin -que no dice cu¨¢ntos a?os tiene, pero que asegura ser "muy viejo"- no fue elegido por el Consejo por llevar el destino inscrito en el nombre. No s¨®lo. Cuando lleg¨® a Europa ya hab¨ªa incorporado las dos ense?anzas b¨¢sicas de la escuela ind¨ªgena: la memoria -"no olvidar qui¨¦nes somos"- y la voluntad -"continuar con la lucha para preservar esa tradici¨®n de m¨¢s de 25.000 a?os"-. Ya hab¨ªa dado numerosas pruebas de ello: se ha tomado la libertad de tomar tierras en M¨¦xico, ha convivido con los casi 70 grupos ¨¦tnicos de M¨¦xico y ha dirigido ceremonias y danzas ind¨ªgenas. Lo dice y lo prueba con papeles porque conoce el "poco valor" que tiene en Occidente la palabra. Ense?a recortes de peri¨®dicos: de Latinoam¨¦rica, Suiza, Espa?a...; y una cinta de v¨ªdeo grabada en 1991 de la televisi¨®n mexicana, en la que antes de un eclipse solar, hace honor a su nombre y, en presencia de una multitud, da el mismo mensaje, que ha tra¨ªdo a Europa: "Es el momento en el que el nuevo sol alumbrar¨¢ el resurgir de la cultura ind¨ªgena". Se trata de una cultura de la que "los colonos tomaron muchos recursos materiales, como el tabaco y la patata, pero de la que ignoraron la parte no material" que incluye una forma de convivencia "en armon¨ªa con la naturaleza": la comunitaria. Esa es la segunda oportunidad que ha tra¨ªdo la Piedra que Rueda por Espa?a. Lo ha hecho, seg¨²n dice, despu¨¦s de que el Consejo de Ancianos analizase "c¨®mo Occidente malgasta los recursos" y c¨®mo este derroche se traduce "en destrucci¨®n de la naturaleza y en hambruna" de los m¨¢s pobres. Contra el Progreso Temilotzin lanza la historia de su infancia, de una infancia que no podr¨ªa ser m¨¢s roussoniana. Hasta los diez a?os vivi¨® en una comunidad de 60 familias ind¨ªgenas en el estado de Treszapotes Veracruz. "Nadie era due?o de la tierra. Se practicaba la ayuda mutua y no nos faltaban alimentos". Pero lleg¨® "eso que llaman progreso" en forma de industria azucarera y "nos echaron". Desde entonces creci¨® "protegido y guiado por los maestros Tuxlas". Temilotzin no se queja del eco de su mensaje. Sus ideas no han calado en las instituciones pero s¨ª en varias personas. Ha bautizado a dos ni?os y en julio casar¨¢ a una pareja seg¨²n la ceremonia que aprendi¨® de sus maestros. Atribuye este ¨¦xito, a que "siempre hay gente que analiza, que se ha dado cuenta que el progreso ha causado ya excesivos problemas".
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