La boda de t¨ªo Alberto
El fundador de la Ciudad de los Muchachos se casa a los 60 a?os en Legan¨¦s ante unas 1000 personas
Los 110 ni?os de la Ciudad-Escuela de los Muchachos (Cemu), de Legan¨¦s, ya tienen t¨ªa. Ayer, a las ocho de la tarde, el fundador de la ciudad, Alberto Mu?iz, t¨ªo Alberto, de 60 a?os, leon¨¦s, arquitecto y pintor, se cas¨® "como Dios manda" con Ma¨ªa Ord¨®?ez, una pedagoga 25 a?os m¨¢s joven que ¨¦l. En un altar rodeado de flores blancas y azules, tres sacerdotes oficiaron la ceremonia religiosa en la peque?a catedral de la ciudad que t¨ªo Alberto fund¨® hace casi tres d¨¦cadas para acoger a ni?os dif¨ªciles, muchos de ellos con antecedentes penales.La novia, radiante, dijo el s¨ª con un vestido largo y beis dise?ado por Vittorio & Luchino. Hubo poes¨ªa y canciones en la ceremonia. Por suerte, las nubes huyeron a la ca¨ªda de la tarde y t¨ªo Alberto pudo obsequiar con un c¨®ctel al aire libre a sus casi mil invitados, entre los que no faltaron caras famosas como el cantante y reportero de Caiga quien caiga Pablo Carbonell y miembros de las familias Fern¨¢ndez-Ochoa y Molina.
Ma¨ªa es muy popular en Legan¨¦s. Su madre, Paquita Gallego, fallecida hace 11 a?os, fund¨® un comedor para indigentes en esta localidad madrile?a. La novia conoci¨® al que ya es su marido hace dos d¨¦cadas, en la Cemu, y, como casi todas las adolescentes, se enamor¨® de su maestro. El flechazo mutuo se produjo hace tres a?os, y la idea de formalizar la relaci¨®n surgi¨® de pronto. "Yo nunca he estado cerrado al matrimonio. Es como un accidente: vas por la calle y te atropellan", explica ¨¦l. Advierte que nunca se ha considerado un solter¨®n, y reconoce varios noviazgos -algunas de sus ex novias asistieron a la boda- y dos hijos biol¨®gicos. Uno de ellos, Alberto, de 28 a?os, vive con ¨¦l y se muestra encantado del nuevo estado civil de su progenitor.
Ninguno de los novios aparentaba estar nervioso. A las cinco de la tarde, Alberto cerraba unas maderas en uno de los patios, y una peluquera persegu¨ªa a Ma¨ªa para tratar de poner en orden su pelo corto y alborotado. No hubo petici¨®n de mano. "De repente", recordaba ayer Ma¨ªa, "Alberto me dijo un d¨ªa: "Ha dicho el padre Silva que nos vamos a casar". Y yo me sent¨ª muy feliz", explica Ma¨ªa con l¨¢grimas en los ojos. "?Es que le admiro, le respeto y le amo tanto...!", susurraba con emoci¨®n. T¨ªo Alberto record¨® ayer con tristeza lo mal que lo pas¨® en 1990, cuando fue acusado de corrupci¨®n de menores. Le absolvieron. "Calumniar a alguien es como desplumar a un pollo un d¨ªa de viento. Es un da?o irreparable".
Los reci¨¦n casados partir¨¢n hoy hacia Bruselas. Es un viaje de trabajo, pero a la vuelta se quedar¨¢n tres d¨ªas en Par¨ªs. A Ma¨ªa la maternidad le impone mucho respeto, y no le importa la diferencia de edad. El reci¨¦n casado, sonriente, recit¨® ayer una canci¨®n de Serrat titulada T¨ªo Alberto: "Al final del camino te espera la sombra fresca de una piel dulce de 20 a?os donde olvidar los desenga?os".
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