Un negocio que echa chispas
En 1937 Aurelio Arteche sali¨® al exilio, una etapa que marc¨® su futuro empresarial. En B¨¦lgica, este ingeniero t¨¦cnico vizca¨ªno trabaj¨® en la compa?¨ªa Usines Balteau, una empresa el¨¦ctrica familiar hasta que estall¨® la II Guerra Mundial, que oblig¨® a Arteche y su numerosa familia a emigrar a Venezuela. En el pa¨ªs latinoamericano continu¨® form¨¢ndose en el negocio el¨¦ctrico, en una empresa fabricante de aparatos de rayos X. Hasta 1946 Aurelio Arteche, su mujer y sus seis hijos no volvieron al Pa¨ªs Vasco. Llegaron en un barco repleto de jud¨ªos que viajaban de suram¨¦rica a Israel. Pero los nueve a?os de exilio sirvieron a Arteche para iniciar por su cuenta el negocio de la fabricaci¨®n de equipos el¨¦ctricos. Con el bagaje adquirido en B¨¦lgica y Venezuela y la colaboraci¨®n de la familia Balteau naci¨® el 30 de diciembre de 1946 Arteche Hermanos. Actualmente, la firma se llama Electrot¨¦cnica Arteche, tiene su sede en Mungia (Vizcaya), cuenta con otras dos plantas en Venezuela y M¨¦xico, y cerr¨® el ejercicio de 1997 con unas ventas de 8.000 millones de pesetas. Electrot¨¦cnica Arteche se cre¨® con una capital inicial de 2,5 millones de pesetas, que pronto se duplic¨®. Aurelio Arteche y sus hermanos aportaron la mayor parte del capital de la empresa, en la que ten¨ªa una participaci¨®n del 25% la familia Balteau. La empresa, ubicada al principio en pleno casco urbano de Mungia, comenz¨® su andadura fabricando aparatos de rayos X de uso industrial y m¨¦dico, transformadores de medida y equipos el¨¦ctricos empresariales, con una plantilla de 50 trabajadores. Viajes clandestinos Tras la guerra, las empresas ten¨ªan dificultades para abastecerse de materias primas. La escasez afectaba a todo el tejido industrial, pero especialmente a las empresas de nueva creaci¨®n que no ten¨ªan derecho a cupos para adquirir materias primas. Electrot¨¦cnica Arteche no escapaba a la situaci¨®n general de escasez, por lo que clandestinos al otro lado de la frontera aseguraron en los primeros a?os la producci¨®n, que se realizaba bajo licencia de la firma belga Balteau. "Tuvimos la gran suerte de trabajar desde el principio para las compa?¨ªas el¨¦ctricas, que siempre ha sido muy exigentes con la calidad, lo que nos oblig¨® a especializarnos", se?ala Unai Arteche, actual presidente de la firma e hijo del fundador. Iberduero, Fecsa e Hidroel¨¦ctrica Espa?ola fueron algunas de los primeros clientes del fabricante de bienes de equipo el¨¦ctrico, que vend¨ªa tambi¨¦n sus productos a numerosas ingenier¨ªas. A principios de la d¨¦cada de los sesenta, Arteche consigui¨® su primer ¨¦xito, con la construcci¨®n del primer transformador de intensidad de 420 kilovoltios y el primer rel¨¦ auxiliar, que se present¨® en la Feria de Muestras de Bilbao. Fue un producto innovador que coloc¨® a la firma en el camino de la exportaci¨®n, que realizaban indirectamente a trav¨¦s de ingenier¨ªas. Las ventas en el exterior, sin embargo, produjeron los primeros roces con la firma Balteau, con cuya licencia funcionaban y que les autorizaba para trabajar s¨®lo en el mercado espa?ol. "La ¨²nica salida para poder exportar era desarrollar nuestra propia tecnolog¨ªa", comenta Arteche. En 1970, la firma se traslad¨® al barrio Zabalondo de Mungia, ampliando sus instalaciones y comprando a la familia Balteau su participaci¨®n del 25% en la empresa. Independencia tecnol¨®gica Arteche rompi¨® amarras con la compa?¨ªa belga y comenz¨® una apuesta inversora en I + D (Investigaci¨®n y Desarrollo) que dio sus primeros frutos en 1973, cuando consigui¨® la independencia tecnol¨®gica. La empresa empez¨® a desarrollar sus propios productos, especializ¨¢ndose en transformadores y rel¨¦s, y abandonando la tercera pata del negocio inicial: los aparatos de rayos X. "En aquellos tiempos no hab¨ªa casi dise?o industrial aqu¨ª y tuvimos que ir a buscar dise?adores a Inglaterra", apunta Arteche. La empresa lleg¨® a un acuerdo de colaboraci¨®n con la inglesa Electrical Research Association. A mediados de los a?os setenta, los transformadores de alta tensi¨®n y capacitivos desarrollados por Arteche ten¨ªan ya destinos tan lejanos como Pakist¨¢n, la presa egipcia de Assuan y Nueva Zelanda. La exportaci¨®n se convirti¨® en internacionalizaci¨®n en 1979, cuando Arteche cre¨® otra planta en Venezuela, con el nombre de Construcciones El¨¦ctricas Iribarren, a la que se sumar¨ªa en 1993 la tercera planta del grupo: Transformadores y Tecnolog¨ªa, en M¨¦xico. Arteche tiene adem¨¢s una sociedad conjunta con Ingelectric Team, dedicada al control integrado de subestaciones. Con una red de 40 delegaciones comerciales, Electrot¨¦cnica Arteche vende sus productos en un centenar de pa¨ªses del mundo, lo que eleva su cuota de exportaci¨®n al 70% de la producci¨®n. Tan s¨®lo el 30% de la cifra de negocio de la empresa tiene salida en el mercado nacional. La firma, que cuenta con una plantilla total de 600 trabajadores, cerr¨® el ejercicio de 1997 con una facturaci¨®n de 8.000 millones de pesetas y unos beneficios de 320 millones de pesetas. Electrot¨¦cnica Arteche dedica el 5% de su cifra de negocio a la Investigaci¨®n y Desarrollo y est¨¢ trabajando actualmente en la creaci¨®n de transformadores no convencionales, que aprovechan nuevos materiales como la fibra ¨®ptica para aumentar la fiabilidad de los equipos. Las centrales hidr¨¢ulicas de Itaip¨² (Brasil), las conexiones el¨¦ctricas del Canal de la Mancha y los metros de Bruselas y M¨¦xico son algunos de los clientes institucionales de la firma, que trabaja tambi¨¦n para empresas con el contrato llave en mano, como ABB, AEG, Gec-Alsthom y Siemens. Las divisiones de transformadores y rel¨¦s integran el negocio, que quiere reforzar su presencia internacional en los pr¨®ximos a?os. "Competimos con precio y servicio al cliente", apunta el presidente de la firma, que cumpli¨® su cincuenta aniversario en 1996. La familia conserva la mayor parte del capital de la firma que fund¨® Aurelio Arteche y que est¨¢ participada tambi¨¦n por la sociedad de capital-riesgo Ezten.
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