El peso de los negocios de la familia Suharto
La sede central de la compa?¨ªa automovil¨ªstica Timor es un edificio de mediana altura y moderna factura en el centro de Yakarta. Ayer, un habitante de la capital se re¨ªa apuntando hacia el bloque de hormig¨®n y cristal: ?A ¨¦se ya se le ha acabado el chollo?. El Timor era el m¨¢s emblem¨¢tico de los muchos caprichos de Tommy, el quinto de los seis hijos de Suharto, que se hab¨ªa empe?ado en fabricar un turismo con patente coreana y convertirlo en el coche nacional, para lo que recibi¨® las correspondientes aprobaciones gubernamentales.Como fue imposible fabricar el veh¨ªculo en Indonesia, Tommy opt¨® por importarlo directamente de Corea, sin pagar impuestos, porque para eso era el coche nacional. El Timor era el coche del r¨¦gimen. Pero la gente no lo compraba, a pesar de venderse a precio muy por debajo de la competencia, y lo ¨²nico que mantuvo a flote el proyecto fue su imposici¨®n como coche oficial.
El caso Timor es s¨®lo un ejemplo de c¨®mo la familia Suharto ha hecho negocios que le han permitido acumular un patrimonio de entre 22.500 y 40.000 millones de d¨®lares (entre tres y seis billones de pesetas), cantidad ¨¦sta en l¨ªnea con el conflictivo paquete de ayuda preparado por el Fondo Monetario Internacional para salvar al pa¨ªs de la bancarrota. Los hijos, como se refieren los indonesios al hablar del clan familiar, est¨¢n omnipresentes.
Nada se hace en Indonesia sin que reporte un beneficio econ¨®mico a los negocios de los hijos, ya sea beber agua embotellada, fumar un cigarrillo, pagar un peaje de autopista o ver la televisi¨®n. As¨ª que es natural que en estos d¨ªas se haya llegado a pedir la nacionalizaci¨®n de las propiedades de la familia. Aunque no parece factible, al menos a juzgar por las garant¨ªas dadas ayer por el general Wiranto.
La familia presidencial lleva largas jornadas oculta. Hace unos d¨ªas, la primog¨¦nita, Tutut, ministra hasta ayer de Asuntos Sociales, viaj¨® a EE UU para asistir a la graduaci¨®n de una hija. Enseguida volvi¨®, y ayer, en medios diplom¨¢ticos, se supon¨ªa que toda la familia, siguiendo la tradici¨®n javanesa, estaba junto al padre en estos momentos de gran tribulaci¨®n.
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