Batalla campal
CASI 200 heridos, entre ellos dos polic¨ªas con pron¨®stico de cierta gravedad, es un balance indeseable para una noche de celebraci¨®n. Pero ¨¦se es el resultado de los graves incidentes producidos en la madrile?a plaza de Cibeles en la madrugada del jueves. La polic¨ªa carg¨® contra un grupo de violentos que festejaban el triunfo del Real Madrid. El triste c¨®mputo indica que algo fall¨® en el control de un acto masivo, previsible en cuanto se supo el resultado del partido.La labor del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa en esta ocasi¨®n ha sido poco acertada. Es cierto que hubo de enfrentarse a la actitud agresiva de grupos de hinchas que primero pugnaban por romper el cord¨®n policial que proteg¨ªa la estatua y que m¨¢s tarde lanzaron botellas y toda clase de objetos contra la fuerza p¨²blica. El ministro del Interior calific¨® de ?ejemplar? la tarea policial, argumentando que, si se hubiera destruido parte de la estatua, a estas horas la responsabilidad de las fuerzas de seguridad ser¨ªa muy grave. Pero no cabe esgrimir un mal mayor hipot¨¦tico para excusar un error real. Pocos recursos t¨¢cticos deben tener las fuerzas antidisturbios cuando, para reprimir a dos centenares de forofos violentos, se pone en riesgo la integridad de miles de aficionados pac¨ªficos que, por la indiscriminada acci¨®n policial, se encontraron involucrados en una batalla campal. Falt¨® mano izquierda y sobr¨® excitaci¨®n.
La tarea de las fuerzas de seguridad es separar, con la mayor exactitud posible, a los alborotadores de los ciudadanos que pac¨ªficamente celebraban el triunfo de su equipo; y, desde luego, lo que en ning¨²n caso se debe hacer es provocar las iras de una mayor¨ªa pac¨ªfica, como sucedi¨® en la madrugada del jueves seg¨²n muchos testigos, porque se corre el riesgo de provocar una situaci¨®n catastr¨®fica. Lo cual en absoluto reduce la responsabilidad de los provocadores, una minor¨ªa ultra que enturbia los acontecimientos en los que participa el Real Madrid. Ellos son los m¨¢s directos responsables, aunque sea cierto que a la polic¨ªa le falt¨® profesionalidad.
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