La ¨²ltima del XX
HOY SE inaugura la Expo 98 en Lisboa, la ¨²ltima exposici¨®n mundial del siglo XX, enteramente destinada a homenajear la mar. La capital portuguesa fue escogida entre las candidatas a albergar esta muestra por la raz¨®n, entre otras, de cumplirse el quinto centenario de la llegada de Vasco de Gama a la India. Pero al fin estos hitos acaban constituyendo meros pretextos para abordar una modernizaci¨®n de las comunicaciones y un espectacular saneamiento de algunas zonas urbanas.A diferencia de lo sucedido con la Expo de Sevilla, la lisboeta, varias veces menor, tiene asignado un destino cabal para todas sus construcciones tras su clausura, el pr¨®ximo 30 de septiembre. El espl¨¦ndido edificio de Alvaro Siza ser¨¢ sede administrativa, el llamado pabell¨®n de la Utop¨ªa acabar¨¢ en un centro multiuso con una capacidad de 16.000 plazas y, finalmente, el pabell¨®n del Conocimiento de los Mares se convertir¨¢ en Museo de la Ciencia. Un formidable acuario o un hermoso teatro obra de Manuel Salgado contribuir¨¢n a enriquecer la zona, que, al cabo, se convertir¨¢ en un punto de ocio y cultura en torno al cual ya van creciendo numerosos bloques de viviendas y oficinas.
Un total de 150 pa¨ªses han concurrido al certamen, de forma que los casi 300.000 millones de pesetas que ha supuesto la inversi¨®n se tienen, hasta el momento, por bien empleados. Entre los portugueses cunde hoy la satisfacci¨®n de haber sabido culminar en cuatro a?os una empresa de alt¨ªsima dignidad y desaf¨ªo tecnol¨®gico. Adem¨¢s de las obras de arquitectura, de los arduos trabajos de saneamiento del barrio de Olivais, sobre cuyas 62 hect¨¢reas se asienta la Expo, o los tendidos inform¨¢ticos, Portugal dispondr¨¢ del puente de mayor longitud de Europa, el Vasco de Gama, con 17,5 kil¨®metros, 11 de los cuales planean sobre el r¨ªo Tajo. De esta arrogancia t¨¦cnica, Lisboa se beneficia con un nuevo acceso y una capacidad de circulaci¨®n decisiva, en coherencia con el desarrollo del pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os.
Las exposiciones ?mundiales? o ?universales? son vestigios del siglo XIX, cuando los pa¨ªses se relacionaban menos y sus productos o folclores no encontraban de otro modo la ocasi¨®n de divulgarse. Estos cert¨¢menes no descubren hoy nada que no haya ense?ado antes el turismo y la globalidad mercantil. Lo que estos eventos proporcionan son pretextos: ocasiones para acentuar lo nacional, intensificar el turismo y abordar, en tiempo r¨¦cord, obras que los presupuestos p¨²blicos habr¨ªan aplazado m¨¢s all¨¢ de la necesidad real. Lisboa y Portugal han salido ganando.
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