Madurez art¨ªstica
El Nederlands Dans Theater est¨¢ formado por miembros de 47 a 61 a?os
G¨¦rard Lemaitre acaba de dejar de fumar. Una dura decisi¨®n cuando se tienen 61 a?os y la costumbre de apagar 20 cigarrillos al d¨ªa. Lo cuenta en plan jocoso minutos despu¨¦s de terminar el ensayo con su compa?¨ªa, el Nederlands Dans Theater III. "Ahora estoy un poco m¨¢s gordo", confiesa este artista, a quien el tabaco no le ha impedido permanecer en activo como bailar¨ªn. Ni el tabaco, ni tomar copas, ni salir de noche."Somos gente con los pies en la tierra, somos gente de hoy", dice G¨¦rard refiri¨¦ndose a sus otros tres compa?eros, los miembros de esta compa?¨ªa fundada por el prestigioso core¨®grafo Jiri Kyli¨¢n, en la que el primer requisito para entrar es haber cumplido los 40 a?os. Sus cuatro bailarines suman m¨¢s de 200. "Todos han sido primeros bailarines. Nuestra filosof¨ªa es que una carrera no tiene por qu¨¦ acabarse a los 40 a?os", declara la directora art¨ªstica del grupo.
Los bailarines de esta formaci¨®n afirman que ahora buscan, y encuentran, sensaciones distintas encima del escenario. Que ahora bailan por el placer de bailar y que ahora prima la calidad sobre la cantidad. "Cuando eres joven, te preocupas por girar y girar. Nosotros buscamos una experiencia profunda", apunta Jeanne Solan, de casi 50 a?os. "T¨¦cnicamente, no hacemos las mismas cosas que antes, pero nadie nos las pide. Ahora somos m¨¢s cr¨ªticos con nosotros mismos", comenta Sabine Kupferber, de 47. "Si el core¨®grafo nos pide que hagamos algo que no podemos, lo decimos durante el proceso creativo", declara Lemaitre. Todos los n¨²meros que ejecutan est¨¢n especialmente creados para ellos por core¨®grafos de primera fila. Pero que nadie se equivoque: saltan, hacen piruetas, sus n¨²meros no son precisamente unos bailes facilones. Gary Chryst, de 47 a?os, cuenta que daba cinco piruetas cuando era joven. "Ahora hago dos..., pero vaya dos", dice, mientras gui?a un ojo, este artista norteamericano. Y a?ade: "Esto es como el flamenco: lo m¨¢s emocionante es cuando el bailar¨ªn se queda quieto y te mira".
"Hemos tenido compa?eros que tuvieron que dejar la compa?¨ªa porque el cuerpo no les respond¨ªa. Tiene que ser muy duro que el cuerpo te diga "no m¨¢s". Nosotros somos muy afortunados, porque no nos ha pasado eso", termina Kupferber.
Nederlands Dans Theater, en el teatro Alb¨¦niz (calle de la Paz, 11; metro Sol), hasta el 24 de mayo. 1.500 y 3.000 pesetas.
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