Nobles, pero baratos

El dispositivo usual de funcionamiento de un luminoso de ne¨®n suele consistir en un circuito con soportes de acero que envuelven, a modo de cartuchos, tubos de vidrio, impermeabilizados a bajas presiones. Se rellenan de gases de arg¨®n y ne¨®n, envueltos en vapores de mercurio que facilitan la combusti¨®n de los gases nobles.Los tubos se conectan a transformadores de alta tensi¨®n, que reciben electricidad a 220 voltios y la modifican, para abaratar su costo, con intensidad baja, en voltajes superiores a los 1.500 voltios e inferiores a 10.000, nivel cuyo rebasamiento es peligroso. Cada color obecede a una onda electromagn¨¦tica distinta.

Una vez instalados, con la forma deseada, se les aplica un cron¨®metro que regula su encendido a horas determinadas (en Madrid suele ir desde el crep¨²sculo hasta las 2.00 de la ma?ana). Disponen de un programador electr¨®nico, conmutador, que regula sus fases. "Su gasto es de entre 30 y 35 pesetas cada hora de encendido", asegura Antonio de Pablo, de la empresa Lumine¨®n. "Los programadores pueden costar varios millones de pesetas", a?ade. "Pueden lucir ocho horas diarias durante diez a?os, sin aver¨ªas, de no mediar accidentes meteorol¨®gicos graves", subraya.

Otras f¨®rmulas luminosas han aparecido sobre el techo de Madrid. Es el caso del oso situado tras las ventanas acristaladas de las plantas 24 a 21 del edificio Oeste de las Torres de KIO. Es de vinilo verde ¨¢cido, iluminado con un sistema de tubos de fluorescencias simples, que incluye otros alternativos para casos de aver¨ªas. Su dise?o pertenece al rotulista catal¨¢n Joan Roura, principal decorador luminoso de Madrid.